Los esc¨¢ndalos inquietan al r¨¦gimen en Pek¨ªn
El Partido Comunista estudia retrasar su congreso por la inestabilidad pol¨ªtica
La celebraci¨®n de los congresos del Partido Comunista Chino (PCCh) son siempre periodos sensibles en China, y el de este a?o se presenta como uno de los m¨¢s importantes en las ¨²ltimas d¨¦cadas. El c¨®nclave quinquenal dar¨¢ entrada a una nueva generaci¨®n de l¨ªderes, encabezada por el actual vicepresidente, Xi Jinping, y el viceprimer ministro Li Keqiang, que tendr¨¢n que dirigir un Gobierno que deber¨¢ abordar, seg¨²n los expertos, importantes reformas: desde cuestionar su papel en las empresas estatales a la liberalizaci¨®n de la propiedad del suelo y la respuesta a la creciente demanda de libertades pol¨ªticas, en un pa¨ªs cuya sociedad est¨¢ cada vez m¨¢s informada y reclama un papel m¨¢s activo en las decisiones gubernamentales. El cambio se produce cuando China es ya la segunda potencia econ¨®mica de mundo y su peso pol¨ªtico la ha convertido en actor imprescindible a la hora de afrontar cualquiera de las grandes cuestiones internacionales, ya sea la crisis nuclear norcoreana o la de Ir¨¢n.
Los l¨ªderes chinos quer¨ªan que 2012 fuera un a?o tranquilo para poder alcanzar en la discreci¨®n, el silencio y el secretismo habituales el equilibrio entre las distintas facciones de poder dentro del partido y llegar al c¨®nclave, a finales de a?o, con las cartas bien repartidas. Pero en marzo estall¨® el mayor esc¨¢ndalo que ha vivido el pa¨ªs desde las luchas intestinas en el PCCh durante las manifestaciones de Tiananmen en 1989, que ha desembocado en la expulsi¨®n del Politbur¨® (organismo integrado por 25 miembros) de Bo Xilai, exsecretario del partido en la municipalidad de Chongqing y l¨ªder del ala m¨¢s izquierdista y conservadora.
La destituci¨®n de Bo, que aspiraba a entrar en la c¨²pula dirigente en el congreso, se produjo en medio de las sospechas de corrupci¨®n, de que espi¨® al presidente chino, Hu Jintao, y al mismo tiempo que su esposa, Gu Kailai, era acusada del homicidio de un ciudadano brit¨¢nico con el que, seg¨²n diversas informaciones, se hab¨ªa enfrentado despu¨¦s de que este pidiera un porcentaje mayor por ayudarle a evadir una gran suma de dinero de China.
En pleno esc¨¢ndalo pol¨ªtico, Pek¨ªn ha tenido que afrontar una crisis diplom¨¢tica con Estados Unidos, debido a la huida del activista ciego Chen Guangcheng de su arresto domiciliario, que ha vuelto a poner de manifiesto las tensiones que marcan las relaciones entre los dos pa¨ªses.
"El tema del [dirigente purgado] Bo Xilai es claramente la peor divisi¨®n p¨²blica en la direcci¨®n del PCCh desde 1989", afirma un analista
¡°La situaci¨®n pol¨ªtica en China ahora es febril debido a los problemas planteados por los casos Bo y Chen y la necesidad del partido de mostrar unidad ante el congreso. El tema de Bo es claramente la peor divisi¨®n p¨²blica en la direcci¨®n del PCCh desde 1989. Los l¨ªderes deben estar a¨²n reflexionando c¨®mo gestionar la situaci¨®n, teniendo en cuenta que Bo parece haber sido popular incluso lejos de Chongqing¡±, asegura Roderick MacFarquhar, profesor en la Universidad de Harvard especialista en China.
Para Pek¨ªn, la prioridad es calmar las aguas cuanto antes y seguir negociando con las diferentes alas del partido con vistas al congreso. Seg¨²n algunas informaciones, est¨¢ considerando retrasar la celebraci¨®n del c¨®nclave, previsto en septiembre u octubre, a alguna fecha entre noviembre y enero del a?o que viene. Esto dar¨ªa m¨¢s tiempo para fijar el tama?o del Comit¨¦ Permanente del Politbur¨® ¡ªactualmente de nueve miembros¡ª, asignar sus asientos y, sobre todo, reducir¨ªa el plazo entre la designaci¨®n de los l¨ªderes y la asunci¨®n de sus cargos en el Gobierno, en marzo de 2013, durante la sesi¨®n anual de la Asamblea Popular Nacional.
El primer ministro Wen Jiabao ha insistido desde 2011 en que China tiene que acometer reformas pol¨ªticas de forma ¡°urgente¡± si quiere profundizar los logros obtenidos en las tres ¨²ltimas d¨¦cadas y evitar el caos. ¡°La reforma ha alcanzado una fase cr¨ªtica. Sin el ¨¦xito de la reforma pol¨ªtica no es posible llevar a cabo reformas econ¨®micas. Los logros que hemos alcanzado podr¨ªan perderse¡±, dijo en marzo pasado.
MacFarquhar defiende la necesidad de transformaci¨®n. Pero, ?dar¨¢ Pek¨ªn el paso? ¡°China necesita desarrollarse pol¨ªticamente, pero si este es un momento clave [de cambio] o no es algo que solo puede ser decidido por sus l¨ªderes¡±, afirma.
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