Miles de radicales serbios protestan en Belgrado por el arresto de Mladic
M¨¢s de 40 heridos en enfrentamientos entre extremistas a favor del exgeneral serbobosnio y la polic¨ªa
"Mladic es un h¨¦roe que defendi¨® a Serbia. El presidente Tadic es un traidor. La Haya es una justicia unilateral que solo juzga a los serbios". Lilia Petrovic, economista de unos 50 a?os, no tiene dudas, ni ganas de alejarse del turbulento pasado que sigue condicionando el presente de su pa¨ªs. Junto con una decena de miles de ultranacionalistas serbios, Petrovic expres¨® ayer en Belgrado su rechazo y desprecio por la captura de Ratko Mladic, el general que lider¨® las tropas serbobosnias en los a?os noventa y que est¨¢ acusado de cr¨ªmenes contra la humanidad.
"?Traici¨®n, traici¨®n!", era el grito m¨¢s recurrente en la plaza del Congreso. El acto fue convocado por el nacionalista y antieuropeo Partido Radical y termin¨® con enfrentamientos entre j¨®venes extremistas y la polic¨ªa. Un grupo de radicales atac¨® a pedradas a los agentes. M¨¢s de 40 personas resultaron heridas, entre ellas una treintena de agentes, y 180 detenidas en choques que prosiguieron en otros puntos de la ciudad, pero que fueron menos violentos que los registrados tras la captura del l¨ªder pol¨ªtico serbobosnio Radovan Karadzic en 2008.
Hasta entonces, la manifestaci¨®n hab¨ªa sido marcada por discursos de los dirigentes pol¨ªticos repletos de dura ret¨®rica antioccidental, comentarios hom¨®fobos y recordatorios de las invasiones turcas. La pancarta principal rezaba "Tadic no es Serbia". Mladic era definido un¨¢nimemente como "h¨¦roe". El Partido Radical no supera el 5% en los sondeos de opini¨®n, pero no es el ¨²nico representante del bloque nacionalista: junto con otras formaciones de discurso algo m¨¢s aseado rondan el 40%.
El pulso de Serbia
La manifestaci¨®n hac¨ªa evidentes varios aspectos del conflictivo pulso pol¨ªtico que agita Serbia, entre un alma m¨¢s proeuropea y otra decididamente fr¨ªa u hostil hacia Occidente; diferentes maneras de relacionarse con el pasado de los a?os noventa. La plaza dibujaba los contornos de esas almas: gran parte de los manifestantes parec¨ªa haber llegado a la capital del interior del pa¨ªs; la presencia de j¨®venes era limitada. Las nuevas generaciones y las clases urbanas parecen mucho m¨¢s deseosas de enterrar el pasado y mirar hacia el futuro.
Pero ello no impide que el rechazo a la captura de Mladic sea muy amplio, mucho m¨¢s que la limitada participaci¨®n a la manifestaci¨®n. Sondeos efectuados en los ¨²ltimos a?os han mostrado que m¨¢s del 50% de los serbios no quer¨ªa entregarle a La Haya. La distancia entre esos notables porcentajes y la reducida afluencia al acto de Belgrado sugiere que muchos, aunque dolidos, prefieren pasar p¨¢gina.
"No entiendo por qu¨¦ tenemos que entregarle a La Haya. Si hay que juzgarle, ?por qu¨¦ no se le puede juzgar aqu¨ª?", dice Damir Shipraga, funcionario de 28 a?os. Su discurso no es radical. La desconfianza hacia Occidente que expresa tiene una significativa base social. Son muchos los serbios que aceptan y entienden la importancia de entrar en la Uni¨®n Europea pero que manifiestan escepticismo o rencor hacia Occidente.
Mientras Shipraga habla, los altavoces escupen canciones patri¨®ticas tradicionales en las que Kosovo es protagonista. Un puestecillo improvisado vende a cinco euros cantidad de camisetas con la imagen de Mladic o frases tipo "Sois lo m¨¢s asqueroso de Serbia" para referirse al actual Gobierno filo-europeo.
La manifestaci¨®n habr¨ªa sido sin duda m¨¢s multitudinaria si se hubiese movilizado el Partido Progresista de Serbia, el m¨¢s poderoso del sector nacionalista. Sus l¨ªderes, sin embargo, prefirieron no sumarse, pese al disgusto de sus militantes. Los dirigentes optaron por una dial¨¦ctica neutra, sin aprobar ni condenar la detenci¨®n, para no irritar ni a Bruselas ni a sus bases. De la actitud de este partido, que tiene un 20% de apoyo en los sondeos, depende en buena medida la estabilidad de la relaci¨®n entre Serbia y la UE. De momento, Bruselas tiene como ¨²nico interlocutor s¨®lido al bloque del presidente Boris Tadic.
A unos 500 metros de la manifestaci¨®n, en la plaza de la Rep¨²blica, Petar, Nemanja y otros cuatro amigos se disponen a ir a una exposici¨®n cultural. "?La manifestaci¨®n? No nos interesa en absoluto", dice uno de ellos. Son estudiantes universitarios. "Podr¨ªa usted venir con nosotros, ser¨ªa mejor que ocuparse de aquello", dice Petar. Pero hay todav¨ªa un sector significativo de la sociedad serbia que no piensa as¨ª, y parece que habr¨¢ que lidiar con ello para rato.
El general niega su papel en Srebrenica
Ratko Mladic afirma no haber tenido nada que ver con la matanza de Srebrenica -en la que fueron asesinados m¨¢s de 8.000 varones musulmanes y por la que la justicia internacional quiere procesarle-, seg¨²n relat¨® ayer su hijo Darko. En declaraciones a la prensa en Belgrado, Darko asegur¨® que su padre, l¨ªder militar de las fuerzas serbobosnias en los noventa, hab¨ªa ordenado que de ese enclave bosniomusulm¨¢n se evacuasen en julio de 1995 los heridos, las mujeres y los ni?os, y luego tambi¨¦n los combatientes. "Lo ¨²nico que ha dicho de Srebrenica es que no tuvo que ver con lo que se hizo all¨ª", manifest¨® Darko Mladic tras visitar a su padre en la celda del departamento especial de cr¨ªmenes de guerra del Tribunal de Belgrado.
La polic¨ªa serbia detuvo a Ratko Mladic, de 69 a?os, el pasado jueves en una aldea a unos 80 kil¨®metros al norte de Belgrado. La justicia serbia ha autorizado su extradici¨®n al Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia en La Haya, que le acusa de genocidio en relaci¨®n con Srebrenica, donde fueron asesinados varones de entre 12 y 77 a?os. El traslado queda pendiente del ¨²ltimo recurso que el acusado puede presentar (lo har¨¢ hoy) contra la decisi¨®n.
El hijo del general insisti¨® una vez m¨¢s en el delicado estado de salud del padre: asegur¨® que a veces habla sin sentido y que no es capaz de comparecer ante el tribunal para ser juzgado. Darko Mladic anunci¨® que pedir¨¢ un examen m¨¦dico independiente.
El tribunal de Belgrado tendr¨¢ un plazo de tres d¨ªas para decidir sobre la petici¨®n de la defensa, pero medios locales especulan con que el general podr¨ªa ser extraditado ma?ana.
La esposa del acusado, Bosiljka, relat¨® a la prensa local que su marido pidi¨® repetidamente a su familia disculpas por todo lo que les ha tocado vivir a causa de ¨¦l.
La defensa de Mladic recurrir¨¢ la extradici¨®n
La defensa del detenido presunto criminal de guerra Ratko Mladic recurrir¨¢ hoy, ¨²ltimo d¨ªa del plazo previsto por ley, la decisi¨®n de la judicatura serbia sobre su entrega al Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY). Milos Saljic, el abogado de Mladic, anunci¨® que enviar¨¢ hoy por correo el recurso, pero no se puede prever con exactitud en este momento si su queja llegar¨¢ al Tribunal serbio a ¨²ltima hora de hoy, o ma?ana. Seg¨²n la ley, el consejo judicial deber¨¢ decidir finalmente entonces sobre su extradici¨®n al TPIY, con sede en La Haya, en un plazo m¨¢ximo de tres d¨ªas.
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