El nuevo presidente egipcio tendr¨¢ que lidiar con un Ej¨¦rcito poderoso
El mandatario que resulte electo en los comicios del mi¨¦rcoles y jueves tendr¨¢ que v¨¦rselas con la enorme influencia econ¨®mica y pol¨ªtica de los militares
Al mariscal Mohamed Tantawi, jefe de la Junta militar que dirige Egipto le gusta venir con su mujer a Al Masah, un hotel de cinco estrellas de las afueras de El Cairo de inspiraci¨®n versallesca. Grifos dorados firmados por un conocido dise?ador franc¨¦s, techos decorados con frescos y l¨¢mparas de ara?a desmedidas decoran el interior del hotel. Fuera, un ej¨¦rcito de trabajadores recorta los setos de los vastos espacios ajardinados. A los miembros del Ej¨¦rcito se les hace un descuento sustancial en Al Masah. Si pertenecen a la autoridad financiera de las fuerzas armadas, el descuento es a¨²n mayor, seg¨²n detalla el ma?tre del restaurante de marisco, que corona uno de los jardines.
Al Masah es solo una de la legi¨®n de propiedades del Ej¨¦rcito egipcio que se reparten por todo el pa¨ªs. Los expertos en cuestiones militares calculan que entre el 10% y el 30% de la econom¨ªa egipcia est¨¢ en manos del Ej¨¦rcito y por lo tanto sujeta a la opacidad propia de los temas relacionados con la seguridad nacional. Con la constituci¨®n egipcia a¨²n sin redactar, el presidente que salga elegido de las urnas heredar¨¢ un pa¨ªs en el que el papel del Ej¨¦rcito est¨¢ a¨²n por definir.
El presidente que salga elegido en las elecciones que se celebran el mi¨¦rcoles y el jueves en primera ronda deber¨¢ lidiar con esta y con muchas otras prerrogativas de un Ej¨¦rcito que dice estar dispuesto a ceder el poder. Lo que no est¨¢ tan claro es cu¨¢ndo y hasta d¨®nde se va a producir esa cesi¨®n, parte de una transici¨®n que comenz¨® hace 15 meses con la ca¨ªda de Hosni Mubarak y que esta semana entra en una etapa decisiva con las primeras elecciones presidenciales libres de la historia del pa¨ªs.
¡°Las relaciones entre la autoridad civil y la militar es la cuesti¨®n central de la transici¨®n egipcia. El Ej¨¦rcito va a retener parte de su poder, eso est¨¢ claro. La cuesti¨®n es c¨®mo lo va hacer¡±, sostiene Robert Springborg, profesor de la escuela naval del Departamento de Estado estadounidense y experto en el Ej¨¦rcito egipcio. ¡°Sea cual sea la nueva constituci¨®n, el poder del Ej¨¦rcito no va a cambiar de la noche a la ma?ana. Va a ser un proceso lento¡±, advierte Springborg.
Entre tres y cinco candidatos se perfilan como favoritos y como posibles ganadores. Los hay islamistas y los hay laicos. De izquierdas y de derechas. Pero ninguno de ellos dice estar dispuesto a enfrentarse a un Ej¨¦rcito todopoderoso, en un momento en el que el pa¨ªs pide a gritos estabilidad. Los candidatos m¨¢s beligerantes y que podr¨ªan haber librado la batalla con el Ej¨¦rcito fueron descalificados por la comisi¨®n electoral designada por los militares.
Las fuerzas armadas controlan un aut¨¦ntico imperio comercial
¡°No hay grandes diferencias entre los candidatos en cuanto a la relaci¨®n con el Ej¨¦rcito¡±, explica en su despacho el general retirado Mohamed Kadry Said, del centro Al Ahram para Estudios Estrat¨¦gicos y Pol¨ªticos. ¡°Hay buenas relaciones. Los cinco ser¨¢n aceptados por el Ej¨¦rcito¡±, a?ade.
El problema es por un lado hasta qu¨¦ punto los revolucionarios egipcios van a tolerar un traspaso de poder de militares a civiles solo a medias. Por otro lado, el nuevo presidente deber¨¢ enfrentarse a un problema de ¨ªndole econ¨®mica. Es decir, deber¨¢ gobernar un pa¨ªs que atraviesa una importante crisis econ¨®mica, sin tener acceso a amplios sectores de la econom¨ªa, controlados por el Ej¨¦rcito y sujetos a importantes privilegios fiscales.
Gasolineras, f¨¢bricas de pasta o de agua embotellada, cafeter¨ªas, agencias de servicio dom¨¦stico o inmobiliarias son solo algunos de los negocios que el Ej¨¦rcito tiene repartidos por el pa¨ªs. Los programas de nacionalizaci¨®n del presidente Gamal Abdel Nasser en los a?os cincuenta supusieron el inicio de un proceso de acumulaci¨®n de riqueza por parte del Ej¨¦rcito, hoy due?o de un aut¨¦ntico imperio comercial. Zeinab Abul Magd, profesora de la Universidad americana de El Cairo y probablemente la mayor experta en la materia, escrib¨ªa hace poco en Al Masry al Youm que ¡°completar la revoluci¨®n significa que el Ej¨¦rcito debe volver a su papel original, es decir, la defensa nacional y no la gesti¨®n de salones de bodas¡±.
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