Otto P¨¦rez lleva a la presidencia de Guatemala con la seguridad como reto
Los defensores de los derechos humanos temen un retroceso de las libertades

Entre las crecientes expectativas de los guatemaltecos, que ans¨ªan poder realizar sus labores cotidianas en un ambiente de seguridad, la principal demanda de la poblaci¨®n, el general retirado Otto P¨¦rez Molina ser¨¢ investido el s¨¢bado presidente de este pa¨ªs centroamericano. P¨¦rez es el s¨¦ptimo presidente que llega al cargo desde el retorno a la democracia en 1985 y el primer militar en acceder al poder tras unas elecciones indiscutibles que le conceden un s¨®lido respaldo.
La esperanza por la normalizaci¨®n del pa¨ªs, merced a un presidente que, am¨¦n de seguridad ¡ªsu principal promesa electoral¡ª, ofrece honestidad y transparencia en la gesti¨®n, ha calado hondo en la poblaci¨®n, particularmente entre la poderosa iniciativa privada. Seg¨²n una fuente de la patronal, que ha realizado una encuesta interna, ¡°una mayor¨ªa importante¡± de los empresarios se muestra muy optimista por el futuro del pa¨ªs, aunque no se han revelado los porcentajes registrados por el sondeo.
No es una percepci¨®n gratuita. La econom¨ªa atraviesa un buen momento. Han aumentado las exportaciones a Estados Unidos, el principal cliente de Guatemala, y los precios del caf¨¦ y del az¨²car, fuentes tradicionales del ingreso de divisas, son muy buenos. Hay razones para ser optimistas, por lo menos durante 2012.
El general retirado inspira confianza entre el empresariado
Pero no todo es color de rosa. El hecho de que P¨¦rez Molina sea un general que gan¨® sus galones en las trincheras levanta suspicacias entre los grupos defensores de los derechos humanos, que no ocultan su preocupaci¨®n por la posibilidad de un retroceso en las libertades pol¨ªticas y ciudadanas. Analistas como Luis Linares, secretario ejecutivo de la Asociaci¨®n de Investigaci¨®n y Estudios Sociales (independiente), rechazan esta idea.
¡°Otto P¨¦rez, como signatario de los Acuerdos de Paz, tiene ahora la gran oportunidad de convertir estos acuerdos en el elemento fundamental de su Gobierno y demostrar as¨ª que es un militar comprometido con la democracia, los derechos humanos y el desarrollo social incluyente y probar con los hechos que esa aprensi¨®n, que incluso internacionalmente puede afectar a Guatemala, no es cierta¡±, dijo Linares a este peri¨®dico.
Esta misma semana P¨¦rez qued¨® libre de sospechas en el caso del secuestro y asesinato del comandante guerrillero Efra¨ªn B¨¢maca, cuya esposa, la abogada estadounidense Jennifer Harbury, busca justicia. De acuerdo con un informe dirigido por el general retirado del Ej¨¦rcito peruano Rodolfo Robles Espinoza, asesor de la Fiscal¨ªa en temas militares relacionados con violaciones de los derechos humanos, el presidente electo es ajeno al caso.
Pero lo que causa temor en la ciudadan¨ªa es el anuncio de P¨¦rez Molina de que emplear¨¢ al Ej¨¦rcito en la lucha contra las bandas del narcotr¨¢fico, particularmente la sanguinaria banda de Los Zetas, que ha operado con relativa impunidad en el norte del pa¨ªs.
Para ?lvaro Pop, experto independiente de Naciones Unidas para asuntos ind¨ªgenas, el uso del Ej¨¦rcito en tareas de seguridad interna ha sido, de hecho, la ¨²nica respuesta de los ¨²ltimos tres Gobiernos para combatir al crimen, obviando el mandato legal de que esa tarea es exclusiva de la polic¨ªa. ¡°Si el pensamiento del presidente es establecer una lucha frontal contra el narcotr¨¢fico, al estilo mexicano, ser¨ªa realmente peligroso. Corremos el riesgo de obtener los mismo resultados que se reportan desde M¨¦xico¡±, dice Pop, quien se?ala que el Ej¨¦rcito guatemalteco est¨¢ peor dotado que el del pa¨ªs vecino.
En lo que se refiere a sus planes de Gobierno, P¨¦rez ha definido tres prioridades absolutas: hambre cero, seguridad y pacto fiscal. Para cumplirlos se necesita, en primera instancia, aumentar los recursos del Estado. Entre otras razones, porque el Gobierno de Colom logr¨® mantener su nivel de gastos con un endeudamiento que super¨® la tendencia hist¨®rica de Guatemala y lo ha llevado a umbrales peligrosos (entre el 25% y el 30% del PIB), aunque no de crisis, porque la deuda de Guatemala siempre ha sido baja.
El tema impositivo levanta ampollas en Guatemala, cuya poblaci¨®n siente un rechazo at¨¢vico a pagar tributos ¡°para que se enriquezcan pol¨ªticos corruptos¡±. El repudio de la patronal es rotundo y hasta ahora ha tenido poder de veto sobre los intentos de reforma tributaria ensayados por diferentes Gobiernos.
Jos¨¦ Pinz¨®n, uno de los dirigentes hist¨®ricos del sindicalismo local, pone el dedo en la llaga. ¡°El esfuerzo tiene que ser de todos los guatemaltecos. Debemos superar los prejuicios y trabajar para sacar adelante el pa¨ªs. Es una tarea que ning¨²n hombre puede realizar en solitario¡±.
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