Cristina Kirchner arrasa en el ensayo de las presidenciales argentinas
La mandataria pulveriza a la oposici¨®n con el 50% de votos en las primarias
La extraordinaria victoria de Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner en las elecciones primarias del pasado domingo ha dejado claras dos cosas: la presidenta est¨¢ en magn¨ªficas condiciones para lograr la reelecci¨®n en primera vuelta el pr¨®ximo 23 de octubre, y la oposici¨®n, fragmentada, sigue sin tener un candidato cre¨ªble. Y, lo que es peor para los detractores del kirchnerismo, hay un pr¨¢ctico empate para el segundo puesto entre el radical Ricardo Alfons¨ªn y el peronista disidente Eduardo Duhalde, un empate que se produce, adem¨¢s, bajo m¨ªnimos, rondando un escu¨¢lido 12% cada uno, lo que complica cualquier alianza dentro de dos meses.
Las primarias han funcionado, como estaba previsto, como un gigantesco sondeo que dibuja el mapa electoral ante las verdaderas elecciones presidenciales. Aunque hubo un significativo volumen de voto en blanco (m¨¢s de 775.000 papeletas), el nivel de participaci¨®n fue muy alto, un 77,8%, un punto m¨¢s, incluso, que en los comicios de 2007.
Uno de los datos relevantes del peculiar sondeo es que Argentina sigue siendo fundamentalmente peronista. Si se suman los votos de Cristina Fern¨¢ndez (10,3 millones de sufragios, un 50,07% del total) y los de los otros dos candidatos peronistas disidentes, Duhalde (12,16%) y Alberto Rodr¨ªguez Sa¨¢ (8,17%), resulta que un 70% de los argentinos sigue prefiriendo candidatos que representen al peronismo, en cualquiera de sus modalidades: izquierda, derecha o centro.
El hundimiento de la Uni¨®n C¨ªvica Radical (UCR), cuyo candidato Ricardo Alfons¨ªn (2,5 millones de votos, un 12,17%), no ha logrado ser identificado como una alternativa cre¨ªble, demuestra que la UCR no ha logrado reponerse de la catastr¨®fica crisis de 2001, que dinamit¨® uno de los partidos con m¨¢s historia de Argentina. Alfons¨ªn, hijo del presidente Ra¨²l Alfons¨ªn y f¨ªsicamente id¨¦ntico a su padre, parece simbolizar para los argentinos una ¨¦poca pasada, al igual que Eduardo Duhalde, mientras que Cristina Fern¨¢ndez ha demostrado una mejor conexi¨®n con los votantes j¨®venes.
El segundo dato relevante es que Cristina Fern¨¢ndez ha sido respaldada como mejor candidata posible en los tres distritos electorales en los que el kirchnerismo hab¨ªa perdido recientemente elecciones locales. La presidenta obtuvo m¨¢s votos que cualquier otro posible presidente en Buenos Aires, capital federal, y en las provincias de Santa Fe y en C¨®rdoba.
La victoria en esos distritos fue menor que en otras zonas, pero aun as¨ª dej¨® ver que, incluso en las zonas menos dispuestas a apoyarla, los electores no encuentran una alternativa presidencial capaz de hacerle sombra. En las zonas del interior, m¨¢s propicias, la actual presidenta rond¨® el 60% del total del voto emitido. En la decisiva provincia de Buenos Aires, donde los kirchneristas luchaban por conseguir que Cristina Fern¨¢ndez obtuviera m¨¢s votos que su propio candidato a gobernador, el peronista moderado Daniel Scioli, la presidenta logr¨® un magn¨ªfico 53% (m¨¢s de cuatro millones de votos) y qued¨® un poco por encima del gobernador.
El dato m¨¢s novedoso es el buen resultado obtenido por Hermes Binner, al frente del Partido Socialista. Binner, ex gobernador exitoso de Santa Fe, pero pr¨¢cticamente desconocido a nivel nacional, utiliz¨® la campa?a de las primarias para darse a conocer y para intentar colocar a los socialistas como un jugador global. El 10,26% obtenido (m¨¢s de 2,1 millones de votos) le sit¨²a en una cuarta posici¨®n, pero mucho m¨¢s cerca de Alfons¨ªn y de Duhalde de lo que estos hubieran deseado. La campa?a para la primera vuelta de las elecciones de octubre ser¨¢ su ocasi¨®n para consolidarse como una opci¨®n "nacional" y para apuntalar su proyecto pol¨ªtico, uno de los pocos dise?ados con vistas a medio plazo.
El buen resultado de Binner contrasta con la debacle sufrida por Elisa Carri¨®, de Coalici¨®n C¨ªvica, que fue una digna contrincante de Cristina Fern¨¢ndez en 2007, con un 23% de votos frente al 44,9% de la ganadora, y que en estas primarias ha sido apoyada por un min¨²sculo 3,2% de los votantes, un dato que la coloca claramente detr¨¢s del socialista y la hunde cara a octubre. Carri¨®, con 670.000 votos, ha quedado cerca del "milagro" Altamira, el candidato del Frente de Izquierda, de tendencia trotskista, que ha logrado "salvarse" gracias a una intensa campa?a en Twitter. Altamira, que necesitaba alcanzar m¨¢s de 1,5% de los votos emitidos para poder presentarse en octubre, logr¨® un inesperado 2,4%, es decir, m¨¢s de 500.000 papeletas.
Peronismo renovador y bonanza econ¨®mica
El "vendaval Cristina", que arras¨® en 2007, ha soplado de nuevo en las elecciones primarias, dejando muy atr¨¢s a sus competidores. La presidenta, de 58 a?os, ha demostrado que, incluso sin el apoyo de su fallecido marido, N¨¦stor Kirchner, es capaz de llevar su popularidad a los niveles que tuvo en 2007.
Es dif¨ªcil que la presidenta revalide en octubre el porcentaje que ha obtenido en estas primarias, porque se supone que funcionar¨¢ un cierto voto ¨²til entre los detractores del kirchnerismo, pero a¨²n as¨ª la diferencia con los segundos clasificados es tan grande que pocos dudan de su ¨¦xito. Su resultado hace, adem¨¢s, que las voces cr¨ªticas dentro del Partido Justicialista se alineen detr¨¢s de su estrategia de centro-izquierda.
La imagen de la presidenta sufri¨® un golpe poco despu¨¦s de tomar posesi¨®n como consecuencia del enfrentamiento con el campo, que le cost¨® una seria derrota pol¨ªtica. Los buenos datos econ¨®micos permitieron una mejora en 2010, pero el gran impulso lo recibi¨® tras el repentino fallecimiento de su esposo y su aproximaci¨®n a los sectores m¨¢s j¨®venes del peronismo.
Cristina Fern¨¢ndez es un gran ejemplo de la capacidad de transformaci¨®n del peronismo y su talento para desprenderse de las herencias dejadas por otros presidentes de la misma procedencia. Los argentinos no asocian a la actual presidenta con el ¨²ltimo y desastroso gobierno del general Per¨®n ni con el de su segunda esposa, Isabel, que dio paso a la dictadura militar, ni con los casi diez a?os del tambi¨¦n peronista Carlos Menem, que finalizaron con otra cat¨¢strofe.
Los seguidores de la presidenta, y ella misma, cantaron durante la noche electoral "Per¨®n, Per¨®n, que grande sos" pero no se consideran herederos de esos gobiernos, sino que defienden un modelo propio: el kirchnerismo. La defensa de ese modelo ha coincidido con una ¨¦poca de fuerte recuperaci¨®n econ¨®mica, elemento esencial en las primarias. La mayor¨ªa de los argentinos, empresarios incluidos, cree que su situaci¨®n ha mejorado y conf¨ªan en seguir haci¨¦ndolo bajo un nuevo mandato de CFK.
El bajo desempleo (7%), el aumento del consumo, ayudado por subvenciones, y las ayudas sociales, sumado a pol¨ªticas progresistas, como el matrimonio homosexual y la defensa de los derechos humanos, son los pilares de esa destacada victoria. Todo ello, unido a una h¨¢bil pol¨ªtica de enfrentamiento con los grupos de comunicaci¨®n, que el kirchnerismo presenta ante la opini¨®n publica como la verdadera oposici¨®n, en perjuicio de los disminuidos partidos.
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