Las aulas que el miedo vaci¨®

A varios, las amenazas les llegaron por mensajes enviados a sus tel¨¦fonos m¨®viles. Otros se toparon con una pancarta en la puerta de la escuela que informaba a los maestros que tendr¨ªan que entregar, a partir del primero de octubre, la mitad de su salario. Los hay que informan de que se enteraron de la extorsi¨®n por medio de volantes. En una escuela primaria en la zona de P¨ªe de la Cuesta, recibieron una visita de un comando que, aula por aula, y con los educandos de testigos, asalt¨® a los profesores. Son los testimonios an¨®nimos que repiten los maestros de Acapulco, en paro desde hace un mes en demanda de que el Gobierno del Estado de Guerrero les garantice que no ser¨¢n v¨ªctimas de los extorsionadores que les exigen derecho de piso.

"Qu¨¦ le voy a decir yo a 30 ni?os, de primer a?o, qu¨¦ les voy a decir [sobre la violencia]. Estoy... no s¨¦ c¨®mo. Yo pens¨¦ que hablarles de sexualidad a mis ni?os era lo m¨¢s dif¨ªcil, pero este tema, le juro que no o encuentro en ning¨²n libro, y me encanta leer, pero no s¨¦ c¨®mo decirles este miedo, este terror, porque lo viven en su casa. Todos estamos secuestrados, mis hijos ya no quieren ir a los comedores porque se encuentran un carro con gente despedazada". Es el testimonio de una profesora que lleva m¨¢s de 20 a?os impartiendo clases en escuelas de nivel b¨¢sico en las maltratadas orillas de Acapulco. Ese caso se suma a muchos m¨¢s en donde los profesores demandan seguridad, pues no atinan a saber c¨®mo los criminales tienen sus n¨²meros telef¨®nicos para hacerles peticiones concretas de dinero a cambio de no levantarlos, es decir, secuestrarlos.

Es sencillo diferenciar este movimiento de muchos otros que han emprendido los maestros en M¨¦xico. En el actual, que ha paralizado 170 escuelas de Acapulco y sus alrededores, tanto los l¨ªderes como los maestros son invisibles. No permiten que se les tomen fotograf¨ªas, dan testimonio pero no facilitan su nombre ni por equivocaci¨®n y cuando han de marchar lo hacen con gorra y gafas para disfrazarse. Su fuerza radica en el abandono de las clases, no en mostrarse en p¨²blico. En un gremio cien por ciento jerarquizado, donde los jefes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educaci¨®n gobiernan cualquier iniciativa, esta protesta comenz¨® como un movimiento de base en el que medio centenar de secretarios de delegaciones han puesto en jaque al Gobierno estatal, acostumbrado a negociar con los dirigentes.

Despu¨¦s de que durante semanas se resistiera a recibirles, el jueves pasado el gobernador del Estado de Guerrero, ?ngel Aguirre Rivero, un expriista reconvertido en perredista (izquierda), les ofreci¨® rondas policiales, construir vallas e instalar unos botones de p¨¢nico para activar la alarma si se presentara alg¨²n criminal. "?Y c¨®mo lo van a hacer con los botones esos en las escuelas en donde ni tel¨¦fono hay", cuestiona una maestra consultada v¨ªa telef¨®nica por EL PA?S. Los profesores decidir¨¢n en las pr¨®ximas horas si aceptan la oferta gubernamental o si permanecen en paro.

La situaci¨®n de Acapulco, y de Guerrero en general, se deteriora mes tras mes. Diversos observadores establecen que la desarticulaci¨®n desde 2010 de los cabecillas de dos grupos criminales que dominaban la plaza -el de los Beltr¨¢n Leyva y el de su anterior colaborador Edgar Valdez Villarreal, alias La Barbie- provocaron no solo un sangriento choque entre exsocios, sino la "diversificaci¨®n" de la b¨²squeda de ingresos de los delincuentes, que se han cebado en la poblaci¨®n. Se han disparado los testimonios de secuestros expr¨¦s (retienen a una persona a cambio del equivalente a 300, 500 o 3.000 euros) y de los casos de extorsi¨®n a locales y personas, como los maestros.

"Qui¨¦n nos garantiza que al salir de la escuela no van a ir por nosotros", dice la maestra v¨ªa telef¨®nica. "Ahora dicen que van a levantar a 10 de nosotros a diario si no volvemos a clase. Yo vi una manta que dec¨ªa que iban a pedir 500 pesos [30 euros] pesos por maestro a la quincena. Y no sabemos si ahora el primero de octubre van a venir o qu¨¦, si nos van a llevar a los cajeros a retirar el dinero para pagarles, o c¨®mo. ?Qui¨¦n te quita el miedo de que llegue alguien y te lleve?", cuestiona.

Y como el miedo casi siempre es mal consejero, un ama de casa acapulque?a se quejaba la semana pasada de que ella tambi¨¦n saldr¨¢ perjudicada por las amenazas a los maestros: en la escuela de sus hijos est¨¢n evaluando la posibilidad de que cada familia pague al mes 180 pesos (diez euros) por ni?o para recolectar lo que a su vez van a pagar los profesores a los criminales.