Israel teme al islamismo egipcio
Las relaciones con El Cairo penden del resultado de las presidenciales El Estado jud¨ªo conf¨ªa en que los lazos econ¨®micos mantengan la paz fr¨ªa
En Egipto cunde la euforia. Por primera vez los egipcios van a elegir libremente a su presidente; el hombre encargado de pilotar la complicada transici¨®n egipcia hacia la democracia. Al otro lado de la frontera, en Israel, la alegr¨ªa se vuelve sin embargo honda preocupaci¨®n. Egipto fue para Israel en tiempos de Hosni Mubarak un aliado con el que, al menos una cierta estabilidad estuvo garantizada durante los m¨¢s de 30 a?os que dura ya la llamada paz fr¨ªa. A partir de ahora las reglas del juego no volver¨¢n a ser las mismas. La revoluci¨®n que destron¨® al dictador ha puesto tambi¨¦n patas arriba los delicados equilibrios regionales. Un islamista supuestamente revolucionario y un militar continuista disputar¨¢n la segunda vuelta de las presidenciales el fin de semana que viene. Israel de momento contiene la respiraci¨®n y deposita sus esperanzas en las relaciones comerciales que mantienen ambos pa¨ªses.
¡°Si se fija, desde el principio de la revoluci¨®n no ha habido declaraciones bomb¨¢sticas por parte de Israel. Estamos esperando a que concluya el proceso de las presidenciales¡±, explica Itzhak Levanon, el embajador israel¨ª que tuvo que salir corriendo del pa¨ªs cuando atacaron su embajada en El Cairo el pasado septiembre. Fuentes oficiales israel¨ªes esperan que una vez concluidos los fastos electorales, ¡°el nuevo presidente se encuentre con la dura realidad econ¨®mica. Esperamos que entonces opten por una l¨ªnea m¨¢s pragm¨¢tica en lugar de por el populismo¡±. Depositan sus esperanzas en los acuerdos econ¨®micos que mantienen ambos pa¨ªses y en la aguda crisis econ¨®mica que atraviesa Egipto. Las mismas fuentes indican sin embargo que Israel se prepara para cualquier escenario. ¡°En el Egipto democr¨¢tico todo se est¨¢ inventando en tiempo real. Hay una enorme incertidumbre¡±, estiman.
Las relaciones entre los dos pa¨ªses que firmaron la paz en 1979 atraviesan horas bajas. En septiembre de 2011 una turba asalt¨® la embajada israel¨ª en la capital egipcia. Desde entonces, la bandera israel¨ª no ha vuelto a ondear en El Cairo. Un embajador va dos d¨ªas y medio por semana y trabaja desde su casa.
Israel importa tres veces m¨¢s bienes de Egipto que los egipcios de los israel¨ªes, y empresas israel¨ªes emplean miles de egipcios
A¨²n as¨ª, una cosa es que las relaciones atraviesen un momento delicado y otra que el acuerdo de paz vaya a romperse. La cuesti¨®n israel¨ª ha sido uno de los grandes temas de la campa?a electoral. El acuerdo de paz que al presidente egipcio Anwar Sadat le cost¨® la vida nunca ha sido del agrado de la mayor¨ªa de los egipcios, emocionalmente m¨¢s pr¨®ximos a los palestinos.
Para los israel¨ªes no hay color entre los dos candidatos que se disputar¨¢n la presidencia en segunda vuelta: Mohamed Morsi, el candidato de los Hermanos Musulmanes y Ahmed Shafiq, el ¨²ltimo primer ministro de Mubarak. Las posiciones de Morsi respecto a Israel han sido hasta ahora de todo menos conciliadoras. Los Hermanos Musulmanes son adem¨¢s los padres espirituales de Ham¨¢s, el movimiento islamista que gobierna en Gaza y archienemigo de Israel. Un triunfo de Morsi supondr¨ªa un bal¨®n de ox¨ªgeno para las autoridades de la Franja.
Shafiq representa sin embargo la continuidad con el antiguo r¨¦gimen y por lo tanto un desaf¨ªo mucho menor para Israel, a pesar de que en la campa?a ha explotado como los dem¨¢s el sentimiento antiisrael¨ª que albergan la mayor¨ªa de los egipcios seg¨²n reiteran las encuestas. Shafiq, el ¨²nico candidato militar en liza, alarde¨® por ejemplo de haber derribado un avi¨®n israel¨ª en los setenta.
Los israel¨ªes creen sin embargo, que la ret¨®rica antiisrael¨ª no es necesariamente un reflejo de lo que suceder¨¢ despu¨¦s. ¡°Lo que ahora se dice es parte de la campa?a, no quiere decir que luego lo vayan a cumplir¡±, cree Levanon, quien piensa que en cualquier caso ¡°la comunidad internacional no va a permitir que se rompa el acuerdo de paz¡±. Se refiere el embajador a que EE UU presta ayuda econ¨®mica a un Egipto en crisis como para poder ejercer la presi¨®n necesaria en caso de que el nuevo presidente albergue tentaciones rupturistas.
El espionaje egipcio es el tradicional mediador entre israel¨ªes y palestinos. Israel conf¨ªa en que la actividad diplom¨¢tica no se va a interrumpir porque al fin y al cabo, dicen, a Egipto tambi¨¦n le interesa que el conflicto palestino no se desmadre, sobre todo en la franja de Gaza, con la que Egipto comparte frontera. Pero resultar¨¢ dif¨ªcil para un presidente elegido libremente mantener el impopular bloqueo de Gaza.La cuesti¨®n que m¨¢s preocupa a los israel¨ªes es el territorio sin ley en el que se ha convertido el Sina¨ª y que piensan puede explotar en cualquier momento. El contrabando de drogas y personas forma parte de la rutina comercial de la zona y seg¨²n las autoridades israel¨ªes grupos afines a Al Qaeda operan ya en el Sina¨ª.
Pero a pesar de que los desaf¨ªos se acumulan, Israel conf¨ªa en la econom¨ªa como una fuerza de paz superior a la pol¨ªtica y a los sentimientos. Sobre todo, en un momento en el que Egipto se encuentra sumido en una severa crisis econ¨®mica agravada por la huida de inversores y turistas. Por un lado, el mantenimiento del acuerdo de paz contribuye a garantizar los 1.300 millones de d¨®lares de ayuda militar estadounidense. Camp David tambi¨¦n dio pie a la creaci¨®n de una zona industrial franca que permite a Egipto exportar hasta 1.000 millones en bienes libres de impuestos a EE UU al a?o con una inversi¨®n de 100 millones de d¨®lares por parte de Israel. Adem¨¢s, Israel importa tres veces m¨¢s bienes de Egipto que los egipcios de los israel¨ªes, y empresas israel¨ªes emplean miles de trabajadores egipcios. Se trata de un paquete econ¨®mico al que al margen de la ret¨®rica antiisrael¨ª m¨¢s o menos subida de tono, el presidente entrante tal vez no est¨¦ en condiciones de renunciar.
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