Una democracia que respire
Hay que mirar con atenci¨®n lo que est¨¢ sucediendo en Francia. No tan solo por la corrosi¨®n de la presidencia de la Rep¨²blica como efecto del car¨¢cter impetuoso y eg¨®latra de su actual titular, Nicolas Sarkozy, sino ante todo por una revoluci¨®n tranquila que ya se ha producido en el interior del Partido Socialista, cuyos efectos pueden modificar el paisaje partidista e incluso algunos elementos definitorios de la V Rep¨²blica. A¨²n cabe que estos efectos vayan m¨¢s lejos, pues a fin de cuentas el molde pol¨ªtico del socialismo franc¨¦s ha sido adoptado en muchos aspectos por partidos de otros pa¨ªses europeos.
Esto se acab¨®. Las primarias socialistas abiertas a todos, le 'peuple de gauche', han terminado con esta historia de un partido agobiado por el peso de su ideolog¨ªa y encerrado en sus viejas estructuras de matriz decimon¨®nica. La decisi¨®n es de alto riesgo. No es seguro que al final del camino est¨¦ realmente el palacio del El¨ªseo. Ni la derecha francesa ni Sarkozy van a caer sin combate. A pesar de sus errores, esta Rep¨²blica es suya en su origen y en la mayor parte de su gesti¨®n, por lo que har¨¢n mangas y capirotes para retener la presidencia.
De momento, los socialistas franceses han hecho dos cosas. Con la campa?a de primarias y las dos vueltas electorales han ocupado largamente el espacio p¨²blico y medi¨¢tico y movilizado a casi tres millones de ciudadanos, para desesperaci¨®n de Sarkozy. Pero han hecho algo m¨¢s crucial todav¨ªa, como es recuperar el gusto por la pol¨ªtica, el sentido de la participaci¨®n y del debate, el valor de las ideas, justo en una ¨¦poca de desafecci¨®n y de crisis. No puede descartarse, sin embargo, que el balance final sea doloroso y que se queden sin El¨ªseo y con el socialismo todav¨ªa m¨¢s maltrecho.
De momento, el socialismo hasta ahora m¨¢s arcaico de toda Europa ha demostrado que sabe modernizarse y abrirse, arriesgar y exhibir a dos finalistas perfectamente preparados para presidir la Rep¨²blica: levemente m¨¢s centrista, Fran?ois Hollande, y levemente m¨¢s izquierdista, Martine Aubry. A esta ¨²ltima pertenece la idea de conseguir ¡°una democracia que respire¡±. Que cunda el ejemplo. All¨ª y aqu¨ª.
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