Trumpf, s¨ªmbolo de la recuperaci¨®n de Alemania
Los directivos reaccionaron ante la crisis reduciendo los costes, pero no la plantilla, algo que consiguieron con la jornada reducida
El que quiera saber por qu¨¦ Alemania vuelve a experimentar una expansi¨®n econ¨®mica tiene que visitar Suabia, y m¨¢s concretamente, una localidad cerca de Stuttgart llamada Ditzingen, sede de la empresa Trumpf, fabricante de m¨¢quinas-herramientas, l¨¢seres industriales y productos sanitarios altamente especializados. Es un ejemplo cl¨¢sico del ¨¦xito de las pymes alemanas: una empresa con presencia mundial en manos de una ¨²nica familia, con unos directivos cosmopolitas, unos empleados flexibles y altamente cualificados y un porcentaje de exportaci¨®n superior al 70%. Una empresa con unas finanzas s¨®lidas y pocos gastos que rebosa confianza.
Pero Trumpf no siempre lo ha tenido f¨¢cil: en oto?o de 2008, justo despu¨¦s de que estallara la crisis econ¨®mica, los suabos atravesaron un bache. En cuesti¨®n de dos a?os, los beneficios se redujeron de 2.100 millones de euros a 1.300 millones, una ca¨ªda que rondaba el 40%. Los directivos reaccionaron reduciendo los costes, pero no la plantilla, algo que consiguieron con la jornada reducida y las cuentas de tiempo trabajado, es decir, que el tiempo que ahora trabajan de menos los empleados tendr¨¢n que recuperarlo en per¨ªodos de expansi¨®n. ¡°Si los especialistas se van, no vuelven¡±, explica la consejera delegada, Nicola Leibinger-Kamm¨¹ller. Los gastos en investigaci¨®n y desarrollo tampoco se redujeron.
Trumpf sali¨® con buen pie de la crisis, e incluso increment¨® su cuota de mercado
As¨ª fue como Trumpf sali¨® con buen pie de la crisis, e incluso increment¨® su cuota de mercado. En el ¨²ltimo ejercicio la empresa ha registrado un crecimiento sin precedentes, con encargos que ascienden a los 2.200 millones de euros. En Asia les est¨¢ yendo especialmente bien. El volumen de negocios en China se ha duplicado: el pa¨ªs se ha convertido en el tercer mercado individual m¨¢s importante despu¨¦s de Alemania (29%) y Estados Unidos. Desde hace dos a?os Trumpf produce tambi¨¦n en China, y la empresa tiene pensado aumentar la plantilla all¨ª a 800 empleados. Lo que ahora mismo (y, realmente, desde siempre) hace que los alemanes sean tan fuertes es algo que caracteriza en concreto a los constructores de m¨¢quinas de Ditzingen: productos de primera calidad, ingenieros muy cualificados, precisi¨®n y empe?o.
Los suabos trabajan mucho y con esfuerzo; uno de sus lemas es ¡°trabaja, trabaja¡±. Esto es algo m¨¢s que un simple estereotipo: Berthold Leibinger, el consejero delegado de la empresa fundada en 1923, le transmiti¨® este principio ¨¦tico a su hija y sucesora. Hasta los s¨¢bados van los empleados al trabajo para procesar el gran n¨²mero de encargos. Nicola Leibinger-Kamm¨¹ller, doctora en Humanidades y miembro de la CDU, ha desarrollado un modelo flexible de horario laboral que tiene en cuenta las necesidades de las distintas etapas de la vida y cumple el deseo de ayudar a compaginar la vida familiar con la laboral: cada empleado puede decidir cu¨¢ntas horas quiere trabajar a la semana: 15, 30 o 40. El empleado mantiene ese horario durante dos a?os, y pasado ese tiempo puede cambiar de opini¨®n.
Hasta los s¨¢bados van los empleados al trabajo para procesar el gran n¨²mero de encargos
En un futuro pr¨®ximo Trumpf cree que va a seguir teniendo un crecimiento s¨®lido. ¡°No se prev¨¦ ninguna ca¨ªda¡±, comenta el director comercial Harald V?lker. En Alemania est¨¢ aumentando la demanda y en Europa occidental se ha estancado, sobre todo a causa de que los negocios van mal en Italia y en Espa?a. Trumpf obtiene el 40% de sus beneficios con pa¨ªses de la zona euro y, en ese sentido, la moneda com¨²n es, seg¨²n V?lker, ¡°un gran alivio¡±. Se han suprimido operaciones de cobertura dif¨ªciles de calcular como, por ejemplo, las que son necesarias en el comercio con China, Jap¨®n o Corea. ¡°Adem¨¢s, conocemos las bases de c¨¢lculo de nuestros competidores y de nuestros clientes¡±, explica el director. ¡°Eso ha contribuido enormemente a reducir costes y a simplificar de forma significativa la complejidad¡±. Solo hay una cosa que desbarata los proyectos de Trumpf: que la crisis de la deuda no se solucione pronto. Ahora mismo se necesita una ¡°pol¨ªtica de mano firme¡±, explica V?lker. ¡°Los Gobiernos deber¨ªan escoger una estrategia y seguirla hasta el final¡±.
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