La soledad del corredor de fondo
A Mariano Rajoy el poder le ha ca¨ªdo encima como una piedra pesada. Lleva toda su vida de adulto intentando alcanzarlo, pero le ha llegado en el peor momento
Al nuevo presidente de Espa?a el poder le ha ca¨ªdo encima como una piedra pesada. La verdad es que lleva toda su vida de adulto intentando alcanzarlo, pero le ha llegado en el peor momento. Y le va a resultar m¨¢s duro de lo que se esperaba.
Aunque Mariano Rajoy lleva media vida en la pol¨ªtica, no ha sido ¨¦l, sino m¨¢s bien las circunstancias externas, las que han dirigido su carrera en los momentos clave. Durante el mandato de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, desde 1997 hasta 2004, fue el artesano del Gobierno y del Partido Popular; el fiel y laborioso escudero del en aquel entonces presidente. Ha sido ministro en tres ocasiones: de Administraciones P¨²blicas, de Educaci¨®n y de Interior. Cuando Aznar, tras dos mandatos en el Gobierno, no quiso presentarse m¨¢s a las elecciones, fue precisamente a Rajoy a quien se?al¨® como sucesor. El poder ten¨ªa que haberle ca¨ªdo a este ¨²ltimo como una fruta madura, puesto que los a?os de Gobierno de Aznar hab¨ªan tra¨ªdo a los espa?oles ocho a?os de prosperidad y el Partido Popular llevaba la ventaja seg¨²n los sondeos de popularidad. Sin embargo, la rueda de la fortuna dio de pronto un giro inoportuno para Rajoy y tr¨¢gico para los espa?oles. Justo antes de las elecciones de marzo de 2004, las bombas de unos terroristas isl¨¢micos hicieron saltar cuatro trenes en Madrid, causando 191 v¨ªctimas. El atentado era un castigo por el env¨ªo por parte del gobierno de Aznar de tropas a Irak. Los espa?oles no estaban a favor de dicha intervenci¨®n, pero habr¨ªan votado a la derecha y a Rajoy si no hubiera sido por la conmoci¨®n provocada por el atentado.
Los socialistas se hicieron con el poder y, desde el banquillo de la oposici¨®n, Rajoy se dedic¨® a lo largo de ocho a?os a atacar sin descanso al presidente Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Trat¨® de demostrar que su Gobierno era un fracaso teniendo en cuenta las decisiones del mismo sobre el retiro unilateral de las tropas espa?olas de Irak; el establecimiento de relaciones amistosas conla Venezuelade Hugo Ch¨¢vez y conla Cubade los hermanos Castro; la legalizaci¨®n de los matrimonios de personas del mismo sexo; la liberalizaci¨®n del aborto y las negociaciones de paz con los terroristas vascos de ETA. Fue en vano. Tras cuatro a?os, los socialistas de Zapatero volvieron a ganar las elecciones. Y los pol¨ªticos del Partido Popular empezaron a tratar a Rajoy como a un cero a la izquierda, con el que iba a ser imposible hacerse de nuevo con el poder. Surg¨ªan cada vez con mayor frecuencia opiniones que afirmaban que la derecha deber¨ªa buscar un dirigente con m¨¢s carisma. Rajoy no se rindi¨®. Igual que una larva de hormiga le¨®n, se retir¨® al fondo de la madriguera de arena en forma de embudo y all¨ª se qued¨® esperando hasta que Zapatero se aproxim¨® imprudentemente al borde y cay¨® dentro.
Y as¨ª, efectivamente, ocurri¨®. Aunque no hubo ning¨²n m¨¦rito por parte de la oposici¨®n, tampoco fue culpa del Gobierno. Lo provoc¨® la crisis en la que Espa?a se vio inmersa en el a?o 2008. Tanto el Gobierno de Aznar como el Gobierno de Zapatero hab¨ªan descuidado igualmente con anterioridad aspectos innovadores de la econom¨ªa, favoreciendo con ello la expansi¨®n inmobiliaria, que iniciaron y aceleraron extranjeros acaudalados y espa?oles deseando enriquecerse. Cuando la burbuja inmobiliaria estall¨®, millones de parados se encontraron en la calle y la econom¨ªa sufri¨® un retroceso porcentual enorme. La incapacidad con la que Zapatero se enfrent¨® a la crisis fue un regalo para la derecha. Los espa?oles decidieron arrinconar al presidente socialista y decidieron dirigirse a Rajoy con la esperanza de que fuera capaz de encontrar remedio a la situaci¨®n. La ventaja de la derecha aumentaba de mes en mes seg¨²n los sondeos a medida que ca¨ªa la popularidad de los socialistas. Los Gobiernos de los principales pa¨ªses dela Uni¨®n Europea, asustados por el efecto domin¨® en el mercado financiero ¨C que tras alcanzar a Irlanda, Portugal y Grecia se aproximaba a Italia y Espa?a ¨C esperaban alg¨²n indicio de lo que pensaba hacer la persona que fuera a gobernar Espa?a. Pero ni siquiera en un encuentro a solas, Merkel consigui¨® sacarle informaci¨®n a Rajoy.
Su cautela y paciencia o, seg¨²n otros, su oportunismo y su pol¨ªtica de desgaste, han obtenido su recompensa. El 20 de noviembre Rajoy consigui¨® tanta ventaja en las urnas que podr¨¢ gobernar en solitario los pr¨®ximos cuatro a?os. Una vez que el poder le fue entregado en bandeja, se encerr¨® durante un mes en su despacho y haciendo caso omiso de la tormenta desencadenada por la deuda espa?ola ¨C cuando los Gobiernos de Alemania y Francia y los mercados financieros presionaban para que hubiera una declaraci¨®n de saneamiento econ¨®mico ¨C ¨¦l se dedic¨® a meditar acerca de la composici¨®n de su Gobierno y sobre el anuncio del primer paquete de reformas. Zapatero despertaba fuertes emociones por su car¨¢cter irreflexivo, su buen humor, su eterno optimismo y sus caprichosas maniobras pol¨ªticas. Era capaz de irritar y divertir como un buf¨®n. Rajoy no despierta emociones, ni a favor ni en contra. Circunspecto, previsible, lento, aburrido. Se le ha comparado, no con un le¨®n, sino con un elefante. Nadie le niega la escrupulosidad que lo caracteriza. A diferencia de muchos pol¨ªticos de derechas, Rajoy no tiene or¨ªgenes franquistas. Su abuelo cofund¨® en 1931 el primer Estatuto auton¨®mico gallego. Su padre, tambi¨¦n activista gallego, lo pas¨® mal con Franco.
Mariano Rajoy termin¨® la carrera un a?o despu¨¦s de la transici¨®n pol¨ªtica a la democracia en 1977 y se convirti¨® en el notario m¨¢s joven de Espa?a. En 1981, alos 26 a?os de edad, pas¨® a ser uno de los diputados m¨¢s j¨®venes del Parlamento auton¨®mico gallego, y a los 31, jefe de la agrupaci¨®n regional de Pontevedra, uno de los diputados m¨¢s j¨®venes del Parlamento de Madrid y vicepresidente gallego. Entr¨® a formar parte del primer gobierno de Aznar en 1996 con m¨¢s de 40 a?os y durante sus dos legislaturas ocup¨® seis cargos diferentes (tres de ellos ministeriales). Para Aznar era como un todoterreno con tracci¨®n a las cuatro ruedas, un ministro-parachoques. Fue capaz de aguantar y no fue eliminado por los hombres fuertes del partido. No gan¨® nada de manera decisiva, pero nunca perdi¨® del todo. En la vida privada alcanz¨® la madurez gracias a la reflexi¨®n. Se decidi¨® a casarse solo una vez que ya hab¨ªa entrado a formar parte del Gobierno. Mantuvo cuatro a?os de noviazgo antes de declararse a su prometida. Muy celoso de su vida privada, se le desconocen esc¨¢ndalos o vicios, quitando los puros y el gin-tonic.
Hace m¨¢s de 30 a?os que lleva una barba recortada para ocultar las cicatrices de un accidente de tr¨¢fico que sufri¨® en 1977. No le gusta viajar en helic¨®ptero porque en 2005 sali¨® con vida por los pelos de una cat¨¢strofe en dicho medio de transporte. No le preocupa tener una imagen insulsa: ¡°Tengo muchos defectos. ?Y cu¨¢ntas personas me lo recuerdan cada d¨ªa! Pero no dependo de nadie, no tengo que contar con nadie. Es una de las pocas cosas de m¨ª que me alegran y me permite mantener la distancia respecto a las cr¨ªticas. Puede que tenga una imagen poco favorable, pero quiz¨¢ la suerte est¨¢ a mi favor. Con la imagen se pueden ganar las elecciones, pero no se solucionan los problemas. Para eso son necesarias ideas y propuestas¡±. ?Tiene suficientes? La cautela y la paciencia del corredor de fondo han sido sus virtudes m¨¢s notables. Puede que no sea casualidad que Rajoy sea un fan del ciclismo; en su juventud era capaz de permanecer mucho tiempo esperando en la calle para ver pasar durante un instante el pelot¨®n dela Vueltaa Espa?a o el Tour de Francia.
La tarea que le ha ca¨ªdo encima har¨¢ de ¨¦l un hombre de Estado o lo hundir¨¢ en el olvido. ¡°M¨¢s sabe el diablo por viejo que por diablo¡±, dice un refr¨¢n espa?ol. ¡°?Conoce usted a alg¨²n pol¨ªtico de derechas que haya tenido un periodo en pr¨¢cticas m¨¢s largo que el m¨ªo? Soy el mayor de todos¡±, declaraba orgulloso en una entrevista concedida hace un mes. Y eso que solo tiene 56 a?os.
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