El asesinato a tiros de cinco personas desata la violencia ¨¦tnica en Macedonia
Cientos de j¨®venes macedonios se enfrentan en las calles de Skopje a la polic¨ªa Las acusaciones a la minor¨ªa albanesa engordan la brecha entre comunidades
El asesinato a tiros de cinco macedonios junto a un lago a las afueras de Skopje, capital de Macedonia, ha avivado la llama de la violencia inter¨¦tnica en la exrep¨²blica yugoslava. Polic¨ªas antidisturbios tuvieron que emplearse a fondo este lunes para frenar la embestida de cientos de j¨®venes radicales macedonios que trataban de cruzar el r¨ªo Vardar y alcanzar una zona de Skopje habitada por ciudadanos de etnia albanesa. A este minor¨ªa dedicaron los manifestantes, muchos uniformados con las camisas de sus equipos de f¨²tbol, sus c¨¢nticos de protesta, aderezados con proclamas nacionalistas. Las cargas policiales, carreras y lanzamiento de objetos (v¨ªdeo) se saldaron con la detenci¨®n de una decena de personas.
La falta de indicios que liguen las cinco muertes con la divisi¨®n ¨¦tnica de la rep¨²blica balc¨¢nica no ha evitado las suspicacias contra la minor¨ªa albanesa (25% de la poblaci¨®n). Los muertos, cuatro j¨®venes de entre 18 y 20 a?os, y un hombre de 45 a?os, eran de origen macedonio. Sus cad¨¢veres fueron hallados el pasado d¨ªa 13 junto al lago de Zelezarsko, una zona al norte de la capital frecuentada por pescadores. Se cree que los cuatro j¨®venes (Filip Slavkovski, Aleksandar Nakjevski, Cvetanco Acevski y Kire Trickovski) practicaban la pesca cuando fueron sorprendidos por varios pistoleros. El cuerpo del quinto muerto, Borce Stevkovski, fue encontrado a algo de distancia, por lo que podr¨ªa haber sido abatido como testigo casual.
El ministro del Interior macedonio, Gordana Jankulovska, ha informado de que por el momento ni conoce las identidades de los autores de los disparos ni su etnia, por lo que ha pedido prudencia ante las especulaciones sobre el origen de la matanza. Lo que s¨ª se da por sentado es que los pistoleros usaron tres armas diferentes, que dispararon a bocajarro y que, seg¨²n recoge la agencia de informaci¨®n macedonia MIA, utilizaron un Opel Omega rojo, abandonado en la localidad de Smiljkovci, a 10 kil¨®metros del lugar de los hechos. El coche fue comprado fuera del pa¨ªs y portaba la matr¨ªcula de otro veh¨ªculo registrado en Skopje.
Las llamadas a la calma, sin embargo, no han servido para aplacar a los ciudadanos de origen macedonio (64% de la poblaci¨®n), que precisamente este fin de semana celebraban la pascua ortodoxa (los albaneses profesan en su mayor¨ªa el islam). Tras difundirse la noticia de las cinco muertes, decenas de macedonios se agolparon en Zelezarsko, bloquearon la v¨ªa para pedir que los culpables fueran ajusticiados e incluso atacaron a los periodistas desplazados a la zona.
Era la gota que colmaba un vaso bien lleno desde que un polic¨ªa macedonio fuera de servicio matase a dos albaneses el pasado mes de febrero en Gostivar (oeste del pa¨ªs) durante una discusi¨®n. Al suceso le siguieron varios d¨ªas de batalla campal en las calles entre j¨®venes armados con barras y cuchillos. La justicia tampoco ha dictaminado en esta ocasi¨®n que las muertes tuvieron una motivaci¨®n ¨¦tnica. Pero la raz¨®n no refuerza la d¨¦bil convivencia entre las dos comunidades.
La actual crisis es la m¨¢s grave registrada desde el pulso militar mantenido en 2001 por los rebeldes albaneses. El enfrentamiento con Skopje se sald¨® con la muerte de 80 personas y un acuerdo de integraci¨®n (lengua, autonom¨ªa) que no ha contentado a los albaneses, presentes no obstante en el actual Ejecutivo. Ni estos, llegados muchos como refugiados de la guerra en el vecino Kosovo (de mayor¨ªa albanesa) se sienten en casa, ni los macedonios, enfrascados en un largo contencioso con Grecia por el nombre del pa¨ªs, ven su soberan¨ªa asentada 20 a?os despu¨¦s de su independencia de la antigua Yugoslavia.
Precisamente el veto de Atenas a las aspiraciones de Macedonia para entrar en la UE y la OTAN ha llenado al Gobierno del conservador Nikola Gruevski de una ret¨®rica nacionalista que poco ha ayudado a salvar la divisi¨®n ¨¦tnica del pa¨ªs.
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