Las legislativas de Ir¨¢n se convierten en un refer¨¦ndum sobre Ahmadineyad
Est¨¢ en juego la legitimidad del r¨¦gimen iran¨ª tras la represi¨®n poselectoral de 2009 La tasa de participaci¨®n medir¨¢ su solidez
Los iran¨ªes han votado este viernes en unas elecciones legislativas que ni sirven para cambiar el color del Gobierno ni para reflejar sus preferencias pol¨ªticas en el Parlamento. Pero, lejos de ser un ejercicio de futilidad, los comicios se convirtieron en un refer¨¦ndum sobre la popularidad del sistema clerical en un momento de renovada tensi¨®n con Occidente en torno a su programa nuclear. Partidarios y detractores del presidente Mahmud Ahmadineyad, las dos tendencias en liza, buscaban sobre todo una gran participaci¨®n para legitimar un r¨¦gimen marcado por la represi¨®n que sigui¨® a las presidenciales de 2009.
Ha sido la primera cita con las urnas desde la fat¨ªdica fecha del 13 de junio de aquel a?o, cuando al d¨ªa siguiente de la votaci¨®n cientos de miles de iran¨ªes se echaron a la calle para denunciar el resultado. La brutal represi¨®n que durante ocho meses sigui¨® a aquellas protestas acab¨® no solo con el movimiento popular a favor de la reforma del sistema sino con las esperanzas de buena parte de los iran¨ªes.
Aunque con sus l¨ªderes bajo arresto domiciliario, los reformistas llamaron a boicotear la cita, a los responsables les preocupaba la convocatoria. Apenas ha habido campa?a. ¡°Ni propaganda electoral ni inter¨¦s. Nada comparado con a?os anteriores¡±, confiaba un analista europeo que ha seguido in situ todos las elecciones iran¨ªes desde 2005. Pero la ausencia de debate no ha evitado que saliera a la luz la principal fisura que el r¨¦gimen arrastra desde que acallara a su ala reformista hace dos a?os, la pugna de poder entre los conservadores que desde entonces monopolizan el espacio pol¨ªtico.
A falta de partidos, los grupos de presi¨®n elaboraron listas informales de candidatos para orientar a los electores. Pero aunque en algunos distritos hab¨ªa hasta 10 relaciones diferentes, los 3.467 candidatos preseleccionados por el Consejo de Guardianes se divid¨ªan b¨¢sicamente en dos: partidarios y detractores de Ahmadineyad. El hombre que desde su elecci¨®n como presidente en 2005 ha tra¨ªdo a Occidente de cabeza con sus exabruptos tambi¨¦n se ha creado enemigos dentro de Ir¨¢n.
Su af¨¢n por ampliar el alcance de sus competencias ha terminado por rozar con los poderes tradicionales, que le han acusado de querer minar la autoridad del l¨ªder supremo, en la actualidad encarnado en Al¨ª Jamenei, y del sistema clerical. Uno y otro sector del r¨¦gimen llevan un a?o enfrascados en una guerra sucia por el control de los centros de decisi¨®n. Aunque la potestad legislativa del Parlamento est¨¢ limitada por el Consejo de Guardianes (un ¨®rgano designado por el l¨ªder), Ahmadineyad buscaba una mayor¨ªa para frenar las pr¨®ximas mociones de censura de sus rivales y preparar el terreno para su sucesor en las presidenciales del a?o que viene.
Sin embargo, una coalici¨®n de cl¨¦rigos, grandes mercaderes y altos oficiales de los Pasdar¨¢n (el ej¨¦rcito ideol¨®gico del r¨¦gimen cuyos mandos est¨¢n divididos entre ambos campos pol¨ªticos) apoyaban a candidatos alternativos dispuestos a recuperar el protagonismo que les ha arrebatado el populismo del presidente. Contaban para ello con explotar las dificultades econ¨®micas que sufre el pa¨ªs a resultas tanto de las sanciones internacionales como de la mala gesti¨®n de las cuentas p¨²blicas.
Pero por encima de cualquier diferencia, el objetivo de la jornada era reforzar la legitimidad del r¨¦gimen de cara a las decisiones que va a tener que tomar en los pr¨®ximos meses ante el creciente aislamiento internacional. De ah¨ª que todos los esfuerzos estuvieran centrados en la participaci¨®n.
¡°Las potencias arrogantes nos est¨¢n intimidando para mantener su prestigio. Una alta participaci¨®n es lo mejor para preservar la seguridad de nuestro pa¨ªs¡±, declar¨® Jamene¨ª al depositar su voto, en aparente referencia a la amenaza de un ataque militar.
Poco antes del cierre de los colegios electorales, la televisi¨®n estatal anunci¨® que el plazo se extend¨ªa cuatro horas ¡°ante la extraordinaria asistencia¡±. Con los periodistas extranjeros confinados a sus hoteles tras una visita guiada por el Ministerio de Orientaci¨®n Isl¨¢mica, no hab¨ªa observadores independientes para verificar el entusiasmo de los medios oficiales que adelantaban una participaci¨®n superior al 60%.
¡°En los tres colegios electorales de Sadatabad no hab¨ªa absolutamente nadie cuando he pasado esta ma?ana¡±, asegur¨® a este diario un observador en referencia a un barrio del noroeste de Teher¨¢n. ¡°Solo en los centros donde hab¨ªa c¨¢maras de televisi¨®n se produc¨ªan aglomeraciones¡±, a?ad¨ªa la fuente. Un periodista local que recorri¨® la capital iran¨ª de norte a sur estim¨® la participaci¨®n en un 20% y las webs reformistas daban datos igualmente bajos en otras ciudades. Pero en las zonas rurales, suelen ser m¨¢s altos. En las anteriores legislativas, en 2008, la cifra oficial fue del 55,4%.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.