Las primarias sacan a la luz la crisis del movimiento conservador en EE UU
Un 58% de los votantes, seg¨²n una encuesta, considera que ninguno de los candidatos que compiten despierta sus simpat¨ªas o representa sus intereses
![Antonio Ca?o](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fbeac12ba-699c-4d3e-89c6-e30be1d9a86c.png?auth=74fed457e58f28ed1f5682cefdc437f0ffd7a482e0124e2212ab78e056c83af2&width=100&height=100&smart=true)
![Mitt Romney, en el centro de votaci¨®n de Manchester.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/JYHX6EGGIQ5VPQLONUA32224GY.jpg?auth=2e9b6b6ef33c08ad4acea8e4cd7d95448f9489e452a0eeaca8dabb455a055ecf&width=414)
La enorme presencia de periodistas en New Hampshire y la exagerada cobertura en la televisi¨®n no pueden ocultar el desinter¨¦s general del p¨²blico hacia unas elecciones primarias que resaltan m¨¢s las carencias, la crisis del conservadurismo norteamericano en la actualidad, que sus virtudes. Un 58% de los votantes, seg¨²n una encuesta de CBS, considera que ninguno de los candidatos que compiten despierta sus simpat¨ªas o representa sus intereses, un 12% m¨¢s que hace tres meses, lo que demuestra que la campa?a solo est¨¢ sirviendo para introducir m¨¢s dudas.
![Resultado de las primarias republicanas](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/2BYMEUQKCPXWI2CCKFEODBUEUE.png?auth=77d8375608a75137f381cbfe27bf712fc9f91a267c91b9104c87554be7e4f7a5&width=414)
Es una crisis que afecta a las ideas, la pr¨¢ctica y la organizaci¨®n del Partido Republicano, y que se refleja claramente en las figuras que actualmente compiten por la candidatura presidencial. Eso no anula por completo sus posibilidades de ganar elecciones, incluso la del pr¨®ximo mes de noviembre, sobre todo porque sigue disponiendo de un arma muy poderosa en la pol¨ªtica norteamericana: la de ser el partido que resiste al crecimiento del Estado. Pero s¨ª lo est¨¢ separando del p¨²blico y le est¨¢ dando a todo el movimiento conservador una imagen de marginalidad y embarcado en aventuras.
"El Partido Republicano es impopular y a veces embarazoso", afirma el columnista conservador David Brooks. George Will, otro influyente comentarista de derechas, ha advertido que "el nominado [republicano] puede surgir muy disminuido por un proceso repleto de candidatos negligentes y delirantes en quienes la mayor¨ªa de los ciudadanos no dejar¨ªan la responsabilidad de un tienda de refrescos, mucho menos de las armas nucleares".
La crisis del conservadurismo es, en todo caso, una crisis enga?osa, m¨¢s relacionada con la falta de liderazgo y con una cierta confusi¨®n de propuestas en el momento actual que con la llegada de un cambio de ciclo. El n¨²mero de norteamericanos que se definen como conservadores todav¨ªa casi dobla a los que se definen de izquierdas. El ciclo conservador, que se inici¨® con Ronald Reagan y que se vio interrumpido por la presidencia de Bill Clinton (que gobern¨® como un "nuevo dem¨®crata", como una alternativa conservadora al progresismo tradicional), no ha concluido todav¨ªa. La victoria electoral en 2008 de Barack Obama, que gan¨® en nueve Estados que hab¨ªan votado tradicionalmente republicano, hizo pensar en el nacimiento de una nueva era dem¨®crata. Pero esa victoria se vio inmediatamente sucedida por el surgimiento del Tea Party, que insufl¨® energ¨ªas renovadas a las estructuras del partido y lo llev¨® a un gran triunfo en las legislativas de 2010.
El n¨²mero de norteamericanos que se definen como conservadores todav¨ªa casi dobla a los que se definen de izquierdas
Ese triunfo no se ha visto, sin embargo, sucedido por una gran actuaci¨®n de los republicanos en el Congreso ni fue suficiente para crear una buena plataforma de cara a las elecciones presidenciales. El Tea Party, en cierta manera, aport¨® energ¨ªa pero enterr¨® ideas. Al margen de oponerse a Obama y bloquear cualquier alternativa que surgiera del presidente, los conservadores no han tenido nada que ofrecer al pa¨ªs. Simplemente se han parapetado contra cualquier concepto de modernidad y progreso, los que les ha dejado en una posici¨®n bastante exc¨¦ntrica, negando el cambio clim¨¢tico, oponi¨¦ndose al matrimonio homosexual (que respalda ya la mayor¨ªa de la poblaci¨®n), tratando de dar marcha atr¨¢s en el aborto o discutiendo avances esenciales de la ciencia, como el uso de las c¨¦lulas madre o la teor¨ªa de la evoluci¨®n.
Su pol¨ªtica econ¨®mica, que siempre ha sido un terreno de dominio conservador, tampoco consigue conectar plenamente con los votantes. La obsesi¨®n conservadora contra cualquier subida de impuestos bajo cualquier condici¨®n hace todas sus propuestas econ¨®micas irrealistas. Ni siquiera su pol¨ªtica de seguridad, un asunto que siempre ha sido la raz¨®n de ser del republicanismo, es un factor a favor de la derecha, que est¨¢ invadida por propuestas aislacionistas (Ron Paul) o de crudo enfrentamiento con el resto de la humanidad (Rick Santorum).
Los conservadores han renunciado a todo espacio de moderaci¨®n. La moderaci¨®n, que siempre es considerada una virtud en pol¨ªtica, aunque sea de forma hip¨®crita, se castiga como un grave pecado en esta campa?a presidencial republicana. Las figuras moderadas del partido, como John Boehner o John McCain, est¨¢n condenadas al ostracismo o al silencio. Eso ha creado, al mismo tiempo, un gran abismo entre la direcci¨®n republicana -o sus principales figuras en el Congreso- y las bases, que desprecian a sus l¨ªderes y quieren actuar por su cuenta. De ah¨ª las dificultades de Mitt Romney para obtener apoyo.
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