"La gente ha despertado en Israel"
Stav Shaffir, l¨ªder de los indignados israel¨ªes, cree que su pa¨ªs debe resolver sus problemas internos para poder solucionar el conflicto con los palestinos
Llega montada en bicicleta con su larga melena pelirroja, rizada, bajo un sombrero de ala del que no se separa; el sol de Tel Aviv abrasa en verano. Sin embargo, bajo su apariencia fr¨¢gil subyace una personalidad fuerte, un discurso s¨®lido, bien estructurado, sorprendente para una joven de 26 a?os. "Hace dos meses recib¨ª la llamada de un amigo, me habl¨® de una chica a la que hab¨ªan desahuciado de su casa porque no pod¨ªa pagar el alquiler", explica Stav Shaffir, una de las l¨ªderes m¨¢s visibles de los indignados israel¨ªes.
Una semana despu¨¦s, a mediados de julio, ella y diez personas m¨¢s decidieron unirse y salir a la calle para protestar por un problema silenciado por las clases privilegiadas, pero en boca de muchos israel¨ªes: los desorbitados precios de la vivienda y la falta de perspectivas de futuro en una sociedad con una brecha creciente entre ricos y pobres a pesar de albergar una econom¨ªa saneada que crece a un ritmo del 6% anual. "Trabajaba como periodista a tiempo completo en una revista, me pagaba un m¨¢ster a plazos, pero no pod¨ªa pagar un alquiler aunque compartiera piso con varias personas", a?ade.
A la semana de montar la primera tienda en el exclusivo bulevar Rothschild de Tel Aviv, funcionarios del ayuntamiento intentaron desalojarles. "Eso nos hizo enfadar, nos dio fuerza, nos quejamos a¨²n m¨¢s alto y a nuestra llamada se fue uniendo r¨¢pidamente m¨¢s gente hasta hoy", comenta. Este primer s¨¢bado de septiembre, en la protesta social m¨¢s importante de las ¨²ltimas d¨¦cadas, casi medio mill¨®n de personas se echaron a la calle para unir su voz a la de Stav y a la de otros indignados precoces.
"La gente ha despertado. En los ¨²ltimos a?os lo han privatizado todo, la sanidad, la educaci¨®n, la vivienda, siempre nos han dicho que la seguridad era lo m¨¢s importante", dice en¨¦rgica Saphir, mientras unos religiosos rezan muy cerca los tradicionales mitxv¨¢ (dicen que para infundir fuerza espiritual y claridad de pensamiento a los acampados).
"Por primera vez, hemos visto c¨®mo la gente ha despertado, c¨®mo no se han quedado en los refugios a pesar de ver los cohetes sobrevolando sus cabezas", contin¨²a Stav, en referencia al intercambio de ataques entre la franja de Gaza y el sur de Israel en agosto, tras el ataque a un autob¨²s donde fallecieron varias personas. "Siempre se habla de Israel, de la cuesti¨®n palestina, pero ?c¨®mo vamos a solucionar eso si no arreglamos los problemas internos de nuestra sociedad? Hay una conexi¨®n clara", apostilla.
Su agenda es ajetreada, tanto que hace semanas que no ve a su familia. "Me queda media hora para la entrevista", dice distra¨ªda mientras recibe un mensaje en su tel¨¦fono inteligente de ¨²ltima generaci¨®n. Mientras, unos curiosos la paran en medio del paseo para hacerse fotos. "Tenemos que apoyarles, esta generaci¨®n va a cambiar el pa¨ªs", comenta un israel¨ª que curiosea en los alrededores junto a un amigo turista reci¨¦n llegado de Nueva York y que, por inercia, tambi¨¦n posa para la instant¨¢nea.
Segundos despu¨¦s, otro israel¨ª se acerca y le empieza a contar sus problemas en un chorro incontrolable: "Mi mujer y yo trabajamos, tenemos dos hijos pero no podemos comprar una casa; todo sube, la electricidad, ?el agua tres veces este a?o!, ?d¨ªselo a los del Gobierno!", le espeta.
Sin duda, esa es una de sus ocupaciones: escuchar a los indignados acampados en el centenar de ciudades que se han unido a la protesta por todo el pa¨ªs, adem¨¢s de asistir a las constantes asambleas donde se discuten las acciones a emprender. "Despu¨¦s tenemos que hablar con nuestro comit¨¦ (de expertos) para que consideren todas estas quejas cuando hagan sus recomendaciones al Gobierno de Netanyahu", aclara Stav.
El Ejecutivo israel¨ª cre¨® hace unas semanas la conocida comisi¨®n Trachtenberg, formada por varios ministros y expertos, con el objetivo de aportar soluciones concretas al inc¨®modo movimiento de los indignados. "Queremos que nos digan que van a hacer esto o lo otro en un plazo concreto, de seis meses, de ocho, lo que sea, pero hasta el momento solo hablan y hablan sin aportar soluciones", dice.
Despu¨¦s de la manifestaci¨®n del fin de semana, el primer ministro ha dicho este domingo que los miembros de esta comisi¨®n trabajar¨¢n "a fondo" para ofrecer soluciones espec¨ªficas en el plazo de dos semanas. "Si hacen lo que necesitamos, entonces nos calmaremos. Si no, aumentaremos la presi¨®n. Esto es un tren en marcha que no va a parar", advierte esta pelirroja de armas tomar.
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