Obama promete que no habr¨¢ recortes sociales sin m¨¢s impuestos a los ricos
Los republicanos acusan al presidente de azuzar a unos norteamericanos contra otros
En una apasionada defensa de una mayor justicia distributiva, Barack Obama ha prometido que no permitir¨¢ ning¨²n intento de reducir el d¨¦ficit fiscal ¨²nicamente a costa de los beneficios para los pobres sin incluir tambi¨¦n sacrificios para los ricos. Con su intervenci¨®n, que es tanto un proyecto de presupuesto como un programa para la reelecci¨®n, el presidente norteamericano traz¨® por fin una l¨ªnea en la arena sobre aquello en lo que no est¨¢ dispuesto a transigir y sent¨® claramente su posici¨®n de cara a una dificil¨ªsima negociaci¨®n con los republicanos.
"No voy a apoyar ning¨²n plan que ponga todo el peso para la reducci¨®n del d¨¦ficit en los ciudadanos comunes y vetar¨¦ cualquier propuesta que corte los beneficios de los pensionistas sin subir los impuestos a los m¨¢s ricos", ha declarado Obama en un discurso en la Casa Blanca en el que present¨® su alternativa para reducir el d¨¦ficit en cuatro billones de d¨®lares en la pr¨®xima d¨¦cada. Si se descuenta el bill¨®n de d¨®lares que se calcula ahorrar con las retiradas de Irak y Afganist¨¢n, la propuesta contempla alrededor de 1,5 billones de aumento de impuestos y una cantidad algo mayor de reducci¨®n de gasto, incluyendo lo que el presidente calific¨® de "modestas reformas estructurales" en los sistema de ayudas sanitarias a los jubilados y asistencia a los pobres.
El aumento de impuestos incluir¨ªa una tasa especial para conseguir que los contribuyentes individuales con m¨¢s de un mill¨®n de d¨®lares de ingresos anuales paguen tanto como la clase media. Actualmente el tipo m¨¢ximo en EE UU es del 35%, pero gran parte de los ingresos de los millonarios proceden de inversiones y beneficios de acciones que cuentan con exenciones fiscales. Adem¨¢s, Obama pretende eliminar las ventajas que George Bush concedi¨® a las familias que sobrepasan los 250.000 d¨®lares al a?o, as¨ª como otras que benefician a las compa?¨ªas petroleras y a los aviones privados de las empresas. Esas exenciones se supon¨ªa que eran provisionales, y de hecho Obama las extendi¨® hasta final de este a?o, pero los republicanos quieren ahora hacerlas definitivas.
Las matem¨¢ticas de Obama
El presidente afirm¨® que recortar el d¨¦ficit ¨²nicamente eliminando el gasto p¨²blico, especialmente el que afecta a los grandes programas sociales -Medicare, Medicaid y Seguridad Social-, como pretenden los republicanos, no solamente es injusto sino que, adem¨¢s es imposible. "No existen atajos para reducir el d¨¦ficit... Si queremos conseguirlo, hay que recortar gastos, pero tambi¨¦n es necesario incrementar los ingresos... Esto no es lucha de clase; esto son matem¨¢ticas", afirm¨®.
Obama ha hecho lo que hac¨ªa tiempo que le ven¨ªan pidiendo desde la izquierda de su propio partido: plantar cara a la ofensiva de la oposici¨®n y explicarle de frente a los ciudadanos qu¨¦ es lo que el defiende. Es muy posible que las ideas expuestas no se transformar¨¢n en ley, pero al menos -como hizo hace diez d¨ªas en relaci¨®n con el paro- ha defendido su causa y ha trasladado buena parte de la responsabilidad de la soluci¨®n de la crisis econ¨®mica a los republicanos. Estos han rechazado inmediatamente la propuesta de Obama, que consideran un mero ejercicio de demagogia que no merece siquiera ser tomada en consideraci¨®n. "Echar a pelear a unos norteamericanos contra otros no es liderazgo", ha declarado el presidente de la C¨¢mara de Representantes, John Boehner, en alusi¨®n a las cr¨ªticas del presidente por la ventajosa situaci¨®n de que disfrutan los millonarios.
Estamos, pues, ante un juego pol¨ªtico de alta intensidad en el que los partidos se juegan su futuro electoral. Dicho burdamente, Obama intenta perfilar a los dem¨®cratas como el partido que defiende a los pobres, con lo que autom¨¢ticamente coloca a los republicanos como los que defienden a los ricos.
La mayor¨ªa, a favor
Obama puede encontrar una buena audiencia para ese mensaje, puesto que, seg¨²n una encuesta de la cadena CNN, un 63% de la poblaci¨®n est¨¢ a favor de elevar los impuestos a los millonarios y a¨²n hay un 46% que cree que el presidente est¨¢ m¨¢s capacitado para administrar la econom¨ªa, mientras que solo un 37% prefiere que lo hagan los republicanos. Pero esta estrategia tambi¨¦n representa un riesgo para un presidente que ha gobernado hasta ahora desde el centro y que ha dedicado grandes energ¨ªas a buscar pactos con la oposici¨®n. Al correrse a la izquierda para revitalizar al partido de cara a las elecciones primarias, se corre el peligro de quedarse en terreno de nadie de cara a las posteriores elecciones presidenciales.
Antes quedan a¨²n por librarse varias batallas. La primera en el seno del comit¨¦ parlamentario bipartidista que discute la reducci¨®n del d¨¦ficit. Ese comit¨¦, al que se conoce como Supercomit¨¦ por los poderes de los que dispone, fue creado este verano a ra¨ªz de la crisis sobre la elevaci¨®n del techo de deuda. Su prop¨®sito es elaborar un presupuesto de consenso, pero, si no se logra antes de fin de a?o, tiene capacidad para imponer una reducci¨®n forzosa del gasto en 1,5 billones de d¨®lares.
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