Sarkozy se decide a anunciar por fin su candidatura para las presidenciales
El presidente, que deber¨¢ remontar la ventaja de Hollande, recurrir¨¢ a los valores y la identidad para buscar el voto de la ultraderecha
Tras varias semanas de mercadotecnia teasing (aplazar el momento para aumentar el deseo), Nicolas Sarkozy se dispone a desvelar por fin el mi¨¦rcoles, a trav¨¦s de una entrevista a la televisi¨®n privada TF1, que ser¨¢ candidato a la reelecci¨®n en las presidenciales de abril y mayo. La no-noticia, pues todo el mundo sabe ya que el jefe del Estado se iba a presentar, coincide con un ligero repunte del presidente de la Rep¨²blica en las encuestas. Sarkozy marcha entre cinco y siete puntos por detr¨¢s del gran favorito, el aspirante socialista Fran?ois Hollande, para la primera vuelta, y parte con enorme desventaja para el segundo turno (58-42).
Seg¨²n ha filtrado su equipo, Sarkozy va a justificar su segunda carrera al El¨ªseo con la frase ¡°por el pueblo, con el pueblo y para el pueblo¡±. La apelaci¨®n tres veces populista al art¨ªculo 2 de la Constituci¨®n encierra varios deseos: proponer una campa?a muy intensa y pegada al terreno; recabar el apoyo masivo de la Francia profunda y de los electores del Frente Nacional lanzando mensajes de extrema derecha sobre seguridad, identidad, inmigraci¨®n y derechos individuales, y negar la principal acusaci¨®n que le hacen sus opositores: que ha gobernado estos cinco a?os pensando no en el conjunto de los ciudadanos sino en los m¨¢s ricos y los grandes empresarios.
Medidas tan pol¨¦micas como las exenciones fiscales a las grandes fortunas, o el reciente recorte de los costes patronales del trabajo para compensarlo con una subida del IVA de 1,6 puntos (que entrar¨ªa en vigor en octubre, si es reelegido) parecen confirmar esas cr¨ªticas, pero ahora toca hablar a los 65 millones de franceses para revertir los sondeos y llegar en cabeza a la primera vuelta, que es el primer objetivo de los dos favoritos.
Poco a poco, los sondeos han ido decantando la cita del 22 de abril como un duelo a dos, y han alejado tanto a Marine Le Pen (17,5% en los sondeos) como al centrista Fran?ois Bayrou (12,5%) de una posible sorpresa, aunque ambos ser¨¢n decisivos cuando ya no est¨¦n, en la segunda vuelta.
La intenci¨®n de voto parece consolidada, y aunque aun hay un 38% de indecisos, parece evidente que el partido final ser¨¢ derecha tradicional contra izquierda cl¨¢sica. Pero Sarkozy ha arengado hoy a sus diputados diciendo: ¡°No ser¨¢ derecha contra izquierda, la elecci¨®n se ganar¨¢ con el pueblo¡±.
De momento, Le Pen no ha encontrado las 500 firmas de alcaldes obligatorias para presentarse a las elecciones, pero todos cuentan con que lo har¨¢ finalmente. Sarkozy sabe que su suerte en la primera vuelta depender¨¢ de la conquista de ese 30% de franceses silenciosos que desconf¨ªan del euro, de Europa, los inmigrantes, los partidos y la globalizaci¨®n. Se anuncia una nueva medida: la creaci¨®n de un inquietante Ministerio de Identidad Nacional.
El martes, el inquilino del El¨ªseo hizo su ¨²ltimo desplazamiento como presidente de la Rep¨²blica. Visit¨® junto a 80 periodistas una planta fotovoltaica en quiebra, Photowatt, y anunci¨® que el gigante p¨²blico EDF absorber¨¢ a los 450 trabajadores que van a perder su empleo. Encarnar el papel de presidente salvador, pese a que durante su mandato se han perdido 750.000 empleos industriales y un mill¨®n neto de puestos de trabajo, es solo uno de los ejercicios de funambulismo que Sarkozy deber¨¢ hacer para evitar que su propio legado devore sus posibilidades de reelecci¨®n.
La ofensiva ser¨¢ especialmente agresiva esta primera semana. El nuevo candidato planea dar su primer mitin el jueves ante 3.500 personas en Annecy, inaugurar el s¨¢bado su cuartel general en el distrito XV de Par¨ªs (el m¨¢s pijo de la capital), y cerrar el domingo con una demostraci¨®n de fuerza en Marsella, una de las zonas del pa¨ªs m¨¢s azotadas por la inmigraci¨®n, la inseguridad ciudadana y el paro, y por tanto un gran vivero de votos del Frente Nacional.
Virando todo a estribor, el presidente ha prometido que convocar¨¢ dos pol¨¦micos refrendos populares (sobre la prestaciones del desempleo y los derechos de los extranjeros), y ha intentado encandilar al electorado m¨¢s reaccionario subrayando, como hizo en 2007, las ra¨ªces cristianas de Francia y descartando reformas como el derecho de voto a los inmigrantes, el matrimonio homosexual, la adopci¨®n por parejas del mismo sexo y la eutanasia.
Sarkozy trabajar¨¢ con su equipo de asesores del El¨ªseo, lo que convierte casi en testimonial la aportaci¨®n del su partido, la UMP, y llamar¨¢ a los franceses a abrazar en esta hora hist¨®rica los viejos valores francofranceses que, parad¨®jicamente, hoy encarna Alemania: trabajo, autoridad, responsabilidad.
Otra baza ser¨¢ el uso de los atributos personales -espontaneidad, sinceridad, experiencia, astucia- para presentarse como el ¨²nico candidato fiable, el timonel que mantiene el rumbo en medio de la tormenta perfecta. Sarkozy conf¨ªa en diferenciarse as¨ª del fr¨ªo tecnicismo que simbolizar¨ªa el ¡®enarca¡¯ (licenciado en la Escuela Nacional de Administraci¨®n) e inexperto Hollande, a quien retratar¨¢ como ¡°el candidato del sistema¡±.
En marzo, Sarkozy editar¨¢ el libro que ha escrito durante los ¨²ltimos meses. Al parecer, le ha salido tan ¨ªntimo que est¨¢ siendo reescrito por Emmanuelle Mignon, la redactora del programa de 2007. Seg¨²n Le Monde, Mignon ha sido rescatada in extremis, con la esperanza de reencontrar la qu¨ªmica popular que llev¨® a Sarkozy a la victoria hace cinco a?os.
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