Nueva realidad en Europa
Una austeridad rechazada por el pueblo puede conducir a las peores pesadillas
Pues, desde el 6 de mayo, d¨ªa de la elecci¨®n de Hollande, la gran cuesti¨®n es saber si las tornas pueden y deben cambiar en Europa. En su primera entrevista sobre pol¨ªtica internacional, concedida al sitio www.slate.fr, Hollande manifest¨® una doble preocupaci¨®n: el reequilibrio de la relaci¨®n franco-alemana, a sus ojos demasiado favorable a la canciller, y el reequilibrio entre el d¨²o franco-alem¨¢n y el resto de los europeos, pues considera que Par¨ªs y Berl¨ªn se han conducido a menudo como un directorio y no han buscado las v¨ªas para un consenso susceptible de ser asumido plenamente. Durante su campa?a, el entonces candidato socialista desarroll¨® un tema simple: la disciplina presupuestaria es necesaria y debe ser respetada. Pero limitar el enfoque europeo de la crisis a la austeridad es ir de cabeza hacia el drama y el fracaso. En esa misma entrevista, Hollande explicaba que la tarea de nuestros Gobiernos ser¨¢ devolver la confianza en Europa. A los europeos, por supuesto, pero tambi¨¦n al resto del mundo. De ah¨ª su propuesta de ¡°renegociar¡± el pacto presupuestario o, mejor dicho, de ¡°completarlo¡± mediante un pacto que vuelva a poner el crecimiento en el centro del dispositivo anticrisis.
Mientras tanto, se ha producido el nuevo episodio del drama griego: ahora el peligro es palpable; especialmente, tras la llegada al Parlamento griego de un grupo neonazi. Una austeridad rechazada por el pueblo puede conducir a las peores pesadillas. La demanda de una reorientaci¨®n de la UE hacia el crecimiento, sin abandonar el combate que cada uno debe librar en su pa¨ªs contra el d¨¦ficit p¨²blico, parece hoy de sentido com¨²n.
Por parte alemana, Merkel primero respondi¨® con educaci¨®n, a?adiendo una concesi¨®n verbal sobre el crecimiento a su negativa a poner en tela de juicio el pacto presupuestario. Despu¨¦s, ha endurecido el tono y ha proclamado ante los diputados alemanes que ser¨ªa un error intentar reactivar el crecimiento en Europa a trav¨¦s del endeudamiento. Sin embargo, en el dispositivo propuesto por Hollande no solo se trata de recurrir al Banco Europeo de Inversiones, sino de emitir project bonds destinados a financiar las inversiones europeas en infraestructuras e investigaci¨®n, y no eurobonos para financiar la deuda. Soluci¨®n que, por otra parte, la misma Comisi¨®n hab¨ªa empezado a defender. Las declaraciones de la canciller, esta vez bastante ¨¢speras, revisten dos aspectos. Evidentemente, el primero ata?e a la pol¨ªtica interna. Merkel intenta contener y doblegar al SPD, a cuyo l¨ªder, Sigmar Gabriel, cercano a las posiciones de Hollande, necesitar¨¢ para ratificar el pacto de estabilidad presupuestaria. La canciller apela a su opini¨®n p¨²blica Y este es el segundo aspecto de su intervenci¨®n: en lo m¨¢s profundo de la conciencia de los alemanes, est¨¢ la idea de que la crisis es resultado del laxismo, la impericia y los errores de los pa¨ªses del sur, que, en consecuencia, deben someterse o ¡°marcharse¡±.
Pero Merkel y su Gobierno siguen equivoc¨¢ndose en un punto esencial: para los pueblos, Europa no puede ser exclusivamente sin¨®nimo de ¡°austeridad¡±. Hay que hacer todo lo necesario para demostrar que las instituciones europeas y los medios de Europa tambi¨¦n se encaminan hacia el crecimiento. Por otra parte, la UE no es un territorio homog¨¦neo y las pol¨ªticas de saneamiento de las cuentas deben tener presentes las limitaciones propias de cada uno. Es aqu¨ª donde el factor tiempo es esencial. Algunos pa¨ªses, como Francia, pueden prometer restablecer el equilibrio en cinco a?os. Otros necesitar¨¢n diez. Se hace necesario escalonar los esfuerzos en el tiempo.
Desde el comienzo de la crisis, la canciller, que avanza a paso de tortuga, ha reaccionado con un tiempo de retraso con respeto a lo que hubiera sido deseable. Ahora, lo deseable ser¨ªa que no retrasase a todo el mundo. Aunque tambi¨¦n es cierto que si la iniciativa de Hollande tuviera ¨¦xito, el liderazgo que Merkel conquist¨® a expensas de Nicolas Sarkozy se ver¨ªa amenazado.
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