El presidente y el vicepresidente de Panam¨¢ se acusan de corrupci¨®n

La guerra de las cu?as estall¨® en los m¨¢s altos estratos del poder pol¨ªtico en Panam¨¢, con un intercambio de acusaciones en las redes sociales y la televisi¨®n paname?a. El primer ataque lo lanz¨® el presidente Ricardo Martinelli contra su vicepresidente, Juan Varela, al acusarle de presuntos v¨ªnculos con una red italiana de corrupci¨®n pol¨ªtica y sugerirle que ¡°sea hombrecito¡± y renuncie.

?Varela respondi¨® que Martinelli es quien debe dimitir por su nexo con el esc¨¢ndalo, que el mes pasado cop¨® titulares de prensa en Italia al destaparse una trama de sobornos y prostituci¨®n de pol¨ªticos y empresarios italianos ¡ªcomo el exprimer ministro Silvio Berlusconi¡ª por la presunta compra de favores en Panam¨¢ para lograr contratos financiados con recursos p¨²blicos paname?os.

En la batalla medi¨¢tica de las ¨²ltimas 48 horas, Martinelli y Varela se esmeraron en sacarse mutuamente los supuestos trapos sucios de sus respectivas labores en el Poder Ejecutivo.

Tras ser electos como presidente y vicepresidente en los comicios de 2009 como compa?eros de f¨®rmula de una alianza partidista opositora, Martinelli y Varela asumieron sus cargos en julio de ese a?o para una gesti¨®n de 60 meses. Varela fue nombrado tambi¨¦n ministro de Relaciones Exteriores. Pero el matrimonio pol¨ªtico se rompi¨® en agosto de 2011 por disputas entre los partidos oficialistas, y Martinelli destituy¨® Varela del cargo de canciller. No pudo hacerlo del de vicepresidente, porque ese cargo lo otorga el mandato popular y legalmente el periodo para el que ambos fueron electos vencer¨¢ en julio de 2014.

El arzobispo Jos¨¦ Ulloa alerta a los medios sobre el descr¨¦dito pol¨ªtico

¡°Es una verg¨¹enza para la imagen interna e internacional de Panam¨¢ que quienes formaron una alianza y ganaron una elecci¨®n, est¨¦n endilg¨¢ndose toda clase de acusaciones escandalosas¡±, dijo Samuel Lewis, precandidato presidencial del Partido Revolucionario Democr¨¢tico, el principal de la oposici¨®n, y exvicepresidente y excanciller paname?o, en declaraciones a EL PA?S.

¡°El Gobierno demuestra que la institucionalidad democr¨¢tica de Panam¨¢ est¨¢ tremendamente debilitada. No hay separaci¨®n de poderes, para que las serias acusaciones entre el presidente y el vicepresidente sean investigadas a fondo por los poderes Judicial y Legislativo. Ninguno de esos ¨®rganos tiene independencia ni capacidad para cumplir con su responsabilidad, porque est¨¢n bajo dominio absoluto de Martinelli¡±, asegur¨®.

Ambos acudieron a los comicios de 2009 como compa?eros de coalici¨®n

En un v¨ªdeo divulgado la noche del martes pasado en la televisi¨®n paname?a por el grupo Independientes por el Cambio, vinculado a Martinelli, y reproducido en las redes sociales, Varela aparece como canciller saludando a Berlusconi y al empresario italiano Valter Lavitola, figura clave en el supuesto negocio il¨ªcito y, actualmente, preso en Italia. Con el v¨ªdeo, la organizaci¨®n trat¨® de demostrar que Varela no puede negar sus lazos con Berlusconi y Lavitola. ¡°Juan Carlos Varela no es de confiar¡±, se afirma en el mensaje final de la cu?a.

En la ma?ana del mi¨¦rcoles, Martinelli pidi¨® la dimisi¨®n a Varela, quien ese mismo d¨ªa lanz¨® el contraataque por televisi¨®n y redes sociales bajo una campa?a denominada La Verdad prevalecer¨¢. El vicepresidente atribuy¨® el ataque a un intento del jefe de Estado de lanzar una ¡°cortina de humo¡± ante la corrupci¨®n. ¡°Sirvo al pueblo que me eligi¨®, no sirvo al presidente Martinelli ni a su Gobierno corrupto¡±, recalc¨®.

El encuentro con Berlusconi y Vitola fue protocolario, aleg¨®, al replicar que el presidente le cobra que hubiera bloqueado el nombramiento del empresario italiano como c¨®nsul de Panam¨¢ en Roma. Martinelli debe ¡°actuar como hombrecito¡± y enfrentar las acusaciones, puntualiz¨®.

El tupido bombardeo de acusaciones llev¨® al arzobispo de Panam¨¢, monse?or Jos¨¦ Ulloa, a advertir este mi¨¦rcoles a los medios de prensa de Panam¨¢ sobre el riesgo de que llegue el momento en que los paname?os ¡°no crean en nada ni en nadie¡±.