Alemania da un respiro
Berl¨ªn no tiene m¨¢s remedio que defender el euro para evitar un Waterloo financiero
Cuando solo los neutrinos y la sugerente posibilidad de que pudieran superar en velocidad a la luz, posibilitando volver atr¨¢s en el tiempo, disip¨® brevemente, haci¨¦ndonos so?ar, la melancol¨ªa de una crisis que est¨¢ cambiando nuestras vidas, un rayo de luz pareci¨® iluminar a Alemania, la patria de Einstein. Ocurri¨® el jueves en el centro de Berl¨ªn. Merkel, hero¨ªna a su pesar, salv¨®, por ahora, a Europa y al euro cavando un estrecho cortafuegos, en el tiempo de descuento de la crisis de la deuda. Un respiro para evitar el abismo al que el arrastrar de pies de los liliputienses dirigentes de la Uni¨®n Europea, los procesos de la UE (se toma una decisi¨®n en julio y hasta octubre no puede ejecutarse) llegando tarde y con demasiado poco para frenar la velocidad de la luz a la que operan los mercados, nos arrojaban ineludiblemente. Porque no hay Plan B, ha vuelto a repetir el comisario Almunia. ¡°Si esto falla, ser¨¢ una cat¨¢strofe¡±. Por unos instantes, la felicidad est¨¢ tejida de momentos fugaces, bajo la futurista c¨²pula acristalada del Reichstag, obra de Norman Foster, Alemania volvi¨® a ser el buen pa¨ªs europe¨ªsta de Adenauer y Kohl, posibilitando pensar en el regreso de una Alemania europea capaz de enterrar una Europa alemana, que una mayor¨ªa de sus ciudadanos parece sin embargo preferir. La canciller, asida de una coalici¨®n en la que los liberales est¨¢n desaparecidos y el ala b¨¢vara de su democracia cristiana apuntada al euroescepticismo, logr¨® un importante triunfo pol¨ªtico en el Bundestag. Una mayor¨ªa propia, entre los suyos, a favor de ampliar el fondo de rescate europeo, que debiera hacer posible que Grecia contin¨²e pagando sus deudas.
Alemania pasa a aportar 211.000 millones al fondo, 83.000 m¨¢s que hasta ahora. Merkel opta por el futuro de Europa enfrent¨¢ndose a un electorado esc¨¦ptico, encendido por los tabloides de la prensa sensacionalista con la idea de la Europa buena. Trabajadora y austera, al norte del Rhin, pagando el despilfarro y la anarqu¨ªa de los vagos del Sur. ¡°Tenemos un inter¨¦s nacional existencial en la estabilidad de Europa y el euro¡±, advirti¨® el portavoz cristianodem¨®crata en el debate en la C¨¢mara baja. Un desesperado Papandreu hab¨ªa volado a Berl¨ªn para suplicar el rescate de Grecia: ¡°Incluso Alemania depende de Europa, su mayor socio comercial, para su crecimiento y empleo¡±. Existencialismo doblado de ego¨ªsmo: la mayor¨ªa de sus exportaciones van a la eurozona; los bancos alemanes atesoran deuda soberana en euros. Y los pr¨®digos sure?os han ayudado a mantener bajo el tipo de cambio del euro beneficiando las exportaciones alemanas al resto del mundo. Las ¨¦lites alemanas, pol¨ªticas y econ¨®micas, son mayoritariamente europeas; la gran industria tambi¨¦n; la izquierda m¨¢s radical, los neocomunistas de La Izquierda, votaron en contra; el rechazo europeo anida m¨¢s en clases medias y bajas y en la peque?a empresa. El nacionalismo no es visto como la soluci¨®n en Alemania, donde, a diferencia de Holanda, Austria o Finlandia, la extrema derecha xen¨®foba est¨¢ a la baja.
Merkel opta por el futuro de Europa enfrent¨¢ndose a un electorado esc¨¦ptico, encendido por los tabloides de la prensa sensacionalista con la idea de la Europa buena
Nos esperan todav¨ªa d¨ªas churchilianos de sudor y l¨¢grimas. El fondo, ampliado a 440.000 millones, es insuficiente. Dos billones de euros ser¨ªan el list¨®n para que los mercados se lo piensen dos veces antes de ir a por Italia y Espa?a. Alemania advierte que no pondr¨¢ m¨¢s dinero, se opone a convertir la UE en una uni¨®n de transferencias y rechaza los eurobonos. La agencia calificadora Standard & Poor¡¯s amenaza con degradar el cr¨¦dito del pa¨ªs. Aun a rega?adientes, Alemania no tiene m¨¢s remedio que defender el euro. Como ocurri¨® en 1914 y 1939, por otras razones y con otras consecuencias, Berl¨ªn vuelve a tener la llave. Esta vez para evitar un Waterloo financiero capaz de arrastrar al continente y a todo el mundo a un agujero negro. Alemania impone su ritmo, el paso a paso: no existen soluciones m¨¢gicas, de una sola vez, para resolver la crisis europea. La respuesta no es regar con m¨¢s dinero el problema. ¡°No puedes luchar contra el fuego con m¨¢s fuego¡±, dice el ministro de Hacienda alem¨¢n. Los pa¨ªses pecadores, culpables de endeudamiento, no pueden irse de rositas con una leve penitencia. The Economist recuerda esta semana que en alem¨¢n la palabra para deuda es schulden, derivada de schuld, que tambi¨¦n significa culpa. La piedra trasatl¨¢ntica lanzada desde EE UU por Obama contra los europeos, ¡°culpables¡± de la crisis mundial, es indebida. Washington dista mucho de estar libre de pecado. La econom¨ªa norteamericana se ha detenido; EE UU nos export¨® la primera crisis; la irresponsabilidad fiscal del Congreso amenaza la recuperaci¨®n; el primer pa¨ªs del mundo acumula un Himalaya de deuda que supera a las europeas. Y el horizonte, hasta noviembre de 2012, es ya prisionero de la largu¨ªsima campa?a electoral en la que lo urgente, la reelecci¨®n de Obama, pasar¨¢ por encima de lo importante.
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