El Estado brasile?o de Par¨¢ se convierte en el 'lejano oeste' de la Amazonia, seg¨²n la Iglesia
Desde la masacre de Caraj¨¢s de 1996, un promedio de 14 campesinos son asesinados cada a?o
La promesa del Gobierno de Brasil de crear una fuerza de defensa para proteger a cientos de campesinos amenazados de muerte en el Estado de Par¨¢, se ha hecho indispensable. Seg¨²n datos oficiales de la Comisi¨®n Pastoral de la Tierra, tras la masacre de 19 campesinos en El Dorado de Caraj¨¢s, tragedia que en 1996 conmovi¨® a la opini¨®n p¨²blica mundial, los asesinatos han continuado a un promedio de 14 por a?o, bajo la impunidad y el silencio de las autoridades del Estado.
Para la Comisi¨®n, organismo de la Conferencia Episcopal de Brasil, el Estado de Par¨¢ se ha convertido en el "lejano oeste" de la Amazonia, donde, adem¨¢s, cada a?o se destruyen miles de kil¨®metros de selva, poniendo en peligro al mayor pulm¨®n del mundo.
Desde la tragedia de Caraj¨¢s, se han cometido 212 nuevos asesinatos. Seg¨²n la Comisi¨®n, hoy son 809 las personas amenazadas de muerte. Desde entonces el Movimiento de los Sin Tierra ha invadido 463 grandes haciendas con 78.500 familias acampadas. Han sido encarcelados 799 campesinos y 28.000 hallados realizando "trabajo esclavo", seg¨²n datos del Ministerio de Trabajo.
Jos¨¦ Battista, abogado de la Comisi¨®n Pastoral de la Tierra, la idea de que tras la tragedia de Caraj¨¢s la situaci¨®n hab¨ªa mejorado en las luchas en la Amazonia entre campesinos y latifundistas, ha sido un espejismo."No es cierto que la situaci¨®n haya mejorado en estos ¨²ltimos a?os: ganaderos, madereros, motocultivadores, etc, ejercen una contin¨²a presi¨®n violenta, con el consiguiente n¨²mero tr¨¢gico de asesinatos anuales", asegura Battista.
Las cuatro muertes violentas de campesinos y ecologistas de los ¨²ltimos d¨ªas; el aumento de la destrucci¨®n de la Amazonia de los ¨²ltimos meses y la alarma lanzada por los obispos brasile?os, son vistos por analistas pol¨ªticos y soci¨®logos como hechos estrechamente relacionados con el debate en el Congreso sobre el nuevo C¨®digo Forestal que prev¨¦ la amnist¨ªa de los destructores de la selva y que fue aprobado por el Parlamento, por mayor¨ªa aplastante, contra la voluntad del Gobierno de Dilma Rousseff, que lucha ahora para que el Senado tumbe dicha aprobaci¨®n de la c¨¢mara Baja.
Hoy mismo, el presidente del Senado, Jos¨¦ Sarney, del partido PMDB -aliado del Gobierno-, pero que se mostr¨® a favor de la amnist¨ªa, ha echado una mano a Rousseff al prometer su apoyo para que el Senado anule el voto del Parlamento.
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