La eurozona y Estados Unidos: Un cuento de dos zonas monetarias
Los europeos har¨ªan mejor en reflexionar sobre la raz¨®n por la cual la zona euro se enfrenta a una crisis existencial mientras que Estados Unidos, no
Los europeos piensan que todo es muy injusto. Se?alan que, en conjunto, la eurozona no se encuentra en una situaci¨®n econ¨®mica peor que la de Estados Unidos: sus finanzas p¨²blicas est¨¢n en mejor estado que las estadounidenses, y el nivel general de deuda de su sector privado es en realidad m¨¢s bajo. Sin embargo, en los dos ¨²ltimos a?os, los mercados financieros han acosado a la eurozona con una ferocidad cada vez mayor. En los momentos de confusi¨®n y enfado, los agotados dise?adores de pol¨ªticas europeos se quejan con frecuencia de la influencia nociva y de los prejuicios de los medios de comunicaci¨®n anglosajones, o de la terca irracionalidad de los mercados financieros. Har¨ªan mejor en reflexionar sobre la raz¨®n por la cual la eurozona se enfrenta a una crisis existencial mientras que Estados Unidos, no. La respuesta es que las dos son unas uniones monetarias muy diferentes.
Para empezar, la eurozona es una uni¨®n monetaria mucho m¨¢s descentralizada que Estados Unidos. La eurozona no cuenta con un presupuesto federal propiamente dicho. Su equivalente m¨¢s aproximado, el presupuesto de la Uni¨®n Europea (UE), es min¨²sculo en comparaci¨®n (solo el 1% del PIB) y en ning¨²n caso puede ser deficitario. Las transferencias se pagan con el presupuesto de la UE, pero, estrictamente, no est¨¢n relacionadas con la asistencia social (los principales receptores son los grupos de inter¨¦s concretos como los agricultores). En todos los sentidos, el euro es una moneda compartida por pa¨ªses fiscalmente independientes. El resultado es que mucho de lo que sucede a escala federal en Estados Unidos ¨C la financiaci¨®n del d¨¦ficit, la emisi¨®n de deuda, los pagos asistenciales, la protecci¨®n de los dep¨®sitos bancarios, etc¨¦tera ¨C tiene lugar en el plano nacional en la eurozona.
En lo m¨¢s alto de la estructura fiscalmente descentralizada de la eurozona se encuentra un banco central que (por razones pol¨ªticas, doctrinales y dem¨¢s) es una instituci¨®n m¨¢s cautelosa que la Reserva Federal estadounidense, con un entendimiento de su funci¨®n m¨¢s limitado. El Banco Central Europeo (BCE) fue designado deliberadamente como el sucesor del Bundesbank alem¨¢n. Debido a ello, es m¨¢s reacio a la inflaci¨®n que la Reserva Federal estadounidense y se muestra m¨¢s reticente a poner en pr¨¢ctica algo que pudiera oler a ¡°financiaci¨®n monetaria¡± (como ejercer de prestamista de ¨²ltimo recurso para los Gobiernos). In extremis, el BCE ha llevado a cabo programas de compra de bonos gubernamentales. Sin embargo, lo ha hecho a rega?adientes y siempre se esfuerza por manifestar p¨²blicamente su aversi¨®n a hacerlo.
Por tanto, Estados Unidos es una federaci¨®n plenamente desarrollada con un banco central relativamente flexible, mientras que la eurozona es una confederaci¨®n fiscalmente descentralizada con un banco central conservador y con una utilidad limitada. Estas diferencias son fundamentales para entender por qu¨¦ la eurozona es el centro de la inestabilidad del mercado y Estados Unidos no lo es. El quid de la cuesti¨®n es que los componentes de la eurozona interact¨²an de una forma muy diferente entre ellos a como lo hacen los de Estados Unidos: Alemania no se relaciona con Espa?a de la forma en que Tejas lo hace con Nueva Jersey, y los pa¨ªses de la eurozona no se relacionan con el BCE de la forma en que los estados de Estados Unidos lo hacen con la Reserva Federal. La estructura de la eurozona crea todo un sinf¨ªn de problemas que no surgen en una federaci¨®n plenamente desarrollada como Estados Unidos. Piensen solo en estos tres.
El primero es que a algunos pa¨ªses, como no monopolizan el control de la moneda en que emiten su deuda, se les trata como si la hubieran emitido en una moneda extranjera: eso explica por qu¨¦ Espa?a est¨¢ pagando cinco puntos porcentuales m¨¢s que el Reino Unido para emitir deuda a 10 a?os, aunque sus finanzas p¨²blicas no est¨¢n en peor estado. El segundo es que, a diferencia de Estados Unidos, la eurozona carece de un respaldo fiscal conjunto para el sector bancario: esta es la raz¨®n por la cual Irlanda se hundi¨® en una crisis de deuda soberana, pero el estado de Delaware (donde AIG est¨¢ registrada) no lo hizo. El tercero es que los bancos y los estados individuales interact¨²an de forma diferente: en Estados Unidos, la confianza en los bancos no se ve afectada por la situaci¨®n fiscal del estado en que est¨¢n registrados, pero en la eurozona s¨ª que se ve afectada.
La estructura de la eurozona, por tanto, hace que su uni¨®n monetaria sea m¨¢s fr¨¢gil que la estadounidense. Como uni¨®n monetaria fiscalmente descentralizada, resulta vulnerable a la aparici¨®n de ¡°espirales mortales¡± viciosas en algunos de sus miembros. Estas espirales est¨¢n provocadas por bucles negativos que se retroalimentan, en los que las preocupaciones sobre los bancos y la solvencia soberana se alimentan y se incrementan unas a otras. Hasta ahora, los que dise?an las pol¨ªticas de la eurozona no han hecho nada para arreglar la estructura que da lugar a estas espirales mortales. En vez de ello, han protegido la estructura, pero la han hecho m¨¢s r¨ªgida. La eurozona sigue siendo un bloque monetario fiscalmente descentralizado, con un banco central alem¨¢n. El ¨²nico cambio es que los Estados miembros est¨¢n sometidos ahora a unas normas fiscales m¨¢s estrictas (y m¨¢s proc¨ªclicas).
El Gobierno alem¨¢n no admite que la eurozona presenta defectos institucionales. Sostiene que la causa de la crisis es principalmente de comportamiento, no institucional. El camino hacia la salvaci¨®n no es aumentar la integraci¨®n mediante la creaci¨®n de un programa com¨²n para la protecci¨®n de los dep¨®sitos bancarios o la emisi¨®n conjunta de deuda (lo que incrementar¨ªa el riesgo moral), sino poner freno a las conductas descarriadas. Desde que estall¨® la crisis, el mantra alem¨¢n ha sido la consolidaci¨®n fiscal y las reformas estructurales. La suposici¨®n subyacente es que la eurozona estar¨¢ bien si se puede convertir econ¨®micamente en una versi¨®n m¨¢s grande de Alemania: los pa¨ªses que consolidan sus finanzas p¨²blicas y que reforman sus econom¨ªas acabar¨¢n con los costes de financiaci¨®n alemanes.
No resulta dif¨ªcil ver por qu¨¦ los alemanes encuentran esta explicaci¨®n tan convincente. Habla de los sacrificios reales que muchos han hecho en los ¨²ltimos a?os (durante la ¨²ltima d¨¦cada, los salarios de los trabajadores alemanes apenas se han incrementado en t¨¦rminos reales). Parece indicar que la eurozona no debe convertirse en la ¡°uni¨®n de transferencias¡± de las pesadillas alemanas. Y viene respaldad por la innegable prueba del comportamiento inmoral de otros lugares: no existe ninguna duda de que Grecia administr¨® mal sus finanzas p¨²blicas, o de que los pa¨ªses del sur de Europa (y de otros lugares) no hicieron mucho por reformar sus econom¨ªas. Pero lo que el relato alem¨¢n no explica es por qu¨¦ la eurozona ha resultado ser mucho menos estable que Estados unidos, a pesar de que algunos de sus problemas de fondo no sean peores.
La extrema polarizaci¨®n de la rentabilidad de los bonos gubernamentales dentro de la eurozona no representa un voto de confianza a la econom¨ªa alemana, sino una p¨¦rdida total de la confianza en el propio futuro de la eurozona. En lo que los mercados financieros han ca¨ªdo en la cuenta es en el hecho de que el euro es una moneda pos-nacional compartida por pa¨ªses que siguen estando m¨¢s apegados a su soberan¨ªa fiscal de lo que quieren admitir. El problema, en otras palabras, no es financiero, sino pol¨ªtico. La eurozona no necesita la ayuda financiera de China (o de cualquier otro). Necesita que sus l¨ªderes hagan algo para lo que pocos de ellos tienen un mandato democr¨¢tico, es decir, poner en com¨²n sus recursos fiscales. Los mercados financieros, por su parte, se limitan a sacar sus propias conclusiones.
Philip Whyte es investigador titular del Centre for European Reform
Traducci¨®n de News Clips
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