El legado de Mubarak arruina Egipto
El Gobierno actual se niega a aplicar las sentencias que obligan a renacionalizar empresas privatizadas por el anterior r¨¦gimen mediante pr¨¢cticas corruptas
![El ex dictador egipcio Hosni Mubarak.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/7XKQ6JR3P3YIRYRUNDCTGQLRSM.jpg?auth=91afd373b384cc0f0509a15a3a80f09464a63c6d0f250f2c5af10124af121df8&width=414)
La empresa Tanta Linen and Oils era considerada hasta 2005 una de las joyas del sector p¨²blico industrial egipcio. Gracias a la fabricaci¨®n de una amplia gama de productos, desde hilaturas de lino a aceites para pinturas, sus 1.500 trabajadores generaron aquel a?o unos beneficios de 2,3 millones de euros. Siete a?os despu¨¦s, sus f¨¢bricas ofrecen un imagen espectral. Todas cerraron sus puertas. Ultrajada por una privatizaci¨®n corrupta, descuartizada por un capitalismo mafioso, e ignorada por una revoluci¨®n inacabada, las tribulaciones de esta compa?¨ªa constituyen una met¨¢fora de la historia reciente de Egipto.
¡°No s¨®lo han acabado con una empresa mod¨¦lica, y han arruinado las vidas de cientos de obreros, sino que han puesto a todo un sector de rodillas. Nosotros proporcion¨¢bamos bienes intermedios a buen precio a multitud de f¨¢bricas egipcias, sobre todo talleres textiles. La privatizaci¨®n fue un desastre¡±, denuncia el obrero Hisham Abu Zeit. Este sindicalista lider¨® a sus compa?eros a una victoria improbable en su cruzada contra las redes clientelares del antiguo r¨¦gimen.
Apenas dos a?os despu¨¦s de la adquisici¨®n de la compa?¨ªa por un inversor saud¨ª, la mitad de las plantas de producci¨®n fueron clausuradas, y el n¨²mero de trabajadores se redujo a 750. Adem¨¢s, los obreros perdieron un 15% de su sueldo mensual ¡ªunos 80 euros¡ª, pues estaba vinculado a unos beneficios empresariales en ca¨ªda libre. Fue esta p¨¦sima gesti¨®n y no las convicciones de tipo ideol¨®gico lo que llev¨® a los obreros a movilizarse en 2009 para pedir su renacionalizaci¨®n, ocupando durante medio a?o la entrada de la Asamblea Popular. El Gobierno hizo caso omiso de sus peticiones, por lo que presentaron una demanda judicial.
¡°Finalmente comprendimos la l¨®gica perversa del inversor. No estaba interesado en el progreso de la empresa. Pretend¨ªa ir cerrando plantas poco a poco, ya que su verdadero objetivo era vender los terrenos de las f¨¢bricas, situados en una zona urbana en crecimiento¡±, explica Abu Zeit.
Tanta Linen and Oils fue vendida por 83 millones de libras (unos 12 millones de euros), pero se estima que su valor real era al menos diez veces superior. Tan s¨®lo el precio del terreno que ocupaba su edificio principal ascend¨ªa a unos 60 millones de libras.
¡°La naturaleza de las privatizaciones de la era Mubarak muestran hasta qu¨¦ punto el sistema se hab¨ªa convertido en una cleptocracia en la que s¨®lo prosperaban los funcionarios corruptos y aquellos inversores imbuidos de la cultura del pelotazo. Los trabajadores, la sociedad en su conjunto, siempre perd¨ªamos¡±, remacha Abi Zeit, expulsado hace tres a?os del sindicato oficialista por su rebeld¨ªa.
Abu Zeit se cobr¨® su venganza en el verano del 2010: un tribunal estim¨® que la privatizaci¨®n hab¨ªa sido fraudulenta, orden¨® su renacionalizaci¨®n y conden¨® a dos a?os de c¨¢rcel al inversor saud¨ª. El Gobierno de Mubarak se neg¨® a acatar el veredicto, y en su lugar, ofreci¨® a cada trabajador una compensaci¨®n de 50.000 libras (unos 6.200 euros) a cambio abandonar sus reivindicaciones. El sindicato oficialista acept¨® el acuerdo, pero Abu Zeit y otros ocho trabajadores se negaron, y presentaron una nueva demanda.
La dura lucha en los tribunales y en las calles, as¨ª como el contacto con activistas y abogados despert¨® la conciencia pol¨ªtica de Abu Zeit. Para ¨¦l, ya no s¨®lo estaban en juego los derechos laborales de los obreros de la ciudad de Tanta, sino el futuro de un pa¨ªs entero que se hund¨ªa bajo el peso de ¡°la corrupci¨®n de un banda de mafiosos¡±. En aquellas fechas, otros millones de egipcios llegaron a esa misma conclusi¨®n. En sus corazones estaban ya sembradas las semillas de la rebeli¨®n, que el 25 de enero har¨ªa brotar el c¨¦lebre lema: ¡°Dignidad, libertad, y justicia social¡±.
El furor revolucionario no lleg¨® a la Tanta Linen and Oils, donde en enero del a?o pasado ya s¨®lo quedaban 250 trabajadores, los m¨¢s d¨®ciles. No obstante, en septiembre de 2011, los tribunales reabrieron la pugna por el futuro de la empresa al concluir que el pacto patrocinado por el Gobierno era ilegal, insistiendo en que la compa?¨ªa deb¨ªa renacionalizarse.
¡°Este ¨²ltimo medio a?o, el Gobierno no ha hecho nada para aplicar la sentencia. No es de extra?ar, porque los mismos altos cargos que se embolsaron millones con las privatizaciones fraudulentas, contin¨²an en sus puestos. Estamos en el limbo¡±, afirma con amargura Dalia Moussa, asistente de Jaled Ali, el abogado que defendi¨® a los obreros de Tanta, y cuya popularidad le ha empujado al ruedo de las presidenciales.
De los cerca de 130 procesos judiciales contra privatizaciones ilegales, los tribunales ya se han pronunciado en siete, siempre dando la raz¨®n a los demandantes. Pero el hecho de que ninguno de sus veredictos se haya aplicado es un testimonio m¨¢s de la debilidad de una revoluci¨®n como la egipcia, que consigui¨® descabezar el antiguo r¨¦gimen pero dej¨® intactos sus ¨®rganos vitales.
El Gobierno cuenta con el apoyo de algunos expertos que temen que el remedio legal a las privatizaciones fraudulentas a¨²n empeore la delicada salud de la econom¨ªa egipcia. ¡°El Estado no tiene dinero para capitalizar estas empresas. En lugar de nacionalizarlas, ser¨ªa mejor llegar a acuerdos con los inversores en los que se compense al Estado por las p¨¦rdidas sufridas, y se priorice la inversi¨®n para modernizar las empresas¡±, sostiene Mohamed Farid, empresario y fundador del partido neoliberal Egipcios Libres .
Adem¨¢s, Farid argumenta que la renacionalizaci¨®n podr¨ªa ahuyentar la inversi¨®n extranjera en un momento en el que la econom¨ªa egipcia la necesita como agua de mayo. Una vez m¨¢s, la moral de la justicia revolucionaria choca con los fr¨ªos dictados del pragmatismo. El frenazo que supuso la Revoluci¨®n para varios sectores econ¨®micos clave, sobre todo el turismo, ha llevado este a?o al pa¨ªs al borde de la recesi¨®n. Su d¨¦ficit p¨²blico se acerca al 9%, un porcentaje similar al espa?ol , y sus bonos tienen una calificaci¨®n de B, s¨®lo alg¨²n pelda?o por encima de Grecia.
No obstante, lo m¨¢s preocupante es la disminuci¨®n acelerada de sus reservas de divisas. Para mantener a flote la libra, el Banco Central ha quemado la mitad de sus reservas en 2011, por lo que algunos economistas prev¨¦n que Egipto podr¨ªa ser incapaz de sufragar sus vitales importaciones de cereales en oto?o. Por esta raz¨®n, el Gobierno negocia con urgencia un pr¨¦stamo con el FMI, as¨ª como fondos de ayuda bilaterales con las petromonarqu¨ªas del Golfo.
Todos estos dilemas, intereses contradictorios, y luchas de poder son los que heredar¨¢ el primer Gobierno civil que asuma el poder una vez concluida la transici¨®n, prevista para finales del mes de junio. Dalia Moussa se muestra esc¨¦ptica: ¡°Los Hermanos Musulmanes son capitalistas hasta los tu¨¦tanos, ellos no traer¨¢n la justicia social que nos rob¨® el antiguo r¨¦gimen¡±.
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