Los socialistas franceses no admiten el control del presupuesto
Hollande critica que el acuerdo Par¨ªs-Berl¨ªn aporte solo austeridad y ninguna solidaridad.- La nota de Standard and Poor¡¯s urgi¨® a los l¨ªderes a anunciar el acuerdo
![Francois Hollande, el candidato socialista a las presidenciales francesas,, ayer en Berlín](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/UOAQQIWB3356SOLTJRU3GJQ5SQ.jpg?auth=b4ed97021acb1aea44c52c1681a66224cdfc9561a6155151e79b5e6fd0c08beb&width=414)
La complacencia del El¨ªseo por el acuerdo franco-alem¨¢n para reformar la eurozona, visible en la risue?a escenificaci¨®n de Angela Merkel y Nicolas Sarkozy al presentar su pacto ayer, ha chocado hoy con una realidad dom¨¦stica bastante menos halag¨¹e?a. Si dejamos aparte el triunfalismo propagand¨ªstico del Ejecutivo y su prensa af¨ªn, que felicitaron al Jefe del Estado por ¡°un acuerdo excepcional¡±, la oposici¨®n y los medios m¨¢s ecu¨¢nimes recibieron el pacto Par¨ªs-Berl¨ªn con tonos mucho menos gloriosos.
La intrahistoria del acuerdo que ahora debe discutir el Consejo Europeo en Bruselas el fin de semana cuenta que Merkel y Sarkozy conoc¨ªan ya la nota de Standard and Poor¡¯s que amenaza con rebajar las calificaciones de deuda a 15 pa¨ªses europeos (incluidos Francia y Alemania) cuando se reunieron a almorzar en el El¨ªseo. Urgidos por la agencia, que se sumaba as¨ª a la presi¨®n de Washington, Londres, los mercados y el Banco Central Europeo, los l¨ªderes se vieron obligados a renunciar a algunas de sus l¨ªneas rojas para anunciar un principio de acuerdo carente de detalles y plagado de concesiones mutuas.
La buena noticia para Europa fue que ambos l¨ªderes lograron por fin lo que buscaban: Merkel obtiene el endurecimiento de las reglas fiscales a largo plazo con algunas leves cesiones de soberan¨ªa indirecta por parte de Francia. A cambio, Alemania permite a Sarkozy, mucho m¨¢s apremiado por su triple A y por la cercan¨ªa de las elecciones presidenciales, enviar a los mercados el mensaje que estos esperaban hace meses: no habr¨¢ m¨¢s quitas de deuda como en el caso griego, ¡°ha sido una excepci¨®n que no se repetir¨¢ jam¨¢s¡±.
Las prisas por anunciar el entendimiento a la prensa dejaron en el aire, sin embargo, no pocas paradojas, flecos y trampas que a Par¨ªs y Berl¨ªn les puede costar cuadrar. Los socialistas franceses han subrayado hoy la mayor de las iron¨ªas: Sarkozy promueve en Europa m¨¢s disciplina presupuestaria pero no tiene los votos necesarios para aprobar la regla de oro en su propia casa.
En efecto, seg¨²n las l¨ªneas maestras del pacto, el nuevo tratado a 17 debe estar listo en marzo de 2012 y obligar¨¢ a los pa¨ªses del euro a no incurrir en d¨¦ficits superiores al 3% (ni una palabra sobre la deuda del 60%, que para eso la de Alemania y Francia roza el 85% del PIB), previa aprobaci¨®n en las Constituciones de ¡°una regla de oro armonizada y reforzada a nivel europeo¡±.
Hoy, Fran?ois Hollande, m¨¢ximo favorito para suceder a Sarkozy, ha calificado la soluci¨®n urdida por los dos jefes conservadores como ¡°una mera ilusi¨®n¡±. ¡°No se puede proponer un nuevo tratado que solo incluye reglas de control presupuestario¡±, ha dicho. ¡°Si no hay otra cosa que austeridad, no habr¨¢ forma de que salga adelante¡±, ha anticipado.
El candidato socialista ha destacado adem¨¢s la ausencia de mecanismos de solidaridad, citando los eurobonos y un mejor uso del Fondo de Estabilidad¡±, y ha dejado claro que su grupo no aprobar¨¢ la regla de oro tal y como la plantean Merkel y Sarkozy. Si el PS gana las elecciones, ha afirmado, su partido aprobar¨¢ ¡°una ley destinada a llevar las finanzas francesas al d¨¦ficit cero en 2017¡±.
Sarkozy sabe bien que, al dar su pl¨¢cet a esa norma, b¨¢sica para Alemania, estaba dando a sus propios electores gato por liebre, o vendiendo la piel del oso antes de cazarlo. ?O tal vez solo trataba de presionar a los socialistas para que den su brazo a torcer? En verano, el presidente ya tuvo que renunciar a aprobar la regla de oro al no tener el apoyo del PS, y ayer admiti¨® sin tapujos que no podr¨¢ hacerlo ¡°antes de las presidenciales y las legislativas de 2012¡±. A no ser que los socialistas decidan apoyarle, cosa que no parece f¨¢cil, toda Europa deber¨¢ esperar a Francia. Para incluir la regla en la Constituci¨®n, Sarkozy necesita el apoyo de al menos 3/5 del Congreso (Asamblea y Senado), cifra inalcanzable sobre todo tras haber perdido la mayor¨ªa en la c¨¢mara baja en septiembre.
Esa realidad impepinable fue contestada con una ca¨ªda de hombros por el propio Sarkozy durante la conferencia de prensa con Merkel: ¡°Cuando se presente el problema, ya veremos c¨®mo lo resolvemos¡±, afirm¨®, antes de invitar a los socialistas franceses a votar la regla como sus ¡°compa?eros¡± alemanes. Lo que no dijo es que la norma votada por el Partido Socialdem¨®crata alem¨¢n es diferente, entre otras cosas porque se empieza a aplicar en 2016 y no inmediatamente.
Hoy, el ministro de Econom¨ªa, Fran?ois Baroin, ha apelado a la unidad nacional para aprobar la regla antes de las presidenciales. El El¨ªseo sabe que es imposible. Pero eso ¡°ya se ver¨¢¡±. De momento, Merkel ha concedido al candidato Sarkozy unos meses de gracia. Al fin y al cabo, todo queda en casa. Como dijo la canciller al replicar a las cr¨ªticas supuestamente german¨®fobas de los socialistas franceses, ¡°alegr¨¦monos de que ellos est¨¢n en la oposici¨®n y de que somos nosotros quienes gobernamos¡±.
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