Brasil anuncia un ajuste fiscal para protegerse de la crisis
Los sindicatos amenazan con convocar manifestaciones
La presidenta Dilma Rousseff no es alarmista y por eso insiste en que Brasil no corre un peligro inmediato de ser afectado gravemente por la crisis mundial. Pero es pragm¨¢tica y quiere curarse en salud ante la posibilidad de que la crisis pueda, de alguna forma, afectar a la econom¨ªa del pa¨ªs que ella recibi¨® en el peor momento de los ¨²ltimos ocho a?os.
Por todo ello ha tomado una decisi¨®n que ha provocado el inmediato malestar en las centrales sindicales, cuyos l¨ªderes se han reunido este lunes con ella y con el ministro de Econom¨ªa, Guido Mantega: la de usar el exceso de recaudaci¨®n para elevar el super¨¢vit primario del 3% al 3,5% del PIB, para dar de este modo tranquilidad a los mercados internacionales. Al mismo tiempo, se ha comprometido a recortar el gasto p¨²blico, aunque sin que ello afecte a los programas sociales. El super¨¢vit primario, que el Gobierno utiliza como referencia para su pol¨ªtica fiscal, es la diferencia entre los ingresos y los gastos de todo el Estado, incluyendo estatales y gobiernos regionales y municipales, sin tener en cuenta los recursos destinados al pago de intereses de la deuda p¨²blica.
En su agenda figura tambi¨¦n un nuevo ajuste que podr¨ªa ser de 15.000 millones de reales (unos 6.500 millones de euros) al mismo tiempo que se opone a que el Congreso apruebe medidas que aumenten el gasto.
El presidente de Fuerza Sindical, el diputado Paulo Pereira da Silva, presente en la reuni¨®n, ya ha confirmado que las medidas de la presidenta "no cuentan con la bendici¨®n de los sindicatos". Reconoce que el aumento del super¨¢vit primario ser¨ªa una forma de enfrentar la crisis, pero que ello deber¨ªa estar acompa?ado de una rebaja dr¨¢stica e inmediata de los intereses, que en este momento, con un 12,5%, son de los m¨¢s altos del planeta.
"Cada vez que se aumenta el super¨¢vit primario, los sindicatos lo interpretamos como una econom¨ªa dirigida a los banqueros internacionales", ha afirmado el diputado sindicalista.
Seg¨²n el presidente de la Central General de Trabajadores de Brasil (CGTB), tambi¨¦n presente a la reuni¨®n, Rousseff rebati¨® todas las cr¨ªticas de las centrales sindicales al afirmar que ella no est¨¢ haciendo una "pol¨ªtica de recesi¨®n" -como acusan los sindicatos- sino que se trata m¨¢s bien "de una forma nueva de atajar la crisis", ya que, seg¨²n ella, las herramientas usadas en esta crisis son diferentes de las que se utilizaron en la crisis de 2008.
Rousseff ha pedido a los sindicatos que "examinen la coyuntura econ¨®mica antes de criticar" las medidas que su Gobierno ha tomado. El ministro Mantega ha querido destacar ante la prensa que Brasil camina a "contramano" de los pa¨ªses desarrollados en crisis y que el modelo brasile?o, de conseguir al mismo tiempo ajuste fiscal y crecimiento econ¨®mico, "no se va a tocar", ya que, seg¨²n ¨¦l, es lo que mejor puede proteger de la crisis, que, dijo "podr¨ªa agravarse".
Los sindicalistas han amenazado con convocar una manifestaci¨®n ma?ana frente al Banco Central para exigir la bajada de los tipos de inter¨¦s que, en su opini¨®n, estar¨ªan frenando el crecimiento de la econom¨ªa. Las ¨²ltimas previsiones oficiales apuntan a que el crecimiento del pa¨ªs para este a?o no alcanzar¨¢ el 4%, mientras crece la recaudaci¨®n de impuestos, considerados por los analistas econ¨®micos tambi¨¦n de los m¨¢s altos del mundo.
Un brasile?o necesita hoy trabajar cinco meses del a?o para pagar sus impuestos, por lo que la reforma tributaria est¨¢ considerada como de la mayor urgencia, aunque siempre acaba aplazada por las resistencias del Congreso, ya que tocar¨ªa muchos intereses creados en el pasado.
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