Las crisis de Francia y Europa marcan la carrera electoral al El¨ªseo
Los socialistas aventajan por la m¨ªnima a Sarkozy para volver a la presidencia
Francia, la segunda econom¨ªa de la zona euro, ha entrado en 2012 con todas las alarmas encendidas. La econom¨ªa est¨¢ estancada y a punto de entrar en recesi¨®n; el paro, hist¨®rico, afecta ya a 2,8 millones de personas, y la triple A que protege su deuda de 1,7 billones de euros sigue amenazada por las agencias de calificaci¨®n. El pa¨ªs va a copar durante buena parte del a?o la atenci¨®n de los inversores y el foco pol¨ªtico. El 22 de abril ser¨¢ el primer turno, y el 6 de mayo, el segundo, de las presidenciales que deben elegir al sucesor o prolongar cinco a?os m¨¢s el mandato de Nicolas Sarkozy. Y en julio se celebrar¨¢n las legislativas que determinar¨¢n si se produce el anunciado vuelco a la izquierda o un lustro de incierta cohabitaci¨®n.
Las presidenciales se han empezado a jugar ya sobre dos temas fundamentales, unidos por la urgencia de afrontar dos crisis paralelas, la nacional y la continental. Los tormentos europeos, en los que el activismo de Sarkozy es una constante m¨¢s efectista que efectiva, se suman a la necesidad de consolidar las cuentas p¨²blicas (en d¨¦ficit permanente desde 1975) para poder mantener la elefanti¨¢sica administraci¨®n y el eficaz modelo social instaurados.
El doble reto es formidable, y los socialistas afrontan la carrera en cabeza, quiz¨¢ porque de momento no han querido hablar de tocar el Estado de bienestar y apenas han presentado propuestas concretas. Lo mismo ha hecho Sarkozy, anteponiendo la acci¨®n a las promesas. Le Monde dec¨ªa ayer que el virus inoculado por la victoria de Mariano Rajoy en Espa?a, sin prometer nada concreto y arriesgando lo menos posible, ha contaminado la campa?a francesa.
Le Monde dice que el virus inoculado por la victoria de Mariano Rajoy en Espa?a, sin prometer nada concreto y arriesgando lo menos posible, ha contaminado la campa?a francesa
La diferencia es que las encuestas anuncian una batalla algo m¨¢s cerrada. El l¨ªder del Partido Socialista, Fran?ois Hollande, mantiene una ligera ventaja de tres o cuatro puntos sobre Sarkozy en el primer turno, y una c¨®moda distancia de m¨¢s de diez en la segunda vuelta. El malestar con la gesti¨®n del presidente que en 2008 prometi¨® refundar el capitalismo parece muy profundo, aunque desde luego no tanto como el que barri¨® en Espa?a al Gobierno socialista. Sarkozy obtendr¨ªa un 25% de los votos, pese al sentimiento de repulsa que generan su populismo hiperactivo y su desinhibido estilo comunicativo, que muchos franceses creen vulgar e indigno de un presidente de la Rep¨²blica.
Pese a todo, el jefe del Estado no siente el cuchillo de la crisis tanto como otros l¨ªderes europeos, tal vez porque las presidenciales son vistas como una designaci¨®n mon¨¢rquica que no pertenece del todo al mundo real. Hollande, un candidato sin especial carisma y poca ideolog¨ªa, apodado Monsieur Normal, ha vivido unos meses a lo Rajoy, pero ha empezado el a?o echando carb¨®n a la m¨¢quina para tratar de resucitar el cr¨¦dito obtenido con su triunfo en las primarias de septiembre. Esta semana, en una carta abierta y en su primer gran mitin, Hollande ha afirmado que, bajo Sarkozy, Francia ha sido ¡°humillada, debilitada, da?ada y degradada¡±.
El aspirante del ressemblement (la unidad) conf¨ªa sobre todo en el hartazgo hacia su rival como motor de su victoria. Pero la derecha lo pinta como un pol¨ªtico d¨¦bil y vulnerable, y conf¨ªa en que sus dudas sobre la reforma de las pensiones y sobre el nuevo tratado europeo, que Hollande promete renegociar, ser¨¢n aprovechadas por Sarkozy en un probable cara a cara final a cara de perro.
El problema del inquilino del El¨ªseo es que lucha no solo contra su desgaste personal y contra un candidato de goma que no mete miedo por ser demasiado izquierdista, sino contra dos huesos duros de pelar. En el centro, el democristiano Fran?ois Bayrou, hoy el pol¨ªtico mejor valorado del pa¨ªs, supera en los sondeos el 10%; y en la extrema derecha, Marine Le Pen mantiene un 18% de apoyo y es la rival directa de Sarkozy, forzado a hacer equilibrismos para reparar los desastres europeos y seducir a la vez al antieurope¨ªsta electorado del Frente Nacional.
Algunos analistas no descartan que, si todo va a peor en los primeros meses y Bayrou sigue captando descontentos de centro, el Frente Nacional pueda colarse en el segundo turno. Parece dif¨ªcil, pero un panorama con subida del IVA, degradaci¨®n de la triple A, recesi¨®n y recortes alimentar¨ªa el miedo y el reflejo antisistema de la llamada "Francia del no", que tumb¨® en el refer¨¦ndum de 2005 la Constituci¨®n europea.
Le Pen propone salir de la moneda ¨²nica y de la UE, un dislate con el que fantasea una quinta parte de la poblaci¨®n. La triste realidad es que su receta es el ¨²nico programa concreto que se ofrece al votante, ante la meliflua indefinici¨®n de Hollande y el funambulismo amparador de Sarkozy. Pero, si la cordura se impone, lo l¨®gico ser¨ªa que los socialistas vuelvan al El¨ªseo por primera vez desde Fran?ois Mitterrand. Aunque sea copiando la t¨¢ctica de Rajoy.
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