Cameron elige la ruta del calvario
Varias torpezas convierten al primer ministro en el hazmerre¨ªr de Reino Unido
Es dif¨ªcil imaginar una cadena de torpezas pol¨ªticas como las que protagonizan desde hace 10 d¨ªas el primer ministro brit¨¢nico, David Cameron, y su Gobierno de conservadores y liberales-dem¨®cratas. Una macedonia de decisiones ideol¨®gicas (reducir el IRPF a los m¨¢s ricos), torpezas recaudatorias (implantar el IVA a una de las comidas m¨¢s populares: las empanadas), sospechosos movimientos en la oscuridad (el esc¨¢ndalo del acceso al primer ministro a cambio de donaciones) y una de las estrategias preventivas m¨¢s ca¨®ticas jam¨¢s adoptadas (provocar el p¨¢nico al intentar evitar el p¨¢nico por una huelga de distribuidores de gasolina que ni siquiera existe) han convertido a Cameron en el hazmerre¨ªr del pa¨ªs.
Pero muchos analistas ven algo m¨¢s que torpeza en los chascos de estos d¨ªas y vislumbran un patr¨®n com¨²n: el elitismo de un Gabinete dominado por gente que no vive en el mundo real, que no conecta con los problemas cotidianos del ciudadano medio porque no sabe c¨®mo vive.
David Cameron no est¨¢ solo en este calvario: camina codo con codo junto a su pareja pol¨ªtica, el ministro del Tesoro y canciller del Exchequer, George Osborne. Personaje antip¨¢tico por sus formas altaneras, Osborne pasa por ser un estratega pol¨ªtico fin¨ªsimo y largo-placista. Es posible que con el tiempo acabe consagrando esa imagen, pero por primera vez desde que Cameron y Osborne empezaron su andadura, hay quien piensa que el primer ministro puede acabar echando a los leones a su canciller del Exchequer.
Todo empez¨® el mi¨¦rcoles 21 de marzo, cuando Osborne anunci¨® una reducci¨®n del tipo m¨¢ximo del IRPF del 50% al 45%. Aunque esa rebaja en teor¨ªa se compensa con otras alzas para contribuyentes adinerados, enseguida cal¨® la imagen de que los tories estaban mostrando su verdadera cara: son los amigos de los ricos.
El Gobierno reduce el IRPF a los ricos y aumenta el IVA a una comida popular, las pasties
Pocos d¨ªas despu¨¦s, el domingo 25, The Sunday Times revel¨® varias filmaciones encubiertas en las que un tesorero de los conservadores, Peter Cruddas, promet¨ªa a unos periodistas que se hac¨ªan pasar por inversores de Liechtenstein que podr¨ªan acceder a cenas ¨ªntimas con Cameron en su apartamento de Downing Street e influir en la estrategia del Gobierno a cambio de donaciones al partido.
Cameron se neg¨® a dar a conocer qu¨¦ donantes han cenado en su casa con el argumento de que eran encuentros privados. Pero decidi¨® dar marcha atr¨¢s y publicar la lista, quiz¨¢s cediendo a la presi¨®n pero m¨¢s probablemente cuando sus asesores se dieron cuenta de que en realidad han sido un pu?ado de millonarios cuya cercan¨ªa al partido y sus generosas donaciones son conocidas de sobra. Un arma de doble filo: es dif¨ªcil pensar que esa gente estuviera comprando el acceso al primer ministro, pero quedaba clara la cercan¨ªa del primer ministro y su Gobierno a la casta de privilegiados del pa¨ªs. Y eso, apenas unos d¨ªas despu¨¦s de ser acusados de proteger a los ricos a costa de los pensionistas, no hac¨ªa m¨¢s que reforzar el clich¨¦ de que, con todo su centrismo, este es un Gobierno al servicio de las ¨¦lites.
Muchos analistas critican el elitismo de un Gobierno ajeno a la realidad
Una pol¨¦mica paralela, de tono m¨¢s anecd¨®tico pero tanto o m¨¢s da?ina a nivel popular, vino a confirmar esa imagen. Osborne introdujo en los presupuestos una medida anodina que enseguida llam¨® la atenci¨®n de los tabloides: las populares empanadas, conocidas como pasties, tendr¨¢n que pagar el IVA cuando se sirvan calientes, aunque seguir¨¢n exentas de IVA cuando se vendan en fr¨ªo, como parte de la cesta de la compra. ¡°?Y qu¨¦ pasa si la empanada se enfr¨ªa antes de com¨¦rsela? ?Tengo derecho a que me devuelvan el IVA?¡±, se cachonde¨® un diputado en una comparecencia de Osborne en la comisi¨®n de Presupuestos.
El problema para Osborne es que en esa misma comparecencia no pudo decir cu¨¢ndo fue la ¨²ltima vez que entr¨® en un Greggs, que es a las empanadas lo que McDonald's a las hamburguesas. Cameron a¨²n lo hizo peor: presumi¨® de lo mucho que hab¨ªa disfrutado cuando en un viaje a la ciudad de Leeds se comi¨® en la estaci¨®n una empanada de una conocida marca. El problema es que esa cadena no tiene tienda en la estaci¨®n de Leeds desde 2007. ¡°Debi¨® ser otra marca o quiz¨¢s no fue en Leeds¡±, tuvo que matizar Downing Street.
Las cenas de donantes ¡®tories¡¯ en casa de Cameron le dan imagen elitista
El lunes 26 no solo fue el d¨ªa en que Cameron revel¨® qu¨¦ donantes hab¨ªan cenado en su apartamento en Downing Street. Ese d¨ªa, los conductores de camiones cisterna aprobaron en refer¨¦ndum otorgar a su sindicato, Unite, un mandato para que convoque una huelga cuando lo estime necesario. La posibilidad de quedarse sin gasolina se convirti¨® en tema de primera p¨¢gina. Y el Gobierno vio ah¨ª una oportunidad de enterrar la pol¨¦mica sobre las donaciones, los impuestos y las empanadas. Y Downing Street empez¨® a dirigir la atenci¨®n de los medios hacia el conflicto de la gasolina, que en 2000 hab¨ªa provocado un caos que estuvo a punto de llevarse por delante al mism¨ªsimo Tony Blair, entonces muy popular.
Hay quien cree que el Gobierno buscaba un segundo objetivo: centrar la atenci¨®n en el hecho de que el sindicato Unite es uno de los principales donantes del Partido Laborista. Downing Street intentaba as¨ª cobrarse dos p¨¢jaros de un tiro: enterrar las pol¨¦micas sobre el Gobierno y convertir la huelga de camiones cisterna en un problema de los laboristas. M¨¢s a¨²n: en un problema relacionado con la financiaci¨®n de los laboristas.
El Ejecutivo cre¨® el caos por una huelga de transportistas a¨²n no convocada
Pero a los conservadores les ha salido el tiro por la culata. El primer ministro aconsej¨® a los brit¨¢nicos que llenaran el dep¨®sito a la primera oportunidad. Y Francis Maude, responsable del Cabinet Office ¡ªuna especie de Ministerio de la Presidencia¡ª, no solo insisti¨® en esa idea sino que recomend¨® a los brit¨¢nicos que ¡°almacenen un poquito de gasolina en el garaje¡±.
M¨¢s all¨¢ de que pensar que todos los brit¨¢nicos viven en casitas con jard¨ªn y garaje confirma hasta qu¨¦ punto el Gobierno vive desconectado de la gente corriente, ese doble consejo ha puesto los pelos de punta a los bomberos ¡ªha habido ya un incidente, en el que una mujer ha sufrido quemaduras en el 40% del cuerpo al incendiarse la gasolina que manipulaba en la cocina¡ª y ha desatado una ola de p¨¢nico entre los conductores, que se han lanzado a la carrera a llenar el dep¨®sito. Resultado: colas kilom¨¦tricas y gasolineras sin existencias por una huelga que ni siquiera se sabe si llegar¨¢ a ser convocada. Es decir, un fant¨¢stico caos organizado por el propio Gobierno.
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