El miedo empuja a los irlandeses a apoyar el pacto fiscal europeo

El voto del miedo parece tener asegurada la victoria en el refer¨¦ndum del Tratado de Estabilidad Financiera, o Tratado de Austeridad, como le llaman sus cr¨ªticos, en el refer¨¦ndum de ma?ana en Irlanda. Todos los sondeos apuntan a que los irlandeses dar¨¢n a su Gobierno un mandato de ratificaci¨®n con cerca del 60% de votos a favor, pero a¨²n quedan muchos indecisos. El escrutinio, como es tradicional en este pa¨ªs, no empezar¨¢ hasta el viernes.

?Miedo a qu¨¦? Miedo a quedarse sin financiaci¨®n europea si fuera necesario un segundo rescate y miedo a que, en ese caso, recurrir a los mercados sea a¨²n m¨¢s oneroso que cuando oblig¨® a Irlanda a someterse a la humillaci¨®n de recurrir a la ayuda internacional para financiar sus emisiones de deuda.

Ese mensaje, el peligro de que decir que no al tratado significar¨ªa ir de Guatemala a Guatepeor, se ha impuesto al mensaje m¨¢s positivo lanzado por los detractores del tratado, que han animado a los electores a rechazar un tratado que a su juicio perpetuar¨ªa la austeridad. Pero el Sinn F¨¦in y la Alianza de la Izquierda Unida no parecen haber convencido a los irlandeses de que rechazar el tratado significa acabar con la austeridad y dar paso a una pol¨ªtica de reactivaci¨®n de la econom¨ªa con fondos p¨²blicos. Sobre todo, porque no han sabido explicar de d¨®nde saldr¨ªan esos fondos.

En s¨ªntesis, el s¨ª parece haber ganado la batalla por tres razones. Primero, porque legalmente solo los pa¨ªses que hayan aceptado el tratado tienen derecho a beneficiarse de los 700.000 millones de euros del Mecanismo Europeo de Estabilidad. Irlanda, vote lo que vote tendr¨¢ que seguir aportando su parte (80.000 millones) pero no podr¨ªa recurrir a ¨¦l si gana el no.

En la votaci¨®n pesa el temor a perder la ayuda financiera europea

Y tendr¨ªa, adem¨¢s, muchas posibilidades de que le negaran un segundo rescate en caso de que fuera necesario, o que se le concediera con condiciones a¨²n m¨¢s draconianas, y que tuviera que acudir a los mercados en condiciones muy precarias para encontrar los 36.000 millones de euros para financiar la deuda que ha de emitir en 2014 y 2015, cuando haya acabado el primer rescate.

Segundo, derivado de lo anterior, eso hace muy poco realista pensar que un triunfo del no permitir¨ªa acabar con la austeridad. Al contrario, hay quien piensa que la victoria del s¨ª facilitar¨ªa ese objetivo porque el verdadero sentido del tratado es que Angela Merkel pueda ir al parlamento alem¨¢n con ese cors¨¦ restrictivo para pedir al parlamento el dinero que Europa necesita para reactivar la econom¨ªa.

Y, tercero, porque ya en 2011 la UE aprob¨® un paquete de medidas que limitan el d¨¦ficit estructural al 1%. No muy diferente del 0,5% a que obliga el tratado a partir de 2019, aunque s¨ª introduce mecanismos m¨¢s autom¨¢ticos de sanci¨®n a los incumplidores. Gane el s¨ª o gane el no, la austeridad parece garantizada. Otro debate es si esa autoridad tiene sentido o es un suicidio econ¨®mico y pol¨ªtico.

La campa?a del no ha tropezado con el realismo de los votantes: les encantar¨ªa darle un bofet¨®n a Europa y a las pol¨ªticas de austeridad, pero creen que les sale m¨¢s a cuenta aceptar el tratado. As¨ª lo creen no solo los dos partidos que forman la coalici¨®n de Gobierno (Fine Gael y laboristas), sino el principal partido de la oposici¨®n, el Fianna F¨¢il, que ha merecido el elogio de muchos por renunciar a hacer del refer¨¦ndum una cuesti¨®n partidaria por entender que se trata de un asunto de inter¨¦s nacional.

As¨ª lo creen, tambi¨¦n, la mayor¨ªa de fuerzas sociales. La patronal Ibec y la poderosa Asociaci¨®n de Agricultores Irlandeses est¨¢n por el s¨ª. Menos unanimidad hay en los sindicatos: la Confederaci¨®n de Sindicatos Irlandeses pidi¨® semanas atr¨¢s que se retrasara el refer¨¦ndum para ver cu¨¢les son las consecuencias de la elecci¨®n como presidente de Francia de Fran?ois Hollande, partidario de un programa paneuropeo para incentivar la econom¨ªa.

Tres grandes sindicatos (Impact, CPSU y CWU) han pedido esta semana el voto a favor de la ratificaci¨®n del tratado. Pero otros tres (Unite, Mandate y CPSU) se pronuncian en contra.

¡°No digo que la vida vaya a ser mucho m¨¢s f¨¢cil y mejor al d¨ªa siguiente de que gane el s¨ª en este refer¨¦ndum. El Tratado de Estabilidad es solo un paso que tenemos que dar, pero es un paso importante¡±, ha declarado el Taoiseach (primer ministro), Enda Kenny. ¡°No es la soluci¨®n a todos los problemas de Europa, pero estas reglas fiscales son justas y equilibradas, con la flexibilidad necesaria en cuestiones como las particularidades pa¨ªs a pa¨ªs del d¨¦ficit estructural¡±.

Uno de los factores que juegan en contra del no es que, a diferencia de lo que ocurr¨ªa en la ratificaci¨®n de los tratados de Niza y de Lisboa, esta vez no es necesaria la ratificaci¨®n en Irlanda para que el Tratado de Estabilidad entre en vigor. Basta con que lo hayan ratificado 12 de los 17 miembros del euro. Es decir, un no irland¨¦s no garantiza en absoluto que los dem¨¢s socios hagan concesiones a Dubl¨ªn para que el tratado sea ratificado en un segundo refer¨¦ndum, como ocurri¨® entonces.

Ese factor hace que la campa?a se haya centrado en las consecuencias concretas del s¨ª y del no. Ni siquiera los partidarios del s¨ª defienden que vaya a ser un remedio para los actuales problemas, pero al menos no tiene las consecuencias negativas a corto plazo de un voto negativo. Al menos, eso dicen¡­