Jap¨®n recurre a los robots contra la depresi¨®n posterremoto
Los aut¨®matas ayudan a los supervivientes a rehacer sus vidas
En el pa¨ªs de la tecnolog¨ªa, los robots han acudido en ayuda de los afectados por el terremoto y el tsunami que devastaron la costa nororiental de Jap¨®n el 11 de marzo del a?o pasado. Paro, el robot de una cr¨ªa de foca de pelo blanco y ojos negros, hace las delicias de ni?os y adultos en la ciudad de Kesennuma (prefectura de Miyagi), donde es utilizado para tratar el estr¨¦s y la depresi¨®n que sufren muchos de los supervivientes de la cat¨¢strofe, que dej¨® 15.854 muertos y 3.276 desaparecidos.
El mu?eco de peluche automatizado est¨¢ disponible para los residentes del poblado de viviendas prefabricadas temporales que ha sido instalado en un estadio de b¨¦isbol en esta ciudad en la que barrios enteros fueron pulverizados por el tsunami. Kesennuma es un importante centro de pesca de at¨²n y de tibur¨®n en la prefectura de Miyagi.
Paro emite chillidos, baja la cabeza, cierra los ojos y mueve las aletas cuando se le acaricia. Tambi¨¦n responde a los sonidos. ¡°Es importante que los evacuados mantengan la comunicaci¨®n. Esperamos que Paro la favorezca¡±, dice Kazuhiro Kojima, de 39 a?os, un investigador del Instituto Nacional de Ciencia y Tecnolog¨ªa Industriales Avanzadas, situado en Tsukuba (unos 70 kil¨®metros al noreste de Tokio), donde ha sido desarrollado. ¡°En una casa prefabricada es muy dif¨ªcil tener una mascota. Paro les proporciona una sensaci¨®n de afecto¡±, asegura. Para muchos supervivientes, es un sustituto de los animales que perdieron arrastrados por las aguas.
Un a?o despu¨¦s del desastre, m¨¢s de 340.000 personas contin¨²an desplazadas, la inmensa mayor¨ªa en peque?as viviendas prefabricadas. Muchas familias que antes viv¨ªan juntas est¨¢n ahora separadas, ya que los j¨®venes se han mudado a otras ciudades en busca de trabajo mientras los mayores permanecen cerca de sus pueblos en estos asentamientos temporales.
Tras el terremoto de Kobe (capital de la prefectura de Hyogo), en 1995, se produjo un fuerte aumento de casos de depresi¨®n y trastornos mentales, una de cuyas causas fue la p¨¦rdida de vivienda. La situaci¨®n se est¨¢ repitiendo ahora, seg¨²n algunos expertos. Las comunidades se han roto y muchos ancianos, alejados de su entorno, sufren ansiedad y depresi¨®n, hasta el punto de que los suicidios y los casos de demencia senil han crecido.
Entre los ancianos, alejados
Los organizadores de la terapia, que tiene lugar en una peque?a, pero acogedora, casa que se puede desplazar sobre ruedas, ofrecen otros artilugios electr¨®nicos, incluido un aut¨®mata al que llaman El profesor de estiramientos y un robot para lavar la cabeza, que tuvieron en pruebas dos semanas. Kojima dice que espera que los aut¨®matas ofrezcan una oportunidad a los supervivientes de reconstruir sus comunidades, para lo cual es muy importante el apoyo mental.
Los tratamientos con robots no son nuevos. Paro ha sido ya utilizado como terapia de mascota, un m¨¦todo de cura que se emplea desde hace a?os en los hospitales y los servicios de cuidados de ancianos, contra la depresi¨®n y la demencia. Cuando se le pregunta por qu¨¦ han elegido una foca en lugar de una mascota m¨¢s corriente, responde: ¡°Intentamos con un gato, pero los ni?os esperaban del robot la misma reacci¨®n de un animal real¡±.
La casa rodante en la que han instalado el centro de terapia puede ser desplazada donde haga falta en caso de emergencia. Utiliza bombonas de gas para generar electricidad y est¨¢ conectada a una planta de tratamiento de residuos, tambi¨¦n m¨®vil, que permite gestionar los desechos del cuarto de ba?o. ¡°Si ocurriera algo en Tokio, podr¨ªamos colocar estas unidades por todos lados¡±, dice Kojima, en referencia al Big One, el gran terremoto que los expertos prev¨¦n que se produzca en la capital o en el sur del pa¨ªs antes de 30 a?os, debido al empuje y movimiento que est¨¢n experimentando bajo Jap¨®n las placas tect¨®nicas del Pac¨ªfico y de Filipinas.
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