Esperando a los rojiverdes
La izquierda europea sabe que mientras Merkel siga en Berl¨ªn, las aspiraciones de Hollande y compa?¨ªa pueden estrellarse contra un muro
Como en la famosa pieza teatral de Samuel Beckett todo el mundo est¨¢ esperando a Godot, es decir, a los rojiverdes, a la coalici¨®n triunfante en Renania del Norte-Westfalia que amenaza la hegemon¨ªa de Angela Merkel en la canciller¨ªa de Berl¨ªn en las elecciones federales del a?o pr¨®ximo. Los primeros que se aguardan a s¨ª mismos son los socialdem¨®cratas del SPD y los ecologistas de Los Verdes, sorprendidos ellos mismos por una rotunda victoria en el land m¨¢s poblado e industrial de Alemania. Algunos dirigentes de ambos partidos ya han lanzado las campanas al vuelo y se jalean unos a otros hasta el punto de que el portavoz de Los Verdes en el Parlamento federal (Bundestag), J¨¹rgen Trittin, ha llegado a afirmar que ¡°el margen ser¨¢ estrecho, pero un Gobierno federal de coalici¨®n es posible¡±. Con una mezcla de autosugesti¨®n y de triunfalismo los rojiverdes, que ya gobernaron Alemania entre 1998 y 2005 con la pareja Schr?der-Fischer, quiz¨¢ confundan los deseos con la realidad. Si en pol¨ªtica un a?o es una eternidad ¨Cy m¨¢s en tiempos de crisis- queda mucho camino hasta las elecciones de septiembre de 2013.
Tambi¨¦n la derecha democristiana y liberal, aquella que predica la austeridad a cualquier precio y el caiga quien caiga, espera con temor a los rojiverdes que se han convertido en una alternativa de gobierno y cuyos votos resultan imprescindibles para que Merkel pueda aprobar el pacto fiscal europeo en el Bundestag. Baste decir que el candidato de la CDU derrotado en Renania del Norte-Westfalia, Norbert R?ttgen, es ministro de Medio Ambiente y ha esgrimido la pol¨ªtica de ajuste duro de su jefa como bander¨ªn de la campa?a. As¨ª le ha ido a R?ttgen y a la CDU que han perdido un 9% de votos. A pesar de que la canciller ha anunciado que este varapalo electoral no la obligar¨¢ a cambiar de pol¨ªtica, las sucesivas derrotas que ha sufrido en elecciones regionales en Alemania le pasar¨¢n factura de un modo u otro. Merkel ya percibe, como pol¨ªtica avispada y tacticista, que el ciclo pol¨ªtico puede haber empezado a cambiar en Europa y que la crisis comienza a derribar gobiernos conservadores tras unos a?os de desastres socialistas.
El candidato derrotado en Renania del Norte-Westfalia ha esgrimido la pol¨ªtica de ajuste como bandera
Ahora bien, las elecciones renanas se han interpretado asimismo en clave continental porque toda la izquierda europea sabe que mientras Merkel siga mandando en Berl¨ªn las aspiraciones de los Hollande y compa?¨ªa pueden estrellarse contra un muro de recortes, ajustes y reducci¨®n de d¨¦ficits. Sin restar importancia al relevo de inquilino en El El¨ªseo, lo bien cierto es que si la izquierda no gobierna en Alemania resultar¨¢ muy dif¨ªcil imponer pol¨ªticas de crecimiento, equidad fiscal o defensa de los servicios p¨²blicos en el conjunto de la Uni¨®n Europea. La izquierda, tanto la moderada como la radical, se ha movido siempre a golpe de impulsos que llegaban de las orillas del Rin, desde Marx y Engels hasta el movimiento de Los Verdes pasando por Willy Brandt o Helmut Schmidt. O sea, que sus colegas de otros pa¨ªses tambi¨¦n esperan a los rojiverdes. Est¨¢ claro que el ascenso del SPD y Los Verdes a la canciller¨ªa alemana significar¨ªa un punto de inflexi¨®n en Europa. Sin embargo, los progresistas europeos har¨ªan bien en no confiar todas sus cartas en que el Godot rojiverde llegue al final. Beckett nos ense?¨® en su magistral obra que no hay que esperar a que las soluciones vengan desde fuera. De lo contrario, las esperanzas se convierten en quimeras.
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