Fern¨¢ndez se consolida como gran favorita en las primarias argentinas

Las elecciones primarias, abiertas, simult¨¢neas y obligatorias que se celebraron ayer en Argentina, se desarrollaron como estaba previsto; un ensayo general con todo, como en los estrenos de ¨®pera, que confirma el papel estelar de Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner como la gran favorita para las elecciones verdaderas del pr¨®ximo 23 de octubre al lograr, una vez escrutada m¨¢s de la mitad de los sufragios, el 50,18% de los votos.

La presidenta saca 38 puntos de ventaja a su inmediato seguidor. Con la mitad del recuento, el radical Ricardo Alfons¨ªn habr¨ªa superado, por poco, al peronista disidente Eduardo Duhalde, que quedar¨ªa en tercer lugar. Sin embargo, las diferencias entre los dos son muy estrechas (12,39% frente a 12,21%) y habr¨¢ que esperar hasta el final del escrutinio.

Entre bambalinas, ensaya tambi¨¦n el socialista Hermes Binner, de 68 a?os, que aspira a lograr un porcentaje suficiente como para instalar s¨®lidamente a su peque?o partido en el escenario pol¨ªtico nacional. Esa ser¨ªa una de las novedades m¨¢s destacadas de la jornada desde el punto de vista del mapa pol¨ªtico, que puede quedar dibujado nuevamente hoy, tanto para el Gobierno como para la oposici¨®n.

Paralelamente a los candidatos a presidente y vicepresidente, se eligen tambi¨¦n candidatos a gobernador de varias provincias, entre ellas la siempre decisiva Buenos Aires; la mitad de la C¨¢mara de Diputados, un tercio del Senado y numerosos intendentes y cargos locales. El hecho de que estas primarias sean in¨¦ditas plante¨® dudas sobre el nivel de participaci¨®n, pero la masiva afluencia de votantes confirm¨® los niveles de otras elecciones.

Las elecciones primarias fueron impuestas en la reforma pol¨ªtica de 2009 y se celebran este a?o por primera vez, en teor¨ªa "para poner en manos de los ciudadanos lo que estaba en manos de las peque?as burocracias de los partidos", seg¨²n explic¨® el ministro del Interior, Florencio Randazzo. Las primarias obligatorias deber¨ªan consagrar las candidaturas presidenciales de los tres partidos y siete coaliciones que acudir¨¢n a las urnas en octubre pr¨®ximo. En realidad, el resultado no ha sido dirimir las luchas por el poder dentro de esos partidos, sino que se han convertido en una especie de sondeo monstruoso, con cerca de 28 millones de encuestados. El objetivo final de unos y otros es ahora crear un clima pol¨ªtico favorable a sus intereses de aqu¨ª a octubre.

La presidenta, de 58 a?os, y los kirchneristas necesitan imperiosamente superar de la manera m¨¢s clara posible el 40% del voto y demostrar al electorado que puede barrer en octubre a cualquier oponente, sin necesidad de someterse a una desestabilizadora segunda vuelta ni a las complicadas tensiones dentro de su propio Partido Justicialista.

Ricardo Alfons¨ªn, de 59 a?os, l¨ªder del Partido Radical e hijo del expresidente Ra¨²l Alfons¨ªn -que protagoniz¨® el retorno a la democracia tras la dictadura militar-, necesitaba afianzarse como el candidato mejor situado para dar la batalla a Cristina Fern¨¢ndez. Quedar en estas primarias por detr¨¢s de cualquier otro candidato opositor ser¨ªa una verdadera derrota para el pol¨ªtico radical.

Los radicales reconocen que no pretend¨ªan desplazar a Cristina Fern¨¢ndez como triunfadora de la jornada, sino algo m¨¢s modesto pero esencial: instalar la duda sobre la posibilidad de que la presidenta gane directamente en octubre. Para Alfons¨ªn, peor a¨²n que un ¨¦xito fulgurante de Cristina Fern¨¢ndez, habr¨¢ sido quedar en tercera plaza, por detr¨¢s del veterano Duhalde, porque, en ese caso, las elecciones de verdad se desarrollar¨ªan pr¨¢cticamente entre dos candidatos peronistas -uno progresista, Cristina Fern¨¢ndez, y otro conservador, Eduardo Duhalde-, dejando a los radicales fuera del mapa.

Eduardo Duhalde, de 69 a?os, un bar¨®n peronista de toda la vida, fue presidente de la Rep¨²blica entre enero de 2002 y mayo de 2003 e impuls¨® la candidatura de N¨¦stor Kirchner, entonces un casi desconocido gobernador de una peque?a provincia, como su sucesor. Sus relaciones con el kirchnerismo se deterioraron r¨¢pidamente y en la actualidad es uno de sus m¨¢s ac¨¦rrimos detractores, hasta el extremo de abandonar el Partido Justicialista y crear su propio grupo.