Obama presionar¨¢ en el G-8 a favor de estimular el crecimiento en Europa
El presidente de EE UU se reunir¨¢ con Hollande, posible aliado de su pol¨ªtica
Con la ayuda ahora del nuevo presidente de Francia, Fran?ois Hollande, el presidente de EE UU, Barack Obama, aprovechar¨¢ este fin de semana la cumbre del G-8 para presionar, especialmente a Alemania, sobre la necesidad de un impulso al crecimiento econ¨®mico en Europa. La otra cara nueva que se esperaba en la reuni¨®n, la del presidente Vlad¨ªmir Putin, ha decidido ausentarse para dejar claro desde un principio que se avecinan tiempos dif¨ªciles en las relaciones con Rusia.
La cumbre del G-8, convocada en la apartada residencia presidencial de Camp David (Maryland) para huir de las protestas, tendr¨¢ una extensi¨®n el mismo fin de semana en Chicago, a donde se trasladar¨¢n los jefes de Estado y de Gobierno para participar en la conferencia anual de la OTAN. Este intenso programa ser¨¢ tambi¨¦n el debut internacional del presidente del Gobierno espa?ol, Mariano Rajoy.
La Administraci¨®n norteamericana va a recurrir a una diplomacia discreta para defender su punto de vista respecto a la crisis europea. El crecimiento de la econom¨ªa estadounidense, demasiado lento para las necesidades pol¨ªticas de Obama a menos de seis meses de las elecciones, est¨¢ condicionado por la situaci¨®n econ¨®mica en el Viejo Continente. ¡°Europa es todav¨ªa d¨¦bil y eso est¨¢ creando incertidumbre en nuestra industria¡±, dijo esta semana el presidente en una cadena de televisi¨®n.
Vlad¨ªmir Putin aduce razones internas para no asistir a la cumbre
Obama, que ha implantado pol¨ªticas de est¨ªmulo econ¨®mico en casa, intenta tambi¨¦n potenciarlas afuera. Pero ha de hacerlo de forma cuidadosa, sin dejar la impresi¨®n de entrometerse donde no le corresponde y sin provocar la irritaci¨®n de un aliado fundamental, la canciller alemana, Angela Merkel.
¡°Con respecto a la situaci¨®n econ¨®mica en Europa¡±, ha declarado hoy la secretaria de Estado, Hillary Clinton, ¡°el presidente Obama y nuestro equipo econ¨®mico llevan tiempo diciendo que existe un espacio para la austeridad y para cambiar el estilo de gastar demasiado durante un periodo de tiempo demasiado largo, pero tambi¨¦n tiene que haber un esfuerzo bien pensado de estimular el crecimiento, de crear puestos de trabajo, especialmente para los j¨®venes¡±.
Clinton ha afirmado que su Gobierno ¡°apoyar¨¢ lo que Europa decida hacer¡±, pero ha recordado que tambi¨¦n hay que considerar ¡°las razones pol¨ªticas¡± que recomiendan ¡°hacer algunos ajustes a la austeridad como ¨²nico instrumento¡±. ¡°Hay que conseguir que la gente respalde las medidas, hay que conseguir que la gente est¨¦ convencida de que el camino que se sigue es el correcto¡±, ha declarado.
La Administraci¨®n norteamericana no quiere inmiscuirse en un duelo potencial entre Hollande y Merkel sobre el modelo econ¨®mico europeo. Pero tampoco se le oculta a nadie que las ideas ofrecidas hasta ahora por el nuevo presidente franc¨¦s est¨¢n m¨¢s cerca de lo hecho por Obama que por Merkel. Obama y Hollande tendr¨¢n la oportunidad de abordar este asunto en una reuni¨®n privada hoy en la Casa Blanca, antes de salir hacia Camp David.
Uno de los inconvenientes de esa probable alianza entre Washington y Par¨ªs, adem¨¢s de las propias objeciones de la canciller alemana, es el hecho de que la pol¨ªtica de Obama est¨¢ seriamente cuestionada por sus opositores dentro de EE UU, y no es seguro en estos momentos que vaya a ser refrendada por los electores el pr¨®ximo mes de noviembre.
La colaboraci¨®n Obama-Hollande ser¨¢ puesta a prueba una segunda vez este fin de semana. El presidente franc¨¦s, que ha prometido la retirada de sus tropas de Afganist¨¢n a finales de este a?o, puede estar en la orilla contraria al norteamericano cuando ¨¦ste solicite el respaldo de la OTAN a su estrategia para el final de la guerra.
Esa estrategia incluye el mantenimiento de una considerable presencia militar en Afganist¨¢n a lo largo del pr¨®ximo a?o, cuando la misi¨®n dejar¨¢ de ser de combate y se convertir¨¢ en apoyo al Ej¨¦rcito afgano. Al mismo tiempo, tal como consta en el plan que el presidente norteamericano firm¨® hace pocos d¨ªas con el de Afganist¨¢n, Hamid Karzai, las potencias occidentales se comprometen a mantener su ayuda econ¨®mica a ese pa¨ªs durante al menos una d¨¦cada m¨¢s tras la retirada definitiva de las tropas en 2014.
No va a ser f¨¢cil para el presidente norteamericano convencer a sus colegas, enfrentados a grandes emergencias dom¨¦sticas, de que reserven dinero para que el Gobierno que se ha sostenido dif¨ªcilmente en Kabul no caiga en manos de los talibanes en cuanto la OTAN se vaya. En buena parte, la credibilidad de la OTAN est¨¢ en juego en este episodio.
La cumbre ser¨¢ una oportunidad de demostrar la vitalidad y vigencia de esta organizaci¨®n ante la mirada de un mundo en cambio. Y el hecho de que se celebre en territorio norteamericano es, adem¨¢s, una ocasi¨®n para recordar el liderazgo de EE UU. Desde la filosof¨ªa norteamericana, la OTAN es una organizaci¨®n en constante expansi¨®n que no debe de excluir a nadie que pretenda estar bajo su paraguas. Esta cumbre est¨¢ presentada como la m¨¢s amplia de la historia: 60 pa¨ªses est¨¢n invitados, desde sus 28 miembros hasta Australia. Ser¨¢ una oportunidad de celebraci¨®n del predominio occidental.
Probablemente, Putin no quer¨ªa estar tan cerca de un acontecimiento de esa naturaleza cuando adujo sus ocupaciones en la formaci¨®n de Gobierno para ausentarse de la reuni¨®n del G-8. Prefiere regresar al primer plano mundial en un ambiente algo m¨¢s favorable, la cumbre del G-20, cuya celebraci¨®n est¨¢ prevista el mes pr¨®ximo, en M¨¦xico.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.