La educaci¨®n de las ni?as como una cuesti¨®n de justicia
Entreculturas presenta un informe sobre el acceso de las ni?as a la escuela
¡°Las mujeres nos dec¨ªan que no quer¨ªan ser mujeres porque se sufr¨ªa mucho¡± afirma Rosa Mar¨ªa Mujica, educadora y miembro del Instituto Peruano de Educaci¨®n en Derechos Humanos y Paz (IPEDEHP). Esta mujer, con con una reconocida trayectoria y una amplia experiencia en la ejecuci¨®n de proyectos sociales educativos en temas de derechos humanos, declaraba con vehemencia que la educaci¨®n puede transformar la historia. Mujica particip¨® el martes en la presentaci¨®n del informe ¡°Las ni?as a clase: una cuesti¨®n de justicia¡±, elaborado por la ONG Entreculturas.
Casi 67 millones de menores en el mundo est¨¢n sin escolarizar, de los cuales, el 53% son ni?as. Hay todav¨ªa 69 pa¨ªses que no han logrado la paridad de ni?os y ni?as, lo que contribuye a perpetuar la desigualdad entre hombres y mujeres, y en ello incide el informe, que analiza la situaci¨®n de las ni?as y de las mujeres en la educaci¨®n y ofrece una serie de propuestas que gobiernos y organismos internacionales deber¨ªan llevar a cabo para acabar con esta injusticia. Insiste dicho informe en el papel fundamental de la educaci¨®n como potente herramienta de cambio para la construcci¨®n de una sociedad justa basada en los derechos humanos.
Casi 67 millones de menores en el mundo no est¨¢n escolarizados
Destaca el proyecto el estudio de caso en las escuelas rurales de Quispicanchi, Cuzco (Per¨²), donde el 75,3% de la poblaci¨®n es pobre y la pobreza extrema afecta al 51,3%. M¨¢s del 52% de su poblaci¨®n no sabe leer ni escribir.
Este proyecto de escuelas rurales de Quispicanchi, coordinado desde Fe y Alegr¨ªa y el IPEDEHP, pretende promover la igualdad de oportunidades educativas para ni?os y ni?as ind¨ªgenas, mejorando las capacidades del profesorado y educando a las familias en la igualdad de g¨¦nero, todo ello a trav¨¦s de una educaci¨®n biling¨¹e (quechua y castellano).
La formaci¨®n de los maestros fue el pilar fundamental en Quispicanchi ?
Mujica habla de un antes y un despu¨¦s en Quispicanchi: ¡°Lo que es muy esperanzador es que en seis a?os que llevamos trabajando en este proyecto la realidad cambi¨®. En este tiempo hemos cerrado brechas que 500 a?os de historia no hab¨ªan logrado cerrar¡±. Sin embargo, la educadora es consciente del largo camino que queda por recorrer: ¡°Estamos celebrando cerrar las brechas en primaria y yo pensaba qu¨¦ poquito pedimos, qu¨¦ injusto, muy valioso pero queda un largo camino. El derecho a la educaci¨®n b¨¢sica completa es un derecho que la Constituci¨®n peruana consagra, sin embargo la distancia entre la realidad y las leyes es todav¨ªa enorme" afirma Mujica.
La presentaci¨®n del informe en Madrid lo protagoniz¨® Roxana Quispe, una l¨ªder campesina de 30 a?os de la comunidad de Tinki que ha participado en el proyecto de estas escuelas rurales. ¡°La escuela ha cambiado mucho. Ya no hay agresi¨®n, ahora es pura alegr¨ªa", dice. ¡°Mi hijo se demora una hora y media caminando para ir a la escuela, pero va contento y feliz. Tiene siete a?os y va solito. Los ni?os se esfuerzan porque quieren estudiar".
Roxana Quispe, que consigu¨® alfabetizarse y aprender el castellano a los 14 a?os, cuenta la situaci¨®n de violencia y miedo en al colegio cuando ella era ni?a. ¡°Muchos no iban a la escuela no solo porque eran pobres sino porque ten¨ªan miedo¡±. Y explica c¨®mo esta situaci¨®n de miedo se repet¨ªa en las familias: ¡°Mi padre nunca me abraz¨®, nunca me ayud¨® con mis tareas de la escuela, pero era una situaci¨®n general en todas las familias¡±.
Mujica afirma que su trabajo fundamental se centr¨® en los maestros: ¡°Transformamos las pr¨¢cticas. No llegamos con discursos sino con un proceso de revisi¨®n de sus propias historias. Nuestra idea era que comprendieran que ¡®lo que no se siente no se entiende¡¯ como dijo Sim¨®n Rodr¨ªguez, maestro de Sim¨®n Bol¨ªvar, y lo que no se entiende, no interesa¡±. Esa misma metodolog¨ªa se utiliz¨® con padres y madres y con ni?os y ni?as. ¡°Fue un proceso de ir trabajando sus propias conciencias, su dignidad y sus derechos y as¨ª podr¨ªan transformar sus vidas¡±, concluy¨® la educadora peruana.
Roxana Quispe celebra los cambios que ha experimentado su peque?a comunidad gracias a este proyecto educativo. Resalt¨® que hay menos violencia, m¨¢s respeto, m¨¢s cari?o. De la misma manera que ahora los maestros juegan con los ni?os, tambi¨¦n los padres lo hacen. ¡°Ahora mi madre me dice que me quiere, me abraza, escucha mis problemas. Esto no lo hac¨ªa cuando era ni?a¡±.
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