Uno contra mil veintisiete
La historia de las negociaciones entre palestinos e israel¨ªes est¨¢ trufada de grandes gestos que conducen a una nada cada vez mayor: una nada gigantesca en t¨¦rminos de paz y justicia
Un soldado israel¨ª a cambio de mil veintisiete presos palestinos es una singular proporci¨®n, desmesurada incluso para el nivel habitual de desproporci¨®n de las relaciones israelo-palestinas (recordemos otra desproporci¨®n c¨¦lebre: durante la operaci¨®n Plomo Fundido contra Gaza se estima que murieron 1.434 palestinos y 14 israel¨ªes). Sin duda, la cantidad de presos palestinos liberados logra distraer la atenci¨®n de las ausencias cualitativas, si es que as¨ª puede hablarse, entre las que se cuentan los dirigentes de los principales partidos palestinos. Khaled Meshaal, responsable del bureau pol¨ªtico de Ham¨¢s, con sede en Damasco, parec¨ªa tenerlo en mente cuando hace una semana, al anunciar el acuerdo, insisti¨® con ret¨®rica islamista en la importancia del n¨²mero sobre los nombres y los detalles, que no proporcion¨®, o que tergivers¨®, como cuando afirm¨® que todos los presos volver¨ªan a sus hogares. Desde el punto de vista de Ham¨¢s, el n¨²mero arrasa y la espectacularidad triunfa.
La historia de las negociaciones entre palestinos e israel¨ªes est¨¢ trufada de grandes gestos que conducen a una nada cada vez mayor: una nada gigantesca en t¨¦rminos de paz y justicia. Y aunque este gesto actual carezca, al menos por ahora, del almibarado apret¨®n de manos entre enemigos, tiene propiedades ya muchas veces vistas: sirve para que los extremos se toquen y deslumbren los fuegos de artificio. Son evidentes los beneficios para los principales protagonistas y enemigos: Ham¨¢s y el gobierno israel¨ª. La victoria de Ham¨¢s es sobre Fatah: le arrebata el protagonismo nacional e internacional que hab¨ªa cosechado en la ONU con la solicitud de reconocimiento de Palestina como Estado miembro.
Demasiados ganadores
y muy poca pol¨ªtica: no significa nada en la soluci¨®n del conflicto
Las calles de Gaza, a diferencia de las de Ramala, no pudieron festejar el discurso de Abbas: la polic¨ªa se encarg¨® de ello, as¨ª como de impedir las conexiones de las parab¨®licas en los caf¨¦s. La victoria de Netanyahu tambi¨¦n lo es sobre sus enemigos internos y externos: cumple una promesa electoral muy popular y, sobre todo, le muestra al mundo su supuesta cintura negociadora, su amor a las negociaciones bilaterales que ¨¦l tanto ha reclamado a la Autoridad Nacional Palestina con motivo de la iniciativa onusiana.
Ham¨¢s arrebata a Fatah
el protagonismo internacional
que hab¨ªa cosechado en la ONU
Pero hay otros dos actores, a su manera exitosos, en este escenario: Egipto y Siria. Su papel apenas ha trascendido pero indica que s¨®lo hay lugar en Oriente Pr¨®ximo para aquellos que aceptan que nada cambie en Palestina. O en el mundo ¨¢rabe, que viene a ser lo mismo. La mediaci¨®n del Consejo Nacional de Transici¨®n egipcio deja entrever dos l¨ªneas fundamentales de su pol¨ªtica: la colaboraci¨®n con el islamismo oficialista de los Hermanos Musulmanes y la renovaci¨®n de las relaciones preferentes con Israel. Mubarak nunca hubiera dado este protagonismo a Ham¨¢s, sus aspiraciones regionales las buscaba en Washington. La combinaci¨®n de Hermanos Musulmanes m¨¢s Israel es de mal ag¨¹ero para el pluralismo y la libertad con que so?¨® Tahrir.
Mubarak nunca hubiera dado este protagonismo a Ham¨¢s
Por su parte, el r¨¦gimen de los Asad ha sido el valedor de Ham¨¢s desde que en 1999 sus dirigentes tuvieron que abandonar Jordania. Extra?o entendimiento: un r¨¦gimen laico, represor de sus islamistas, que apoya a una organizaci¨®n de ese signo. Unidos gracias a Israel contra Israel. Pocas y tardas han sido las palabras de Ham¨¢s en apoyo de la primavera siria. Y ahora, justo cuando el r¨¦gimen de Damasco est¨¢ al borde del abismo, la formaci¨®n palestina logra un ¨¦xito del que, cuando menos, cabe pensar que tambi¨¦n se beneficia su mentor.
La conclusi¨®n de este canje hist¨®rico es que hay demasiados ganadores y muy poca pol¨ªtica: no significa nada en la soluci¨®n del conflicto.
Luz G¨®mez Garc¨ªa es profesora de Estudios ?rabes e Isl¨¢micos de la Universidad Aut¨®noma de Madrid
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