"El trabajo es a¨²n estimulante"

Nuestra empresa experiment¨® una buena sacudida a partir de oto?o de 2008. En aquel entonces, nuestro c¨ªrculo de clientes sinti¨® verdadero miedo. Los proyectos de nuestro sector, la arquitectura y las obras de interiores, no son realmente necesarios, son art¨ªculos de lujo. Muchos se retrasaron o cancelaron, por eso nuestro volumen de ventas cay¨® un 30% en 2010 y 2011. Hab¨ªamos decidido no despedir a ning¨²n trabajador; durante ese periodo perdimos capital propio de forma masiva, pero aguantamos. A d¨ªa de hoy, tengo la sensaci¨®n de que volvemos al punto en que est¨¢bamos antes de la crisis.

Una de mis tareas m¨¢s importantes como administrador consiste en hacerme sustituible

Ahora estoy a punto de cumplir 69 a?os y llevo 20 a?os trabajando como gerente aqu¨ª. Una de mis tareas m¨¢s importantes como administrador consiste en hacerme sustituible. Mi cometido m¨¢s importante es garantizar que este negocio siga funcionando. Pero todav¨ªa no estoy seguro de que la cosa marche sin m¨ª. No hemos llegado al punto en que pueda marcharme. Lo estamos preparando, ser¨¢ un proceso fluido, quiz¨¢ alguna vez me vaya un poco antes a casa o llegue un poco m¨¢s tarde. Pero esto podr¨ªa durar todav¨ªa entre tres y cinco a?os m¨¢s. Por un lado, tuvimos la crisis. Por otro lado, nosotros seguimos desarroll¨¢ndonos permanentemente; la recuperaci¨®n va acompa?ada de muchas ideas y proyectos siempre nuevos.

El trabajo diario todav¨ªa me sigue resultando muy estimulante, hay muchas cosas nuevas por descubrir. Hace poco coincid¨ª con un profesor de la Escuela Superior de Bellas Artes de Dresde, y ahora preparamos ciclos de conferencias juntos. Todav¨ªa me queda por conseguir que nuestra localidad, Hellerau, sea declarada patrimonio cultural de la humanidad y en este momento nos estamos encargando por vez primera de la construcci¨®n completa de una villa, desde la elecci¨®n del arquitecto hasta la ejecuci¨®n del edificio.

Entre nosotros ha surgido una aut¨¦ntica cultura del aprendizaje

Para acometer semejantes proyectos, tenemos que aprender de nuevo una y otra vez. Entre nosotros ha surgido una aut¨¦ntica cultura del aprendizaje, se ha convertido en algo normal; la rutina consiste en que no existe rutina. Por eso necesitamos buenos empleados que asuman responsabilidades propias; hasta nuestras secretarias tienen estudios. No hay fluctuaciones, la gente solo se va cuando son demasiado mayores como yo. Imperan los valores antiguos que normalmente nos atribuyen a nosotros, los alemanes: somos ingenieros, somos precisos, disciplinados. Estas antiguas virtudes alemanas, que tambi¨¦n pueden expresar algo negativo, son las que tenemos programadas aqu¨ª. Para mantener este nivel tendremos que invertir cada vez m¨¢s en la formaci¨®n y especializaci¨®n, pero no me hago ilusiones en ese sentido. Por eso queremos fundar pronto una academia interna de la empresa.

En los ¨²ltimos 20 a?os hemos ido de una crisis existencial a otra y eso destroza los nervios. Siempre hemos invertido en nuestro futuro sin tener realmente dinero. Ha sido duro, no quisiera tener que volver a pasar necesariamente por ello y a veces me pregunto: ?por qu¨¦ he aguantado todo esto? Pero siempre que vienen visitantes a nuestra empresa veo claramente todo lo que hemos logrado. Y eso puede hacer que me sienta realmente feliz dos o tres veces al d¨ªa.