Arranca la F¨®rmula 1 en Bahr¨¦in entre llamadas al 'd¨ªa de la ira' de la oposici¨®n
Grupos de activistas convocan el viernes de la ira para protestar contra la monarqu¨ªa en el poder El equipo Force India, envuelto en un incidente, limitar¨¢ su participaci¨®n en los entrenamientos
Los monoplazas de la F¨®rmula 1 han echado a andar en el circuito de Bahr¨¦in pese a la inestabilidad que reina en el peque?o pa¨ªs ¨¢rabe, las manifestaciones de la oposici¨®n a la monarqu¨ªa celebradas esta semana y los llamamientos de los activistas a celebrar el d¨ªa de la ira durante este viernes de la oraci¨®n. Un a?o despu¨¦s de que el Gran Premio fuera cancelado por el levantamiento prodemocr¨¢tico, la F¨®rmula 1 ha hecho o¨ªdos sordos a los grupos opositores que denuncian el intento del r¨¦gimen de usar la competici¨®n para lavar su imagen, manchada por los informes de varias ONG sobre la represi¨®n contra la poblaci¨®n civil.
Varios miles de bahrein¨ªes se han enfrentado esta noche a la polic¨ªa en Manama, la capital, cuando intentaban llegar a la antigua plaza de la Perla, demolida por las autoridades tras las protestas del a?o pasado. Testigos citados por las agencias de noticias aseguran que los antidisturbios han usado gases lacrim¨®genos y bombas de sonido para impedir que se desviaran de la ruta autorizada para la manifestaci¨®n. Esta ma?ana y lejos del asfalto de la F¨®rmula 1, polic¨ªa y poblaci¨®n han chocado en varias poblaciones chi¨ªes, seg¨²n Al Yazira. El acceso a los periodistas que no forman la caravana de la F¨®rmula ha sufrido las restricciones de las autoridades de Bahr¨¦in. Reporteros de AFP, AP, Financial Times y el canal Sky News, entre otros, han denunciado el veto a su entrada en el pa¨ªs ¨¢rabe.
La celebraci¨®n el pr¨®ximo domingo del Gran Premio ha intensificado las protestas en Bahr¨¦in. Mientras las autoridades intentaban utilizar la cita para proyectar estabilidad y tratar de recuperar su imagen internacional tras un a?o largo de disturbios, los opositores m¨¢s radicales han encontrado una oportunidad para difundir sus reivindicaciones. La preocupaci¨®n por la seguridad aument¨® ayer cuando miembros del equipo Force India se vieron atrapados en medio de un incidente en el que los manifestantes lanzaron un c¨®ctel Molotov y la polic¨ªa dispar¨® gases lacrim¨®genos y perdigones para dispersarles.
El equipo Force India, envuelto ayer en un incidente, limitar¨¢ los entrenamientos por razones de seguridad
Nadie result¨® herido y un comunicado del equipo reconoci¨® que ellos no eran el objetivo de la protesta. A¨²n as¨ª, sus responsables autorizaron el regreso a Londres de dos de los integrantes del grupo que, significativamente, no estaban entre los que vivieron el incidente. El temor del Gobierno de Manama es que un altercado similar se le vaya de las manos, o que las protestas lleguen al circuito de Sakhir y arruinen la carrera. Ante este riesgo, el segundo al mando de Force India,?Bob Fernley, ha se?alado que limitar¨¢n su participaci¨®n en los segundos entrenamientos libres.
El objetivo de la oposici¨®n est¨¢ resumido en las pancartas que dan la bienvenida a los equipos de F1: ¡°UniF1ed, one nation in celebration¡± (Unidos, un pa¨ªs en fiesta). Como medida preventiva, la polic¨ªa ha detenido en la ¨²ltima semana a ¡°unas 80 personas en varias poblaciones cercanas a Manama¡±, seg¨²n denunci¨® el mi¨¦rcoles la Asociaci¨®n Juvenil de Derechos Humanos de Bahr¨¦in. Un comunicado oficial les acusaba ayer de participar en ¡°manifestaciones ilegales y actos de vandalismo¡±. Pero de acuerdo con esa organizaci¨®n, la mayor¨ªa son l¨ªderes que han estado organizando las protestas casi diarias contra el Gobierno en las localidades chi¨ªes.
Los chi¨ªes, que suman dos tercios de la poblaci¨®n del pa¨ªs, constituyen el grueso de los manifestantes que desde febrero de 2011 intentan acabar con el cuasi monopolio del poder de la familia real (sun¨ª) en esa isla Estado. Desde hace dos d¨¦cadas, esa comunidad se queja de falta de acceso a los puestos pol¨ªticos y militares clave. La monarqu¨ªa reprimi¨® sin contemplaciones el movimiento de protesta pac¨ªfica.
Pero a diferencia de otros pa¨ªses ¨¢rabes, el elemento sectario ha convertido la crisis de Bahr¨¦in en un pulso entre las dos potencias regionales, Ir¨¢n y Arabia Saud¨ª. El resto de las monarqu¨ªas del golfo P¨¦rsico, y muy en particular la saud¨ª, temen que una eventual revoluci¨®n chi¨ª en la isla permita a Ir¨¢n poner una pica en la pen¨ªnsula Ar¨¢biga. Arabia Saud¨ª, que ha suprimido las manifestaciones de su propia minor¨ªa chi¨ª en la Provincia Oriental, se apresur¨® a enviar tropas a Manama para vigilar los centros neur¨¢lgicos y que las fuerzas bahrein¨ªes pudieran aplastar la revuelta.
Los 35 muertos iniciales fueron un golpe tremendo para un pa¨ªs con apenas medio mill¨®n de nacionales. La presi¨®n exterior tambi¨¦n contribuy¨® a que el rey Hamad nombrara una comisi¨®n de investigaci¨®n, presidida por un relevante jurista egipcio, y aceptara nominalmente sus recomendaciones. Sin embargo, una serie de informes difundidos en los ¨²ltimos d¨ªas por varias organizaciones internacionales concluyen que ¡°las autoridades no han puesto en pr¨¢ctica los puntos clave de la comisi¨®n investigadora¡± (Human Rights Watch) y ¡°contin¨²a la represi¨®n contra quienes se oponen a la familia real¡± (Amnist¨ªa Internacional). En cualquier caso, las reformas se han quedado cortas para las expectativas de los opositores y las protestas callejeras se han vuelto cada vez m¨¢s violentas. Seg¨²n Amnist¨ªa Internacional, el n¨²mero de muertos se eleva ya a 60. Lo que es a¨²n m¨¢s grave, el estancamiento est¨¢ radicalizando a los j¨®venes tanto chi¨ªes como sun¨ªes. Si los primeros se muestran inflexibles ante los t¨ªmidos gestos de la familia real, los segundos reclaman de ¨¦sta una respuesta m¨¢s contundente contra quienes responsabilizan de haber arruinado el pa¨ªs, hasta el a?o pasado un importante centro de negocios que atra¨ªa a numerosos turistas de la regi¨®n.
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