Grecia ense?a las caras de la crisis
Atenienses de diferentes ideolog¨ªas, edades y clases tienen solo un punto en com¨²n: el hartazgo hacia su clase pol¨ªtica
De una estudiante de izquierdas a una jubilada simpatizante del partido ultraconservador y xen¨®fobo La¨®s. De un inmigrante alban¨¦s a un joven profesional preocupado por la tensi¨®n que reina en la sociedad. Cada ateniense entrevistado para este reportaje tiene una opini¨®n distinta sobre los motivos que han llevado a Grecia a una de las mayores crisis que recuerdan, pero todos tienen algo en com¨²n: el hartazgo y decepci¨®n con la casta pol¨ªtica que ha dirigido el pa¨ªs desde que recobr¨® la democracia en 1974.
ANTIGONI ZYGRA - Desempleada de 27 a?os
¡°Dan igual las elecciones porque las decisiones no las toma el Gobierno, sufrimos una ocupaci¨®n¡±
Antigoni Zygra abandon¨® el pa¨ªs con m¨¢s paro de toda Europa para irse al que ocupa un segundo lugar en el campeonato del desempleo. Tras cuatro a?os en Madrid trabajando y estudiando en el sector del cine, esta joven de 27 a?os se vio sin ocupaci¨®n y decidi¨® volver a casa. ¡°Todo el mundo me pregunta por qu¨¦ me he vuelto. Y siempre respondo que la situaci¨®n en Espa?a es tan mala como aqu¨ª. Con la diferencia de que all¨ª no ten¨ªa la red familiar que tengo en Grecia¡±, explica sentada en un restaurante ateniense con un castellano perfecto.
En Atenas tiene a favor el apoyo familiar, pero en contra el coste de la vida. ¡°En los ¨²ltimos tiempos los precios se han disparado. Es cierto que la vivienda es m¨¢s cara en Madrid. El alquiler de un piso para una persona en un barrio medio puede ser de 300 o 350 euros. Pero la comida, la gasolina y los gastos del d¨ªa a d¨ªa son mayores aqu¨ª. ?Es imposible pagar un euro y medio por una ca?a, como en Espa?a. Aqu¨ª,cuatro euros es lo habitual¡±, exclama.
Ella reconoce que ha elegido un sector en el que es dif¨ªcil meter la cabeza pero, ?qu¨¦ puede contar de la gente de su edad? ¡°Una amiga soci¨®loga de 31 a?os lleva tiempo en paro,pero a veces encuentra algo en Zara reponiendo ropa. Otra es fil¨®loga francesa y tiene la suerte de trabajar en la farmacia de su hermano. Tengo amigos en banca, que estaban bien, pero ahora tienen miedo porque no saben qu¨¦ va a pasar con la reestructuraci¨®n financiera. Los que terminaron los estudios hace cuatro o cinco a?os est¨¢n mejor, pero mi generaci¨®n lo tiene m¨¢s dif¨ªcil¡±, responde.Una vez m¨¢s, la descripci¨®n que hace Zygra coincide con la que podr¨ªa hacer cualquier persona de su edad en Espa?a.
As¨ª, no es extra?o que,como ella cuenta, la protesta de los aganaktismenoi o indignados se hiciera a imagen y semejanza del movimiento 15-M. ¡°Incluso en la organizaci¨®n intervinieron j¨®venes espa?oles que viv¨ªan en Atenas¡±; recuerda. La tasa de paro oficial supera en Grecia el 16%, frente al 21% de Espa?a, pero los expertos coinciden en que la cifra real es bastante mayor y que seguir¨¢ en esos niveles unos cuantos a?os.
Zygra sigue la actualidad pol¨ªtica y se nota. Tiene una respuesta elaborada para todas las preguntas. ?Qu¨¦ opina de la petici¨®n de elecciones adelantadas que hace la oposici¨®n? ¡°En el fondo da igual que sean ahora o no, porque las decisiones las toma la troika [la Comisi¨®n Europea, el FMI y el BCE]. Tenemos la sensaci¨®n de que esto es una ocupaci¨®n oculta por parte de otros pa¨ªses¡±. ?Cree necesarios los ajustes que ha adoptado el Gobierno? ¡°Algunas cosas estaban mal y hab¨ªa que cambiarlas. Por ejemplo, es obvio que era necesario reducir el sector p¨²blico.Pero los sueldos no pueden bajar m¨¢s. Y es cierto que hab¨ªa pensiones de 7.000euros, pero con los recortes tambi¨¦n se perjudica a los que cobran 400¡±.
Y ?cree que Europa est¨¢ siendo injusta con su pa¨ªs? ¡°Cometimos errores, pero ahora parece que somos los ¨²nicos responsables. Nos gastamos mucho dinero, s¨ª. Pero parte de ese dinero se destin¨® al Ej¨¦rcito, para que velara por la seguridad de todo el continente. Las armas y los aviones se los compr¨¢bamos a Alemania y Francia, los mismos que ahora nos exigen austeridad¡±.
YORGOS PAPAYANNIS - Trabaja en un bufete de abogados, 32 a?os
¡°Los esfuerzos que hemos hecho hasta ahora han sido in¨²tiles¡±
Yorgos Papayannis confiesa que se siente un afortunado al cobrar 500 euros por un trabajo a media jornada en un bufete. ¡°Otros que hacen lo mismo reciben 300 euros¡±, asegura.Tras estudiar Filosof¨ªa, a este ateniense de 32 a?os le quedan los ¨²ltimos tr¨¢mites para obtener el t¨ªtulo de abogado.
¡°Llevo esperando semanas, pero las facultades est¨¢n cerradas por la huelga de estudiantes y no puedo conseguir los papeles¡±, dice mientras pasa por la Universidad Polit¨¦cnica, un edificio conocido en la capital porque sirvi¨® de refugio a los opositores en los ¨²ltimos d¨ªas de la dictadura militar. ¡°Adem¨¢s de este empleo,tengo que hacer chapucillas para sobrevivir¡±, confiesa. Algo nada anormal en un pa¨ªs en el que se calcula que la econom¨ªa sumergida representa el 40% del PIB.
Papayannis sufre los salvajes recortes que est¨¢ haciendo el Gobierno, pero admite que algunos eran necesarios. ¡°Hac¨ªa falta reformar la administraci¨®n p¨²blica. Desde que soy peque?o llevo oyendo hablar sobre lo cara e improductiva que es. Pero justo en este momento, con tanto paro, no podemos soportar 100.000 o 200.000 desempleados m¨¢s. Las reformas se ten¨ªan que haber hecho antes y no ahora de repente, como un tsunami. Este pa¨ªs no ha cambiado nada en 20 a?os y ahora pretenden cambiarlo todo en 10 d¨ªas. Excepto el turismo, no tenemos nada que vender¡±, protesta.
?Cree que todo esto por lo que est¨¢ pasando el pueblo griego dejar¨¢ algo positivo? ¡°Hace dos a?os pensaba que pod¨ªa ser una buena oportunidad para cambiar lo que estaba mal. Pero ahora vemos que todos los esfuerzos han sido in¨²tiles. Estamos en el mismo punto, y encima ganamos menos,trabajamos m¨¢s y pagamos m¨¢s impuestos. No s¨¦ cu¨¢ndo saldremos de esta. Estamos exhaustos¡±, contin¨²a este joven que, pese a que en las ¨²ltimas elecciones vot¨® al partido entonces en el poder, los conservadores de Nueva Democracia,considera ¡°una verg¨¹enza¡± que el anterior Gobierno mintiera en las estad¨ªsticas que enviaba a Europa.
¡°Estoy decepcionado con todos los pol¨ªticos. Pero trato de estar tranquilo. Porque veo mucha furia a mi alrededor, y me da miedo que lo destruya todo¡±, a?ade. Muchos conciudadanos echan la culpa de lo que est¨¢ pasando al FMI o a Alemania, pero ¨¦l no. ¡°Ellos solo hacen su trabajo. Ten¨ªamos que haber sido m¨¢s cuidadosos con el dinero¡±,responde.
ROSA ZACK - Estudiante de dise?o industrial
¡°Estamos m¨¢s all¨¢ de la depresi¨®n¡±
Rosa Zack, de 25 a?os,se debate entre dos opciones para cuando termine sus estudios de dise?o industrial: irse a cualquier pa¨ªs del mundo donde pueda trabajar en lo que le gusta o montar un proyecto propio en Grecia. Zack est¨¢ entre esa inmensa minor¨ªa de griegos que saca alguna lectura positiva de lo que est¨¢ viviendo el pa¨ªs. ¡°Es todo muy dif¨ªcil, pero hay ganas de hacer cosas nuevas. Estamos m¨¢s all¨¢ de la depresi¨®n¡±, asegura.
Con una amplia sonrisa,sentada en el banco de la plaza de Exarchia, dice que la aspiraci¨®n de muchos j¨®venes era hacerse funcionario para tener un buen sueldo trabajando poco. ¡°Antes, era habitual encontrar chicos de 22a?os que por mentalidad parec¨ªa que tuvieran 72. Esto es horrible, pero al menos ahora hay m¨¢s energ¨ªa entre los j¨®venes. Es lo ¨²nico bueno de lo que estamos viviendo¡±, asegura.
La reciente reforma educativa aprobada por el Parlamento ha levantado protestas que han mantenido cerradas las Universidades durante semanas. Zack opina que la nueva ley tiene cosas buenas y malas. Entre las primeras, destaca que se limite la posibilidad de alargar los estudios hasta el infinito. ¡°Se destinaba much¨ªsimo dinero agente que no ten¨ªa ning¨²n inter¨¦s en la Universidad y se limitaba a matricularse a principios de a?o. Ahora, si la carrera dura cuatro a?os, hay que terminarla en seis. Creo que es justo¡±, se?ala.
Pero el problema es que un sistema educativo que siempre ha presumido de ser gratuito ¨Cel Estado griego regala los libros a los estudiantes desde la escuela primaria hasta los estudios superiores- obligue a pagar cada vez por m¨¢s conceptos. ¡°Nosotros tenemos que comprar programas inform¨¢ticos,porque los que tenemos en la escuela son muy antiguos. No hay dinero para investigaci¨®n. Los libros son gratis, pero no sabemos si seguir¨¢n si¨¦ndolo en unos meses. Nada es seguro¡±, concluye.
Zack, que en las ¨²ltimas elecciones vot¨® en blanco, dice que en los pr¨®ximos comicios volver¨¢ a ejercer su derecho. Pero a¨²n no sabe si la papeleta que introduzca en la urna ir¨¢ de nuevo en blanco o se decantar¨¢ por alg¨²n partido. Solo tiene una cosa clara: no apoyar¨¢ a ninguna de las dos fuerzas mayoritarias. ¡°Ni Pasok ni Nueva Democracia. Eso desde luego¡±, afirma rotunda.
STELLE KLIOTI - Funcionaria de 43 a?os
¡°Los n¨²meros importan ahora m¨¢s que los humanos¡±
Stelle Klioti es una m¨¢s entre los centenares de funcionarios que se manifiestan en la c¨¦ntrica plaza de Klafthmonos. Klioti, que ha pasado m¨¢s de la mitad de sus 43 a?os en el ¨¢rea de cultura del Ayuntamiento de Atenas, basa su discurso en criticar un mundo en el que ¡°los n¨²meros importan m¨¢s que los humanos¡±.
¡°Nos han recortado el salario. No podemos vivir con estos sueldos y encima pagar cada vez m¨¢s impuestos. Tras 24 a?os de trabajo he pasado de cobrar 2.200 euros a 1.700¡±, protesta esta mujer que tiene dos hijos estudiantes, uno de ellos fuera de la capital. ¡°No s¨¦ con qu¨¦ pretende el Gobierno crear la riqueza en el futuro.Solo tenemos el turismo y un sector p¨²blico potente. Pero esto se va a acabar¡±,protesta.
Klioti, afiliada al sindicato Adedy, mayoritario en la funci¨®n p¨²blica, niega la mayor. Ella no cree ni en la existencia de la crisis. ¡°No nos tragamos lo que se nos est¨¢ diciendo. No solo desde el Gobierno, sino de todas partes. Protestamos porque han decidido simple y llanamente acabar con nuestra forma de vida¡±, asegura.
Mientras ella habla,asiente su compa?era de manifestaci¨®n Kerasia Danasi. Ella, tras m¨¢s de dos d¨¦cadas como inform¨¢tica en el Ayuntamiento, va a ganar a partir de ahora 700euros frente a los 1.000 actuales. Danasi pronostica para Grecia un proceso de balcanizaci¨®n. ¡°Por culpa del FMI, los trabajadores de aqu¨ª nos vamos a parecer m¨¢s a los de Bulgaria que a los de Europa occidental¡±, dice indignada mientras despliega las banderas y los silbatos, dispuesta a luchar hasta el final.
ALBAN LOKA. - Inmigrante, trabaja en una carnicer¨ªa
¡°Ahora vendo la mitad. Si esto sigue as¨ª, tendr¨¦ que irme de Grecia¡±
Cuando Alban Loka lleg¨® a Grecia hace una d¨¦cada vio un panorama muy distinto al actual. Entonces paquistan¨ªes, egipcios, afganos, bangladesh¨ªes, rusos y muchas otras nacionalidades llegaban a un pa¨ªs con una tasa de paro del 10%, ansiosos por encontrar trabajo. Hoy, con un desempleo oficial del 16%, y del 33% entre los j¨®venes, muchos amigos de este alban¨¦s de 28 a?os est¨¢n volviendo a sus pa¨ªses.
?l no. ?l tiene suerte y sigue trabajando en el mercado central. Pese a que ha mantenido su puesto, Loka ha pagado la crisis a su manera: ahora tiene que trabajar mucho m¨¢s para ganar lo mismo. Sus jornadas en el puesto de carne se han alargado a seis d¨ªas a la semana, entre 10 y 12 horas cada d¨ªa. El sueldo sigue igual: 1.200 euros por m¨¢s de 60 horas semanales.
¡°Ahora vendemos la mitad. Si la situaci¨®n sigue tan mal, a lo mejor me tengo que volver a mi pa¨ªs¡±, dice resignado. Aunque la Grecia que encontr¨® tampoco era para ¨¦l una fiesta contin¨²a: por su primer trabajo en el mercado cobraba 600 euros al mes.
Loka tiene muy poca relaci¨®n con los griegos, a los que acusa racismo. ¡°No todos, pero casi todos nos tratan muy mal¡±, matiza. ?Qu¨¦ es lo que m¨¢s le gusta de Grecia? ¡°La m¨²sica¡±, responde sin dudarlo. ?Y lo que menos? ¡°La gente¡±, a?ade con una sonrisa triste.
MARO PANLOU - Jubilada de 75 a?os
¡°Alemania nos presta dinero para que compremos sus productos y se queda los beneficios y el empleo; nosotros, el paro y la deuda¡±
Maro Panlou a¨²na un malhumor a prueba de bombas y fuertes prejuicios raciales con una vasta cultura y un discurso ir¨®nico que a ratos es divertido. Esta jubilada de 75 a?os vivi¨® en Londres largas temporadas y habla ingl¨¦s a la perfecci¨®n. Elegante, almuerza en una terraza frente al Parten¨®n, orgullosa de la herencia cultural de la Grecia antigua.
Dice que los recortes le han hecho perder 240 euros de pensi¨®n al mes, y que ahora cobra menos de900. Pero se resiste a hablar de s¨ª misma. Ella quiere centrarse en la situaci¨®n de su pa¨ªs y en las injusticias que se han cometido con ¨¦l. ¡°Grecia no tiene amigos en Europa. Y nos vemos forzados a convivir con los peores vecinos de toda la regi¨®n¡±, comienza. Como muchos conciudadanos suyos, est¨¢ convencida de que Alemania y el resto de pa¨ªses que rescataron a Grecia, en lugar de ayudarles, les han echado una mano al cuello.
¡°Ellos nos prestan dinero, y bien caro, para vender sus productos. Los beneficios y los empleos se quedan en Alemania, pero las deudas y el desempleo vienen aqu¨ª. Nosotros no somos fil¨®sofos baratos, este pa¨ªs concibi¨® todos los conocimientos, toda la sabidur¨ªa humana. No tenemos que aceptar lecciones de democracia de nadie¡±,dice esta mujer, que al principio prefiere no decirlo, pero acaba declar¨¢ndose simpatizante del partido de derechas nacionalista y xen¨®fobo La¨®s, la cuarta fuerza en el Parlamento de Atenas.
?Cree que la soluci¨®n es salir del euro? ¡°No. No. Eso lo propone la gente que no piensa. Cometimos dos grandes errores. El primero, pensar que Europa era nuestra amiga. Y el segundo, confiar en esos pol¨ªticos del Pasok o de Nueva Democracia. Los socialistas dicen que van a reestructurar la funci¨®n p¨²blica, pero no lo pueden hacer porque ah¨ª es donde est¨¢ precisamente la gente que les vota¡±, responde.
Panlou insiste en su diatriba contra el pa¨ªs de Angela Merkel. Asegura que Alemania debe a Grecia170.000 millones de euros --¡°sin intereses, sin intereses¡±, repite- como indemnizaci¨®n por los destrozos que causaron los nazis en la II Guerra Mundial.¡°Aunque ellos se hacen los sordos y nunca nos van a pagar¡±, repite justo antes de advertir al periodista que no va a permitir salir fotografiada.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.