Obama presenta un ambicioso plan de choque para reducir el desempleo
El presidente propone una inversi¨®n de 325.000 millones de euros y pide en el Congreso que acabe "el circo pol¨ªtico"
En una ambiciosa iniciativa destinada a reducir el paro y aumentar sus posibilidades de reelecci¨®n, Barack Obama pidi¨® anoche al Congreso de Estados Unidos el respaldo inmediato a un plan de casi 450.000 millones de d¨®lares (325.000 millones de euros) para estimular el crecimiento econ¨®mico y la creaci¨®n de empleo. No es f¨¢cil que esta propuesta, que llega en un momento de gran polarizaci¨®n pol¨ªtica en el pa¨ªs, reciba luz verde en la C¨¢mara de Representantes, donde los republicanos son mayor¨ªa.
La intervenci¨®n de Obama ante una sesi¨®n conjunta de la C¨¢mara y el Senado se produce en medio de un estancamiento del ¨ªndice de desempleo en el 9,1% y de los m¨¢s bajos niveles de popularidad del presidente desde el comienzo de su mandato, ligeramente por encima del 40%.
"El prop¨®sito de esta ley", dijo Obama, "es simple: poner m¨¢s gente a trabajar y m¨¢s dinero en los bolsillos de aquellos que est¨¢n trabajando". La ley combina una serie de beneficios fiscales, especialmente para aquellos que cobran sus n¨®minas y las empresas que promueven empleo, con inversiones p¨²blicas en infraestructuras y beneficios sociales para los parados. M¨¢s del 70% de la econom¨ªa norteamericana depende del gasto de los consumidores, por lo que es imprescindible devolverle poder adquisitivo a los ciudadanos para revitalizar la actividad econ¨®mica.
"Esta ley crear¨¢ m¨¢s empleos para los trabajadores, para los maestros, para los veteranos de guerra y m¨¢s empleos para los desempleados de larga duraci¨®n. Permitir¨¢ ayudas fiscales a las compa?¨ªas que est¨¢n contratando a nuevos empleados y reducir¨¢ los impuestos a sus ingresos a la mitad de los trabajadores y a todos los peque?os negocios", asegur¨® el presidente. "Tienen que aprobar estos empleos de inmediato... Tenemos que poner fin al circo pol¨ªtico y hacer algo para ayudar a la econom¨ªa", a?adi¨®.
Obama se refiri¨® al "circo pol¨ªtico" en referencia al clima de enfrentamiento que se ha impuesto en Washington desde hace ya varios meses. Pero es dudoso que este discurso, que la oposici¨®n ha considerado como un mero acto electoral sin ning¨²n valor econ¨®mico, pueda de repente serenar los ¨¢nimos. Ayer un grupo de congresistas republicanos se ausent¨® del discurso del presidente en protesta por el supuesto uso electoral que Obama est¨¢ haciendo de las c¨¢maras del Congreso. "Estoy harto de discursos", declar¨® el senador Jim DeMint, uno de los m¨¢s fieles seguidores del Tea Party y el principal promotor de este gesto extremo de desaprobaci¨®n de la pol¨ªtica de la Casa Blanca. Varios miembros de la C¨¢mara de Representantes se le sumaron, pese a las presiones de los l¨ªderes republicanos en el Capitolio, que entienden que una medida as¨ª puede da?ar gravemente la imagen del partido ante los electores.
"Es el presidente de Estados Unidos y creo que todos los miembros del Congreso deber¨ªan de estar presentes, pero no tengo capacidad para garantizarlo", admiti¨® ayer el presidente de la C¨¢mara de Representantes, John Boehner. Tanto ¨¦l como el l¨ªder republicano en el Senado, Mitch McConnell, anunciaron su asistencia, aunque dec¨ªan compartir las quejas de sus compa?eros sobre el discurso de Obama. "Esto no es un plan para crear empleo, esto es un plan para lograr la reelecci¨®n", declar¨® McConnell.
La historia norteamericana recoge muy pocos casos en los que se hayan producido ausencias intencionadas de un discurso presidencial ante una sesi¨®n conjunta del Congreso. En los a?os recientes, solo se recuerdan un boicoteo de algunos republicanos a un discurso de Bill Clinton y la inasistencia del grupo de congresistas negros a una intervenci¨®n de Richard Nixon.
El hecho de que volviera a producirse ayer es la prueba del grado de pugna partidista que ha alcanzado la pol¨ªtica estadounidense. La crisis de este verano sobre la elevaci¨®n del l¨ªmite de deuda y la proximidad de un nuevo ciclo electoral han llevado la tensi¨®n pol¨ªtica hasta niveles que producen esc¨¢ndalo y verg¨¹enza entre algunos ciudadanos que recuerdan la unidad nacional demostrada tras el ataque del 11 de septiembre, hace ahora precisamente diez a?os.
A lo largo de esta d¨¦cada muchas cosas han ocurrido en este pa¨ªs que explican la degradaci¨®n de la convivencia. Dos guerras discutibles y una crisis econ¨®mica sin comparaci¨®n desde la Gran Depresi¨®n son algunos de los principales factores de crispaci¨®n. La irrupci¨®n en el primer plano pol¨ªtico de un movimiento racista y agresivo como el Tea Party es otro elemento imprescindible de la tormenta. Pero tambi¨¦n la izquierda ha contribuido en alguna medida al enfrentamiento actual con llamamientos reiterados a Obama a que margine a la oposici¨®n o gestos como el del pasado fin de semana de Jim Hoffa, hijo del famoso dirigente sindical desaparecido y actual l¨ªder del sindicato de camioneros, quien ofreci¨® al presidente su "ej¨¦rcito" de trabajadores para "frenar a esos hijos de puta" del Tea Party.
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