El r¨¦gimen de Ir¨¢n provoca a Occidente
Decenas de estudiantes asaltan la Embajada y otras legaciones de Reino Unido Los j¨®venes radicales protestan por las nuevas sanciones econ¨®micas a Teher¨¢n
Decenas de estudiantes radicales iran¨ªes atacaron el martes la Embajada del Reino Unido en Teher¨¢n, seg¨²n ha difundido con profusi¨®n la televisi¨®n estatal. Lo que iba a ser una mera manifestaci¨®n de repulsa contra las ¡°pol¨ªticas hostiles del Londres¡±, degener¨® sin embargo en una batalla campal cuando los estudiantes se negaron a desalojar el lugar. La polic¨ªa utiliz¨® gases lacrim¨®genos y rescatado a seis empleados que los asaltantes pretend¨ªan tomar como rehenes. Algunos de ellos se negaron a abandonar uno de los recintos diplom¨¢ticos hasta que finalmente la polic¨ªa logr¨® que desalojaran el lugar. El incidente, el ¨²ltimo de un crescendo de declaraciones y medidas contra la representaci¨®n brit¨¢nica, escenifica el malestar del r¨¦gimen iran¨ª por las nuevas sanciones econ¨®micas para castigar su programa nuclear y con su creciente aislamiento internacional.
¡°Despu¨¦s de que las fuerzas de seguridad hayan dado un ultim¨¢tum a los estudiantes, la protesta en el complejo brit¨¢nico ha terminado¡±, ha dicho la agencia Fars en referencia a la sede de la Embajada en el centro de Teher¨¢n. Poco antes, la agencia de los estudiantes, ISNA, informaba de que los ¨²ltimos manifestantes tambi¨¦n hab¨ªan abandonado el otro recinto diplom¨¢tico en el norte de la capital. Fueron necesarias casi ocho horas para que las autoridades iran¨ªes lograran disuadir a los exaltados que hab¨ªan querido emular el asalto a la Embajada de EEUU en 1979 para pedir el cese de relaciones con el Reino Unido.
¡°La polic¨ªa ha lanzado gases lacrim¨®genos y atacado con violencia a los estudiantes que permanec¨ªan en el interior de la embajada¡±, hab¨ªa reconocido antes Fars. ¡°Varios estudiantes y polic¨ªas han resultado heridos en los enfrentamientos¡±, a?ad¨ªa.
En medio de gritos de ¡°Muerte a Inglaterra¡± y ¡°Fuera el embajador¡±, centenares de manifestantes, que los medios iran¨ªes identificaron como ¡°estudiantes basiy¨ªes¡±, se congregaron a las dos de la tarde ante la sede de la Embajada, en la c¨¦ntrica calle de Ferdowsi. Varias decenas de ellos escalaron el muro que rodea el recinto ante la pasividad de los polic¨ªas que montaban guardia. La televisi¨®n iran¨ª mostr¨® en directo c¨®mo algunos de ellos romp¨ªan los cristales de la Canciller¨ªa y arrojaban objetos por las ventanas. Seg¨²n la agencia Mehr, tambi¨¦n arrancaron la bandera brit¨¢nica, la quemaron y la remplazaron con una ense?a iran¨ª. Al parecer, los empleados evacuaron la legaci¨®n por una puerta trasera.
Los basiy¨ªes, literalmente movilizados, son una organizaci¨®n a medio camino entre milicia y hermandad, a la que suelen afiliarse los iran¨ªes m¨¢s adeptos al r¨¦gimen tanto en los centros de estudio como de trabajo. Desde la controvertida reelecci¨®n de Mahmud Ahmadineyad como presidente en 2009, los basiyis pasaron a depender org¨¢nicamente de los Pasdar¨¢n, el poderoso ej¨¦rcito paralelo del r¨¦gimen. De ah¨ª que algunos observadores hayan querido ver la mano de ese cuerpo en la acci¨®n de hoy. Los Pasdar¨¢n, que se han convertido en un importante actor pol¨ªtico y econ¨®mico, son los m¨¢s perjudicados por las sanciones financieras.
Cuando la polic¨ªa estim¨® que los j¨®venes ya hab¨ªan venteado su frustraci¨®n, trat¨® de dispersarles. Desde los altavoces, se les indicaba que la manifestaci¨®n ya hab¨ªa terminado y que deb¨ªan irse. Sin embargo, los m¨¢s exaltados se negaron a hacerlo. Algunos de ellos se trasladaron al jard¨ªn de Golhak, al norte de Teher¨¢n, donde la Embajada brit¨¢nica mantiene un segundo recinto que en tiempos fue residencia de verano del embajador y sobre el que el Gobierno iran¨ª reclama la propiedad desde hace a?os. Seg¨²n la agencia oficial de noticias iran¨ª, IRNA, los atacantes se apropiaron de ¡°documentos secretos¡±. Pero lo que es m¨¢s grave, intentaron tomar rehenes.
¡°La polic¨ªa ha liberado a seis personas que trabajaban para la Embajada brit¨¢nica en el jard¨ªn de Golhak¡±, anunci¨® Fars, despu¨¦s de que la informaci¨®n fuera adelantada y retirada por la agencia Mehr.
Escalada contra Londres
Estos graves incidentes, que han motivado una queja del Foreign Office, culminan la escalada iran¨ª contra el Gobierno brit¨¢nico a ra¨ªz de que prohibiera los intercambios financieros con instituciones iran¨ªes, incluido el Banco Central. Londres se sumaba as¨ª a las nuevas sanciones propuestas por EEUU tras el ¨²ltimo informe de la agencia nuclear de la ONU. En consecuencia, el Parlamento iran¨ª aprob¨® el domingo una ley que rebaja las relaciones diplom¨¢ticas con el Reino Unido a nivel de encargado de negocios y prev¨¦ la expulsi¨®n de su embajador en un plazo de dos semanas. Con inusual rapidez, el Consejo de Guardianes (una especie de C¨¢mara alta designada) ratific¨® el martes esa decisi¨®n.
No es la primera vez que la Embajada brit¨¢nica en Teher¨¢n se convierte en blanco de estudiantes iran¨ªes. En 2007 cerca de dos centenares de manifestantes apedreaban la legaci¨®n, mientras coreaban consignas antioccidentales y ped¨ªan la expulsi¨®n del embajador as¨ª como el procesamiento de los 15 marinos capturados el 23 de marzo por fuerzas iran¨ªes en aguas del Golfo. En 1979 la ocupaci¨®n por parte de varios centenares de estudiantes iran¨ªes de la Embajada de EE UU en la capital iran¨ª condujo a la ruptura de relaciones entre Washington y Teher¨¢n.
El desencuentro entre Ir¨¢n y el Reino Unido se remonta a la segunda mitad del siglo XIX cuando Londres y Mosc¨² dividieron Persia en zonas de influencia para repartirse los beneficios del comercio. A pesar del antiamericanismo de poster que el r¨¦gimen isl¨¢mico exhibe desde la revoluci¨®n de 1979, los iran¨ªes recelan sobre todo de los brit¨¢nicos a los que, seg¨²n su orientaci¨®n pol¨ªtica, responsabilizan del triunfo de Jomein¨ª o de tratar de obstaculizarlo. M¨¢s recientemente, los diputados iran¨ªes llevaban barajando la idea de rebajar las relaciones con Londres desde las protestas contra la reelecci¨®n de Ahmadineyad, en las que muchos vieron una mano negra brit¨¢nica.
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