El presidente Santos ratifica la Ley de V¨ªctimas en Colombia
El asesinato de una l¨ªder campesina subraya los retos de la hist¨®rica medida
El asesinato, el pasado martes, de Ana Fabricia C¨®rdoba, l¨ªder campesina que luchaba desde hace a?os por la restituci¨®n de tierras, puso el dedo en la llaga sobre el gran reto que significa para Colombia la aplicaci¨®n de una ley que pretende saldar la inmensa deuda con las v¨ªctimas de un conflicto de m¨¢s de 50 a?os.
La Ley de V¨ªctimas y Restituci¨®n de Tierras ser¨¢ sancionada hoy por el presidente, Juan Manuel Santos, ante un invitado especial: el secretario de Naciones Unidas, Ban Ki-moon. Un mensaje de Santos de que su compromiso con los cuatro millones de personas que ser¨¢n cobijadas por la reparaci¨®n integral en los pr¨®ximos 10 a?os -t¨¦rmino de la aplicaci¨®n de la ley- va en serio.
La ley ha sido calificada como "hist¨®rica" en un pa¨ªs que durante a?os fue ciego y sordo ante el dolor de miles y miles de hu¨¦rfanos, madres, esposas y hermanos, pero es vista tambi¨¦n como un desaf¨ªo dif¨ªcil de cumplir.
El conflicto sigue vivo, los armados y sus testaferros manejan la tierra como un trofeo de guerra y siguen controlando territorios como parte de su plan mafioso, con la complicidad de abogados, notarios, funcionarios judiciales y miembros de la fuerza p¨²blica.
El punto central de la ley es devolver a sus verdaderos due?os m¨¢s de seis millones de hect¨¢reas de tierra usurpada. Solo este a?o han sido asesinados nueve campesinos que se atrevieron a exigir lo que era suyo. El asesinato de C¨®rdoba, de 55 a?os -su marido y un hijo tambi¨¦n fueron asesinados y los tres hijos que sobreviven est¨¢n amenazados-, abre serios interrogantes sobre el cumplimiento de las promesas del presidente, los ministros y los militares, que han reiterado su compromiso con la protecci¨®n de las v¨ªctimas.
A Ana Fabricia la asesinaron a las 10 y media de la ma?ana en un autob¨²s en Medell¨ªn, la segunda ciudad del pa¨ªs. El sicario us¨® una pistola con silenciador. Los dem¨¢s pasajeros se dieron cuenta del horror cuando estall¨® en pedazos el vidrio de una ventana: huyeron despavoridos. El asesino se fue como si nada.
"La ley de v¨ªctimas es un importante paso para la construcci¨®n de la paz desde la institucionalidad. Pero para que se haga realidad se necesita una gran voluntad pol¨ªtica. Debemos saber la verdad, los intereses que se esconden detr¨¢s de los 16 cr¨ªmenes ligados a la lucha por la tierra durante este Gobierno", dice Mar¨ªa Victoria Duque, de la fundaci¨®n Raz¨®n P¨²blica. Y recalca: "El primer derecho de las v¨ªctimas es a la vida".
C¨®rdoba hab¨ªa denunciado a la polic¨ªa como la culpable de la muerte de su hijo. No quiso aceptar protecci¨®n oficial porque, como recuerda Duque, "sufri¨® en carne propia [en una detenci¨®n ilegal] las arbitrariedades de las entidades de seguridad y justicia en Colombia".
El senador Juan Fernando Cristo, del partido liberal y uno de los promotores de la ley, agrupa los desaf¨ªos en tres grupos. El primero, que en la reglamentaci¨®n no cambie el esp¨ªritu de la ley, que no se recorten los derechos reconocidos a las v¨ªctimas. El segundo, que durante su implementaci¨®n y ejecuci¨®n se d¨¦ una gran movilizaci¨®n y organizaci¨®n de los beneficiarios para que "se apropien de la ley". Y el tercero, replantear desde ya la cuesti¨®n de la seguridad. "El asesinato de Ana Fabricia muestra que se est¨¢n moviendo sectores ilegales enemigos de la Ley [de V¨ªctimas]", afirma el senador, que asegura que pretenden volverla inaplicable en algunas zonas del pa¨ªs. Y alerta contra los testaferros de paramilitares y narcotraficantes.
La ley no discrimina entre v¨ªctimas de los grupos ilegales y de agentes estatales, pero deja fuera a miembros de grupos armados cuyos derechos se han violado. Incluye tambi¨¦n a los menores de edad reclutados o usados por los grupos armados si estos se han desvinculado antes de los 18 a?os. Se calcula que costar¨¢ unos 20.000 millones de d¨®lares.
A pesar de los retos y los peros, las expectativas generadas son altas. "As¨ª haya dificultades, como se est¨¢ viendo con la cantidad de l¨ªderes asesinadas, la ley de V¨ªctimas y Restituci¨®n de Tierras tiene una carga simb¨®lica y pol¨ªtica inconmensurable. Es un timonazo de 180 grados en este pa¨ªs", afirma en declaraciones a EL PA?S la investigadora social Mar¨ªa Cristina de La Torre.
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