¡®Mea culpa¡¯ a los gitanos
Nicolas Sarkozy afirma que no volver¨ªa a relacionar a la comunidad roman¨ª con el crimen

Nicolas Sarkozy dijo hoy en una entrevista que no volver¨ªa a evocar al pueblo gitano si tuviera que pronunciar de nuevo el tristemente famoso discurso de Grenoble, donde el 30 de julio de 2010 lanz¨® una ofensiva contra la inmigraci¨®n en la que estigmatiz¨® a los roman¨ªes y desat¨® una ola de redadas y expulsiones ilegales en masa que costaron a Francia la posterior reprobaci¨®n de la Comisi¨®n Europea, la ONU e incluso del Vaticano.
Girando muy poco a poco hacia el centro una vez que las arengas populistas de primera hora parecen haberle garantizado la presencia en la segunda vuelta de las presidenciales, Sarkozy afirm¨® en el Dauphin¨¦ Lib¨¦r¨¦ que har¨ªa otra vez el mismo discurso ¡°pero sin citar a ninguna comunidad en particular¡±.
Aquel d¨ªa, el jefe del Estado declar¨® la guerra a ¡°los granujas¡± y pidi¨® el final de ¡°los asentamientos salvajes de los campamentos gitanos¡±, adem¨¢s de prometer que retirar¨ªa la nacionalidad francesa a los inmigrantes que atentaran contra la vida de un agente de la autoridad.
Se trata de la primera y t¨ªmida marcha atr¨¢s del presidente sobre aquella reacci¨®n en caliente ¡ªque sigui¨® a una serie de graves disturbios ocurridos en Grenoble¡ª. El discurso ha sido citado una y otra vez, y seg¨²n algunos analistas y opositores le sirvi¨® a Sarkozy para lanzar con casi dos a?os de adelanto la campa?a electoral actual, porque supuso asumir algunas posturas defendidas por la extrema derecha de Marine Le Pen.
Vista con distancia, la pol¨ªtica del chivo expiatorio emprendida por Sarkozy fue en cierto modo un tiro en el pie. La oposici¨®n le acus¨® de intentar desviar la atenci¨®n del esc¨¢ndalo Bettencourt, y varios moderados de la mayor¨ªa, como Herv¨¦ Morin, se alejaron de Sarkozy. Ahora, con las urnas cerca, el presidente reconoce su error, quiz¨¢ buscando el apoyo de los centristas y los cat¨®licos.
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