Mi abuelo, el ¡®querido l¨ªder¡¯

Como muchos chicos de 16 a?os, buena parte de la vida de Kim Han-sol transcurr¨ªa en la red. El adolescente, residente de Macao (China), manten¨ªa un perfil en Facebook, dos en Twitter, otro m¨¢s en YouTube, un blog, una cuenta en Qik ¡ªuna web para compartir im¨¢genes y v¨ªdeos captados con el m¨®vil ¡ª y hasta un canal de streaming. Se tratar¨ªa de la actividad en internet de cualquier joven 2.0, si no fuera por un detalle: se trata de Kim Han-sol, uno de los nietos del dictador norcoreano Kim Jong-il, y en cuanto sus perfiles fueron descubiertos (este domingo) los medios de todo el mundo se dieron un fest¨ªn.

Kim Han-sol es el hijo del primog¨¦nito del l¨ªder norcoreano, Kim Jong-nam, que estaba destinado a suceder a su padre hasta 2001. Algunos medios sudcoreanos aseguran que Kim Jong-nam, de 40 a?os, dijo a finales de los a?os noventa que implementar¨ªa reformas cuando sucediera a su padre. Craso error. Perdi¨® finalmente el favor del querido l¨ªder cuando fue descubierto en 2001 intentando entrar a Jap¨®n con un pasaporte dominicano falso. Desde entonces vive exiliado con su hijo en Macao (China). Por cierto, Kim Jong-nam tampoco se resisti¨® a la fiebre Facebook. En su muro lleg¨® a colgar insultos contra su medio hermano, Kim Jong-un, actual heredero del r¨¦gimen, y hasta vi?etas sat¨ªricas en contra de su padre (como una imagen del cartel de la pel¨ªcula Kung fu Panda con el rostro de su padre). El propio Kim Han-sol, cuando ten¨ªa solo 13 a?os, emiti¨® un mensaje por Internet donde se disculpaba con sus compatriotas por la hambruna que afecta su pa¨ªs desde 1990. El Programa Mundial de Alimentos (PMA), estim¨® en 2008 que un 40% de la poblaci¨®n norcoreana (unos 8,7 millones de personas). ¡°En realidad, como como cualquier persona normal, pero no puedo comer si tengo buena comida porque me compadezco de mi pueblo¡±, aseguraba en las im¨¢genes.

Para gestionar su presencia en la red, Kim Han-sol manten¨ªa dos cuentas: khsol616 y kimhs616. Todos los accesos han sido restringidos desde el domingo, cuando los medios sudcoreanos difundieron su identidad, pero a¨²n es posible acceder a ciertos contenidos. El joven est¨¢ por ingresar al United World College en Mostar (Bosnia-Herzegovina). El diario sudcoreano Chosun Ilbo report¨® que una persona, identificada como Kim Han-sol, se uni¨® al grupo de Facebook de la universidad y colg¨® un mensaje: ¡°All¨¢ va un norcoreano¡±.

Al nieto del l¨ªder de Corea del Norte le gusta la fotograf¨ªa, viajar, el vino y la pel¨ªcula 'Love Actually'

Un chico moderno

No deja de ser ir¨®nico que el nieto del Querido L¨ªder de un pa¨ªs con solamente tres servidores de Internet (Espa?a tiene m¨¢s de 3,8 millones) y una p¨¢gina web que parece dise?ada en los a?os noventa aparezca en un activo perfil de Facebook como un chico el pelo te?ido, pendientes y un especial gusto por la moda occidental. Su ahora extinto perfil en Blogger (lo borr¨® el lunes) lista entre sus intereses la fotograf¨ªa, los viajes, el vino y los ¡°spa¡± (??). Se declara fan de Coldplay y Katy Perry y entre sus pel¨ªculas favoritas est¨¢n Love Actually y Remember the Titans.

Aunque no todos sus gustos son occidentales. Kim Han-sol es un orgulloso norcoreano. Colg¨® m¨¢s de 10 comentarios en el v¨ªdeo Himno de Corea del Norte, difundido en diciembre de 2007 por el usuario Gliango. ¡°Bien, d¨¦jame dejarte las cosas claras. Soy un norcoreano que reside en Macao, ?ok? Y, por cierto, s¨ª hay Internet en NK [Corea del Norte]. Hemos creado un sistema de comunicaci¨®n v¨ªa sat¨¦lite all¨ª. Larga vida a la DPRK [Rep¨²blica Democr¨¢tica Popular de Corea, en ingl¨¦s]¡±, dec¨ªa uno de los comentarios.

Aunque una cosa es el patriotismo y otra su respaldo al r¨¦gimen de su abuelo. El adolescente public¨® en su muro una encuesta donde preguntaba a sus amigos si prefer¨ªan la democracia o el comunismo. ?l mismo respondi¨® que prefer¨ªa la democracia, aunque no ¨¦xplico si en el sentido occidental o en el que se da a la palabra en Corea del Norte. En Pyongyang un apoyo a elecciones libres puede? acarrear una condena a los temidos campos de trabajo norcoreanos.