El aprendiz de brujo israel¨ª
Avi Ran, el jefe no elegido de la Juventud de las Colinas, es la facci¨®n m¨¢s extremista de los colonos
Todos aquellos que de buena fe creyeran que el jefe del Gobierno israel¨ª, Benjam¨ªn Netanyahu, representaba a la derecha m¨¢s nacionalista de su pa¨ªs, se equivocaban. Es cierto que en el propio Gabinete del l¨ªder del Likud hay un Avigdor Liebermann, que a ratos propone la expulsi¨®n de los palestinos de su tierra, pero raramente llega al insulto ad hominen. Ese dudoso privilegio le corresponde a un pistolero-colono, Avi Ran, el jefe no elegido de la Juventud de las Colinas, la facci¨®n m¨¢s extrema de la colonizaci¨®n / expropiaci¨®n de Cisjordania. El okupa por libre, puesto que no reconoce ni permisos ni l¨ªmites que establece el Gobierno israel¨ª para colonizar la tierra ajena, es, a sus 56 a?os, carism¨¢tico, ortodoxo observante, racista sin matices, como cuando dice que los ¨¢rabes deben inclinar la cabeza ante los jud¨ªos, y tambi¨¦n segura materia prima de h¨¦roe, pero solo si hubiera nacido en otro tiempo y otro lugar. Ran es el jefe de pioneros que abre un surco de civilizaci¨®n en tierra de nadie, o de ind¨ªgenas, lo que es lo mismo, porque a sus ojos los ind¨ªgenas no son nadie.
En la imaginer¨ªa sionista se ha comparado profusamente al colono israel¨ª con quienes llevaron la frontera americana hasta el Pac¨ªfico, arrollando a cuanto piel roja se les pusiera por delante. Aqu¨ª los ind¨ªgenas son, sin embargo, ¨¢rabes y oponen alguna mayor resistencia que Sitting Bull. Y esa presunta doble epopeya de pa¨ªses colonizadores es uno de los grandes v¨ªnculos mitol¨®gicos entre Washington y Jerusal¨¦n. Pero Netanyahu hace mal en quejarse porque ha contribuido como nadie a que surgieran los que, al igual que Ran, le consideran hoy un traidor, tan solo porque en ocasiones habla ¡ªneg¨¢ndolo en la pr¨¢ctica¡ª de la posibilidad de aceptar un Estado palestino.
Al aprendiz de brujo Netanyahu le ha salido relativamente mal la jugada, porque la excitaci¨®n del ultranacionalismo se sabe d¨®nde comienza pero nunca d¨®nde acaba. Y as¨ª, no solo los palestinos que se hallen en el camino de esos okupas sin ley, sino hasta turistas occidentales han tenido encuentros poco gratos con ese lumpen de la colonizaci¨®n, cuando visitaban las afueras de Tierra Santa.
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