El ¨®rdago de Cameron a Escocia
La oferta del primer ministro brit¨¢nico a los independentistas del Partido Nacional Escoc¨¦s de celebrar un refer¨¦ndum es una suerte de regalo envenenado contra la autonom¨ªa
El avestruz ha decidido sacar la cabeza de la arena. David Cameron ha optado por fin por hacer frente a los independentistas del Partido Nacional Escoc¨¦s (SNP en sus siglas en ingl¨¦s). El primer ministro brit¨¢nico ha elegido, sin embargo, una curiosa forma de enfrentarse al l¨ªder independentista escoc¨¦s, Alex Salmond: intentando que sea Westminster quien organice de acuerdo a sus intereses el refer¨¦ndum de independencia por el que aboga el SNP.
Cameron ha declarado que apoya la convocatoria del refer¨¦ndum y que este ser¨¢ legalmente vinculante si se dan dos condiciones: que se celebre antes de 18 meses, y no en 2014 como quiere Salmond, y que la pregunta se ci?a exclusivamente a un s¨ª o un no a la independencia y descarte la tercera opci¨®n que patrocina el SNP: la de aumentar el actual grado de autonom¨ªa. Es lo que Salmond llama ¡°devo-max¡±: m¨¢xima ¡°devolution¡± o devoluci¨®n de poderes, como se denomina a lo que en la pol¨ªtica espa?ola se conoce como autonom¨ªa.
Muchos analistas creen que Salmond ha ganado la primera batalla, la del calendario, simplemente ratificando sus planes de convocar el refer¨¦ndum en 2014. Concretamente, en oto?o.
John Curtice, profesor de la Universidad de Strathclyde (Glasgow) y habitual comentarista de la pol¨ªtica brit¨¢nica y escocesa, sostiene que el absentismo mostrado por Londres en los ¨²ltimos a?os en la cuesti¨®n escocesa se debe a que ¡°nadie esperaba que llegara a haber un refer¨¦ndum hasta que el SNP consigui¨® la mayor¨ªa absoluta en mayo de 2011¡±. ¡°Antes de eso, los partidos unionistas estaban en posici¨®n de bloquear cualquier refer¨¦ndum. Una vez que el SNP gan¨® las elecciones, los dem¨¢s partidos se dieron cuenta de que no se pod¨ªan interponer en su camino¡±, a?ade.
El problema, en realidad, es la pregunta del refer¨¦ndum m¨¢s que el refer¨¦ndum en s¨ª o el calendario
David Torrance, periodista e historiador escoc¨¦s radicado en Londres desde hace unos meses y autor de la ¨²nica biograf¨ªa que existe sobre Alex Salmond, cree que la irrupci¨®n de Cameron se debe a que ¡°en Westminster exist¨ªa la sensaci¨®n de que hab¨ªan perdido el control de la agenda constitucional¡±. ¡°La constituci¨®n est¨¢ 'reservada' al parlamento brit¨¢nico, pero Alex Salmond y el SNP han tenido todo el protagonismo desde las elecciones de mayo a pesar de que no tienen el poder legal de convocar el refer¨¦ndum¡±.
Esa es una cuesti¨®n de especial controversia. En Espa?a, donde tanto el Pa¨ªs Vasco como Catalu?a podr¨ªan alg¨²n d¨ªa tener en sus parlamentos una mayor¨ªa favorable a la independencia, el art¨ªculo 92 de la Constituci¨®n acepta que ¡°las decisiones pol¨ªticas de especial trascendencia podr¨¢n ser sometidas a refer¨¦ndum consultivo de todos los ciudadanos¡±. Pero a?ade que ese refer¨¦ndum ¡°ser¨¢ convocado por el Rey, mediante propuesta del presidente del Gobierno, previamente autorizada por el Congreso de Diputados¡±.
En Gran Breta?a, donde no hay Constituci¨®n escrita, las cosas no est¨¢n tan claras. Los independentistas admiten que no pueden convocar por su cuenta un refer¨¦ndum legalmente vinculante para romper la uni¨®n. Pero creen que s¨ª pueden convocar un refer¨¦ndum consultivo, que tendr¨ªa un valor pol¨ªtico inmenso como mandato para negociar luego con Westminster los t¨¦rminos de la secesi¨®n.
En un art¨ªculo en el diario Herald, Stephen Tierney, profesor de Teor¨ªa Constitucional de la Universidad de Edimburgo, considera ¡°perfectamente plausible¡± la posici¨®n del SNP de consultar a los electores en busca de un mandato pol¨ªtico.
De hecho, eso es algo que se daba por descontado tambi¨¦n entre los pol¨ªticos de Westminster. Hasta esta semana, en la que todo ha cambiado y el ministro brit¨¢nico para Escocia, Michael Moore, ha dejado claro que solo Londres puede convocar un refer¨¦ndum, tanto si es legalmente vinculante como si es una mera consulta pol¨ªtica.
Alex Salmond sabe que las encuestas vaticinan una derrota independentista
¡°Las circunstancias han cambiado¡±, subraya David Torrance a la hora de explicar ese giro en Londres. ¡°Antes, el refer¨¦ndum era un concepto abstracto porque quienquiera que controlara el parlamento escoc¨¦s no ten¨ªa mayor¨ªa absoluta. Ahora el SNP la tiene y las reglas del juego han cambiado¡±, explica.
A juicio del profesor John Curtice, ¡°ya en tiempos de John Major se aceptaba que Escocia tiene derecho a la secesi¨®n¡± y, de hecho, lo que ha hecho Cameron estos d¨ªas es ratificar ese derecho, aunque reserv¨¢ndose para s¨ª mismo los t¨¦rminos del refer¨¦ndum. Y subraya que, al margen de cu¨¢l fuera la interpretaci¨®n pol¨ªtica de las intenciones del SNP, los juristas siempre han tenido dudas sobre la legalidad de una consulta unilateral. ¡°Es una zona gris¡±, reflexiona.
El problema, en realidad, es la pregunta del refer¨¦ndum m¨¢s que el refer¨¦ndum en s¨ª o el calendario. Salmond, que sabe que las encuestas vaticinan una derrota independentista, quiere convertir esa derrota en victoria ofreciendo una tercera alternativa entre independencia o statu quo: ampliar al m¨¢ximo la autonom¨ªa.
Un tercio de los votantes est¨¢ a favor de la independencia, otro tercio a favor de dejar las cosas como est¨¢n y otro tercio a favor de m¨¢s autonom¨ªa
¡°En definitiva, el Gobierno est¨¢ aceptando que el SNP tiene un mandato para que haya un refer¨¦ndum, quiere eliminar las trabas legales que puedan o no existir pero sostiene que para ello el SNP tiene que plantear una pregunta directa, por lo que en realidad est¨¢ aceptando el derecho de autodeterminaci¨®n de Escocia, con la condici¨®n de que Westminster pueda poner ciertas estipulaciones en forma de calendario, que se vote solo independencia s¨ª o no, que sea controlado por la comisi¨®n electoral, etc¨¦tera. Ciertos par¨¢metros que, desde luego, tienen importancia¡±, sintetiza Curtice.
¡°En el fondo, lo que se est¨¢ dirimiendo es qui¨¦n tiene el derecho de tomar decisiones por Escocia. La posici¨®n del SNP es que es Escocia quien tiene derecho a decidir por Escocia, que ellos son el partido de Escocia y que tienen el mandato electoral para hacerlo. El Gobierno brit¨¢nico sostiene que no porque Escocia es parte del Estado brit¨¢nico, 'los acuerdos de autonom¨ªa no os dieron esos poderes, nosotros os los vamos a dar pero somos los que tenemos la responsabilidad en esta ¨¢rea, y esto es lo que queremos', dicen. Es decir, ?puede Escocia decidir por s¨ª misma o de forma conjunta con el Gobierno brit¨¢nico?¡±, concluye el profesor.
Curiosamente, nadie ha hecho una encuesta preguntando a los escoceses si quieren que el refer¨¦ndum incluya esa alternativa. Lo que s¨ª se sabe es que, en n¨²meros redondos, un tercio de los votantes est¨¢ a favor de la independencia, otro tercio a favor de dejar las cosas como est¨¢n y otro tercio a favor de m¨¢s autonom¨ªa. La tercera opci¨®n tambi¨¦n tendr¨ªa el apoyo de los independentistas, por lo que se vislumbra como ganadora si es sometida a refer¨¦ndum.
Por eso Cameron quiere evitar a toda costa esa posibilidad. El problema es que le va a costar mucho explicar a los escoceses que no tienen derecho a votar esa opci¨®n porque es la que prefieren. ¡°La posici¨®n del Gobierno brit¨¢nico es d¨¦bil en ese punto¡±, admite David Torrance. ¡°No solo porque los liberales-dem¨®cratas tienen una pol¨ªtica federalista y parte de la opini¨®n conservadora y laborista apoya la devo-max, sino porque as¨ª piensan tambi¨¦n la mayor¨ªa de los votantes escoceses¡±, a?ade. ¡°Dicho eso, es al mismo tiempo un sinsentido que el SNP proponga esa pregunta cuando en realidad quiere la independencia. ?Por qu¨¦ ofrecer al electorado una opci¨®n m¨¢s d¨¦bil?¡±, se pregunta Torrance. Quiz¨¢s porque m¨¢s vale p¨¢jaro en mano que ciento volando¡
Muy poco que ver con el Pa¨ªs Vasco o Catalu?a
El movimiento independentista de Escocia tiene muy poco que ver con el que se da en el Pa¨ªs Vasco o Catalu?a.
Escocia es mucho m¨¢s extensa (10,8 veces m¨¢s que el Pa¨ªs Vasco y 2,4 m¨¢s que Catalu?a) y menos poblada en t¨¦rminos relativos: 66 escoceses por kil¨®metro cuadrado, frente a 298 vascos y 234 catalanes.
Son m¨¢s pobres que Inglaterra y su secesi¨®n plantea m¨¢s interrogantes econ¨®micos que la de vascos y catalanes. Quiz¨¢s por eso parece m¨¢s deseada por los ingleses que por los escoceses, algo que no ocurre en Espa?a respecto a vascos y catalanes, que se consideran econ¨®micamente perjudicados por su pertenencia al Estado espa?ol. Sobre todo en el caso de los independentistas catalanes, que se quejan de su balanza fiscal negativa.
Aunque los independentistas escoceses sostienen que si el dinero del petr¨®leo del mar del Norte se quedara en Edimburgo no necesitar¨ªan las subvenciones de Westminster, las reservas est¨¢n disminuyendo y no est¨¢ claro que pudiera subsistir como Estado independiente.
La crisis financiera ha incrementado ese temor al poner de relieve la fragilidad de dos de los modelos m¨¢s invocados: Islandia e Irlanda. Adem¨¢s, la crisis del euro empuja hacia la armonizaci¨®n fiscal y hace impensable que una Escocia independiente pudiera dotarse de un sistema fiscal como el irland¨¦s para atraer inversiones.
No hay problema ling¨¹¨ªstico: el ingl¨¦s es la lengua de los escoceses y no hace falta hablar la minoritaria lengua local para sentirse escoc¨¦s. La identidad nacional, quiz¨¢ por eso, est¨¢ mucho m¨¢s extendida: hasta los tories m¨¢s unionistas se sienten al mismo tiempo profundamente escoceses. Nadie en Gran Breta?a cuestiona que Escocia es una naci¨®n.
Por todas estas razones ¡ªy otras muchas, como la pertenencia a la Uni¨®n Europea, el euro, las bases militares, las ayudas de Westminster al Royal Bank of Scotland¡¡ª la independencia de Escocia tiene hoy aires de quimera a pesar del ¨¦xito electoral del Partido Nacional Escoc¨¦s (SNP). De ah¨ª que a nadie extra?a que el l¨ªder del SNP Alex Salmond, parezca inspirarse en el modelo espa?ol como alternativa. En el fondo, busca m¨¢s la autonom¨ªa plena que la independencia.
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