Ciudad Ju¨¢rez, periodismo a vida o muerte
Tres reporteras de 'El Diario' cuentan su experiencia en el gran escenario del crimen de M¨¦xico
Tres mujeres valientes. Tres reporteras de El Diario de Ciudad Ju¨¢rez ¨CRoc¨ªo Gallegos, Luz del Carmen Sosa y Sandra Rodr¨ªguez¨C han revolucionado junto con otros colegas el periodismo mexicano, el periodismo de periodistas, no de empresarios. En Ciudad Ju¨¢rez, el territorio del feminicidio, el gran escenario del crimen de M¨¦xico. El jueves contaron su pasi¨®n por un oficio todav¨ªa ¨²til en la Feria del libro de Guadalajara.
¡°Es fea la zozobra que sientes cuando a la ma?ana siguiente piensas que saldr¨¢ la edici¨®n impresa y no sabes que te puede pasar horas despu¨¦s¡±, dice Lucy Sosa, reportera como se dice aqu¨ª de la ¡°fuente policiaca¡±. Hered¨® el puesto de un compa?ero asesinado, Armando Rodr¨ªguez. Amenazado en febrero de 2008, muerto en noviembre de ese a?o. Sosa ha llegado a cubrir 20 asesinatos entre las siete de la ma?ana y las tres de la tarde de un d¨ªa, tres funerales en otra jornada cualquiera.
¡°Muchas veces los sicarios rondan la escena del crimen y piden a los fot¨®grafos que hagan zoom sobre los cad¨¢veres para asegurarse de que el enemigo est¨¢ muerto¡±, cuenta Sandra Rodr¨ªguez. ¡°Soy pesimista sobre las medidas de protecci¨®n¡±, a?ade, ¡°un chaleco antibalas no para unos cuernos de chivo (un fusil de asalto AK 47)¡±.
¡°Dicen que somos corresponsales de guerra. No es as¨ª. Nosotras no sabemos qui¨¦n lucha contra qui¨¦n ni d¨®nde est¨¢ el frente¡±, dice Roc¨ªo Gallegos, que coordina al equipo de 14 reporteros del diario. ¡°Un d¨ªa mi familia me sent¨® en el sal¨®n de mi casa y me dijo: estamos en riesgo por ti pero estamos contigo¡±, contin¨²a. ¡°En la redacci¨®n hay momentos de llanto inexplicable y tambi¨¦n de choques, de peleas entre nosotros¡±.
La violencia estall¨® de forma incontrolable en Ciudad Ju¨¢rez a comienzos de 2008. El cartel de Sinaloa, que dirige Joaqu¨ªn, el Chapo, Guzm¨¢n, comenz¨® a disputar la plaza al cartel de Ju¨¢rez. Nueve mil muertos en el Estado de Chihuahua (norte de M¨¦xico) en tres a?os, 6.000 en Ciudad Ju¨¢rez, de 1,3 millones de habitantes. Solo un 3% de los casos ha sido investigado. Matar no parece tener consecuencias en esta parte del mundo.
En septiembre de 2010 fue asesinado otro periodista del diario, Luis Carlos Santiago. Su muerte motiv¨® un editorial, titulado ?Qu¨¦ quieren de nosotros? el d¨ªa 16 de ese mes. Un grito de impotencia y una llamada de auxilio frente al narco que dio la vuelta al mundo.
La violencia cambi¨® la forma de hacer periodismo, las fuentes se secaron por miedo. Se sacrificaron la exclusividad y las firmas. Publicar este v¨ªdeo o aquella pancarta era de alto riesgo. Como lo era levantar el tel¨¦fono. Se decidi¨® trabajar en equipo con la competencia. Reporteros y fot¨®grafos llegan juntos al lugar del crimen y se retiran juntos.
Decidieron seguir adelante convencidas de que ¡°el mejor blindaje es seguir investigando¡± qu¨¦ hay detr¨¢s de los homicidios pese a que las autoridades negaran el acceso a la informaci¨®n, los militares no reconocieran las credenciales de prensa y las compa?¨ªas de seguros arrastraran los pies a la hora de dar cobertura a los reporteros. Crearon un banco de datos de los asesinatos: la violencia de concentra en las zonas m¨¢s pobres de la ciudad, la mayor¨ªa de las v¨ªctimas es menor de 25 a?os y las balas que matan son generalmente disparadas por AK-47. Su firmeza ha devuelto la confianza en la prensa a los habitantes de Ciudad Ju¨¢rez .Las familias recurren a los periodistas para encontrar a su muertos, para buscar a sus desaparecidos.
El n¨²mero de muertes ha descendido en los ¨²ltimos meses. El Chapo ha ganado pero la impunidad se mantiene. ?Por qu¨¦ seguir entonces? ¡°Llegu¨¦ a Ciudad Ju¨¢rez hace 21 a?os¡±, explica Roc¨ªo Gallegos, ¡°y tengo el compromiso conmigo misma como periodista se contar lo que ocurre, quiero que mis hijos crezcan en una ciudad mejor¡±. Sandra Rodr¨ªguez, que en febrero publicar¨¢ Ju¨¢rez, f¨¢brica del crimen (Planeta), responde con pasi¨®n de periodista: ¡°Mis compa?eros de El Paso (Tejas), que es una ciudad muy segura, se vuelven locos para encontrar historias¡±.
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