Sangre en El Cairo
La escalada de la represi¨®n militar pone en cuesti¨®n la transici¨®n en Egipto
Si en alg¨²n momento, all¨¢ por la primavera, los generales egipcios fueron vistos por su pueblo como los liberadores de la interminable dictadura de Hosni Mubarak, esa percepci¨®n se ha desvanecido. En los ¨²ltimos tres d¨ªas, casi 40 civiles han resultado muertos en El Cairo, la mayor¨ªa a balazos, por la represi¨®n castrense contra los miles de manifestantes que exigen el r¨¢pido final de un poder militar cada vez m¨¢s enquistado en su intervencionismo. La violencia creciente en Egipto, a una semana del comienzo de unas largas, complicadas y esperanzadoras elecciones parlamentarias, refleja una alarmante incapacidad de la Junta Militar para manejar la anunciada transici¨®n hacia la democracia.
Los militares que durante generaciones han aherrojado un pa¨ªs no suelen convertirse de la noche a la ma?ana en paladines de la libertad. Tampoco en Egipto. La Junta presidida por Husein Tantaui, ministro de Mubarak durante 20 a?os, que prometi¨® en un arrebato entregar el poder a los civiles en septiembre pasado, extiende ahora su calendario hasta 2013, despu¨¦s de unos comicios legislativos por etapas que durar¨¢n meses, el refrendo de una nueva Constituci¨®n y la elecci¨®n de un presidente. Por si no fuera suficiente, en las ¨²ltimas semanas los generales han filtrado un borrador constitucional que les otorgar¨ªa poder de veto sobre determinadas decisiones parlamentarias y les permitir¨ªa mantener el presupuesto castrense al margen del escrutinio civil. Todo un programa.
Por su envergadura y relevancia, las inminentes elecciones representan una prueba crucial sobre la capacidad de transformaci¨®n democr¨¢tica del mundo ¨¢rabe. Sofocar a tiros las protestas populares compromete por igual su desarrollo y su legitimidad. Contra las inaceptables pretensiones de los militares y su querencia por el poder se levantan tanto laicos como islamistas, los j¨®venes activistas que iniciaron la revuelta contra Mubarak y los reductos liberales. Sus emergentes demandas abarcan desde un Gobierno de salvaci¨®n nacional hasta el adelanto de las presidenciales a la primavera pr¨®xima. La dimisi¨®n del Ejecutivo actual, anunciada anoche, es m¨¢s un term¨®metro de la envergadura de la crisis que una soluci¨®n como la que se precisa. Detener la represi¨®n, abandonar de inmediato toda tentaci¨®n de perpetuarse y acelerar al m¨¢ximo una institucionalizaci¨®n del pa¨ªs ¨¢rabe son las obligaciones inexcusables de la deslegitimada Junta Militar para evitar el incendio de Egipto.
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