Londres, capital de la videovigilancia
El visionado de las grabaciones de las innumerables c¨¢maras que hay instaladas en la capital brit¨¢nica constituye un pilar fundamental en muchas de las investigaciones de Scotland Yard
En la ciudad donde la polic¨ªa, de forma rutinaria, va desprovista de armas de fuego, la videovigilancia por circuito cerrado (CCTV) se ha convertido en "un sistema muy eficiente y valioso", seg¨²n dicen desde la p¨¢gina web del Gobierno brit¨¢nico. Solo durante el a?o pasado, 2.512 delincuentes fueron detenidos gracias a este sistema. Seis por d¨ªa. En consonancia con esta forma de entender la seguridad, la polic¨ªa metropolitana de Londres ya ha habilitado varios canales de participaci¨®n ciudadana con los que denunciar a los radicales que, desde hace tres d¨ªas, mantienen a la ciudad sumida en una tempestad de violencia, saqueos e incendios. Uno de estos canales, un perfil en la comunidad fotogr¨¢fica Flickr, consiste en la exposici¨®n p¨²blica de los presuntos radicales mediante los fotogramas de dichas videoc¨¢maras.
La polic¨ªa metropolitana de Londres ha comenzado a subir fotograf¨ªas de presuntos criminales a su p¨¢gina desde esta misma ma?ana. Algunas est¨¢n tomadas en el momento justo en el que se perpetraba el robo, y en otras el sujeto parece un ciudadano pac¨ªfico m¨¢s, aunque las autoridades aseguran que "solo se subir¨¢n fotograf¨ªas a medida que vaya avanzando la investigaci¨®n". Junto a las instant¨¢neas se especifica la ubicaci¨®n y la hora a la que fue cazado el sospechoso. Los de las zonas de Croydon y Norwood han sido los primeros en posar para la polic¨ªa.
La instalaci¨®n de c¨¢maras de v¨ªdeovigilancia en las calles de Londres ha sido una constante desde la d¨¦cada de los ochenta. En 1993, la explosi¨®n de un cami¨®n-bomba preparado por el IRA fue clave para que las autoridades tomasen la decisi¨®n de blindar de una forma nunca antes vista las entradas del distrito financiero. Lo llamaron el ring of steel (anillo de acero) y desde entonces el n¨²mero de c¨¢maras apuntando a la v¨ªa p¨²blica no ha hecho m¨¢s que crecer. El anillo de seguridad fue dr¨¢sticamente ampliado en 2003 porque la amenaza de un ataque terrorista se hab¨ªa vuelto "inevitable", seg¨²n argumentaron entonces las autoridades.
La masiva red de ojos CCTVE fue determinante para llevar a cabo la identificaci¨®n de los terroristas que acabaron con la vida de 52 personas en julio de 2005. Una de las m¨¢s tempranas prioridades del comando antiterrorista de Scotland Yard al inicio de la investigaci¨®n fue la revisi¨®n exhaustiva de todas las grabaciones de personas y lugares que estuviesen m¨ªnimamente relacionados con el ataque. Seg¨²n inform¨® la BBC, el equipo encargado de rastrear todos los pasos de los terroristas (desde el momento de la explosi¨®n hasta la localizaci¨®n del primer indicio) estuvo formado por m¨¢s de un centenar de personas. Una de las 76 c¨¢maras que hay instaladas en la estaci¨®n de King's Cross dio la clave; uno de los polic¨ªas (un exmilitar) del equipo de rastreo advirti¨® c¨®mo cuatro hombres caminaban de dos en dos por el pasillo de un supermercado. Se compararon sus rostros con los de las fotograf¨ªas de los carnets de conducir y fue suficiente.
Otro episodio de alta efectividad de los dispositivos de videovigilancia fue el de las protestas por el aumento de las tasas universitarias de diciembre del a?o pasado. Un total de 180 personas fueron identificadas y detenidas gracias a los ojos de circuito cerrado que, entre otros actos, registraron la invasi¨®n y toma temporal de la sede del Partido Conservador. Entonces, hasta 80 agentes de polic¨ªa fueron movilizados para el operativo de identificaci¨®n. La red de CCTV fue clave para determinar, por ejemplo, que la gran mayor¨ªa de los j¨®venes detenidos no pretend¨ªan cometer acto vand¨¢lico alguno y que simplemente se dejaron llevar por la multitud.
Un documento interno de la polic¨ªa metropolitana hecho p¨²blico en 2009 revel¨® que solo un crimen hab¨ªa sido resuelto por cada 1.000 c¨¢maras durante el a?o anterior. No hay ning¨²n registro oficial que informe del n¨²mero de dispositivos instalados en la capital brit¨¢nica, pero las estimaciones apuntan a que hay alrededor de cuatro millones. La mayor¨ªa est¨¢n instalados en la fachada de los comercios y solo una proporci¨®n muy menor es de titularidad p¨²blica, aunque las autoridades tienen acceso total a todas. Solo en el ¨¢rea comercial de Oxford Street hay 35 c¨¢maras pertenecientes al Gobierno, cuyo coste de instalaci¨®n fue de 500.000 libras.
El principal reto al que se enfrentan las fuerzas de seguridad en la actualidad para el sostenimiento de este sistema de seguridad, tan criticado por una parte de la ciudadan¨ªa, es el de poder demostrar su efectividad. En la National CCTV Strategy de 2007, un documento elaborado mayormente por oficiales de polic¨ªa en el que se eval¨²a la situaci¨®n actual de la videovigilancia urbana, se afirma que "el descenso de la tasa de criminalidad no es un indicador v¨¢lido para reflejar el ¨¦xito de la red CCTV" y que habr¨ªa que prestar atenci¨®n a otros indicadores como el "n¨²mero de veces que ha servido como prueba durante un juicio" o "el tiempo que se ha ganado durante el procedimiento judicial". A pesar de todo, el alcalde de Nueva York se mostr¨® muy interesado en importar estas t¨¦cnicas de seguridad durante su visita a Londres en mayo de 2010.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.