Una protesta ind¨ªgena contra Morales despierta un racismo at¨¢vico en Bolivia
La novena marcha para impedir una carretera en un parque natural sufre el acoso del Gobierno ¡°Aqu¨ª no van a entrar esos mulas, caras de llama¡±, gritan partidarios del presidente Morales Existen leyes contra la discriminaci¨®n a los ind¨ªgenas, pero no se han aplicado
Pese a haber sufrido las peores expresiones de racismo a su paso por varios poblados del norte amaz¨®nico boliviano, una novena marcha ind¨ªgena avanza lentamente, por el agobio de la altura, hacia La Paz. Van a defender ante el Gobierno su ¡°casa grande¡±, un parque nacional, que contin¨²a bajo la amenaza de quedar dividido por la construcci¨®n de una carretera. Le queda unos diez d¨ªas de ascenso a las cumbres andinas, a m¨¢s de 4.500 metros, para llegar a la sede de Gobierno en medio de una adversa campa?a oficial de descr¨¦dito y desprestigio.
¡°La columna ha sido atropellada, de palabra y hecho, por personas que siguen al Gobierno, pero nosotros nunca vamos a responder a las agresiones. Siempre mostramos nuestra vocaci¨®n de disciplina y respeto¡±, afirma el presidente de la Confederaci¨®n Ind¨ªgena del Oriente (CIDOB), Adolfo Ch¨¢vez, que encabeza la columna.
Atr¨¢s ha quedado San Ignacio de Moxos. Son muchos los kil¨®metros que ya les separan, pero todav¨ªa resuena en los o¨ªdos de los caminantes las amenazas vertidas por los dirigentes de organizaciones vecinales y sindicales de este pueblo, el m¨¢s ind¨ªgena de la regi¨®n, fundado durante la Conquista. ¡°Que se atrevan a pasar por aqu¨ª, les vamos a reventar¡±; ¡°si los agarramos, los vamos a colgar¡±; ¡°aqu¨ª no van a entrar estas mulas, caras de llama, vayan por donde les hemos indicado¡±. Son algunos de los gritos exaltados de vecinos y dirigentes de organizaciones sociales afines al oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS), que han expresado su apoyo a la iniciativa presidencial de construir un camino entre Beni y Cochabamba por medio del Territorio Ind¨ªgena del Parque Nacional Isiboro S¨¦cure (TIPNIS).
Los m¨¢s vehementes defensores del proyecto son una parte de los ganaderos, de los comerciantes y transportistas que, con financiaci¨®n brasile?a, se han asentado en el lugar tras emigrar del altiplano.
Grupos radicales cerraron las calles de acceso al centro de San Ignacio con alambres de espinos, utilizados por los ganaderos para delimitar sus pastizales, para impedir a los ind¨ªgenas que pasaran por el pueblo.
La imagen del alambre ha puesto en evidencia un retroceso de siglos ¡°cuando al indio le estaba negado su ingreso a la plaza y su tr¨¢nsito por las calles en los espacios urbanos¡±, ha se?alado el soci¨®logo beniano Ismael Guzm¨¢n. ¡°La historia de la lucha por la tierra en Beni est¨¢ marcada por el alambre de p¨²a: el trazo de cada nuevo alambrado significaba una nueva p¨¦rdida por la v¨ªa del despojo¡± para los originarios.
En Bolivia est¨¢ vigente una ley contra la discriminaci¨®n y el racismo que castiga este tipo de expresiones, pero, aparentemente no se han iniciado acciones de oficio en este caso.
En la localidad de Yucumo, los ind¨ªgenas tuvieron que pasar por las calles en silencio y de madrugada para no molestar a los vecinos. All¨ª, los sindicatos cocaleros y campesinos apoyan el proyecto del TIPNIS.
Los insultos han sido recogidos y transcritos en un documento de denuncia, elaborado por la columna de caminantes, para expresar ¡°cu¨¢n desamparados¡± se sintieron ante ¡°el abuso y la prepotencia de las autoridades, entre estas el alcalde Basilio Nolvani, que convoc¨® con car¨¢cter obligatorio a todos los funcionarios p¨²blicos (para) cercar y bloquear el paso de la marcha¡±.
¡°La CIDOB va a plantear una demanda cuando acabe la novena marcha, pero no esperamos nada. Qu¨¦ podemos esperar si dentro de la estructura misma del Estado se desconoce la ley, se impulsa el racismo. El racismo se ha ahondado en el pa¨ªs incitado desde las filas del propio gobierno¡±, dice Ch¨¢vez y con un dejo de resignaci¨®n hace notar que ¡°el ministerio p¨²blico y los poderes Judicial, Legislativo y Ejecutivo est¨¢n cooptados¡± por el partido gubernamental.
Muy diferente ha sido la reacci¨®n de la Fiscal¨ªa General, que ha encausado a la exprefecta de Chuquisaca, la quechua Sabina Cu¨¦llar, al destituido alcalde Jaime Barr¨®n y a perseguidos l¨ªderes de organizaciones civiles acusados todos de encabezar, en mayo de 2007, una deplorable muestra de racismo contra campesinos, supuestamente oficialistas, a quienes castigaron en la plaza de armas de Sucre y que se deriv¨® en una condena general. El proceso no ha concluido y los presuntos autores tienen libertades restringidas.
Los ind¨ªgenas llevan m¨¢s de 45 d¨ªas por los caminos de tierra. Han soportado intensas lluvias que les ha obligado a andar descalzos en el lodo, pero en el tiempo transcurrido hubo alegr¨ªas: aument¨® la familia con el nacimiento de unos mellizos y otro ni?o var¨®n, atendidos primero en los campamentos y trasladados despu¨¦s a centros m¨¦dicos.
Esta es la novena marcha de ind¨ªgenas para reclamar en La Paz la paralizaci¨®n del proyecto TIPNIS. Las anteriores derivaron en duros enfrentamientos con la polic¨ªa del presidente ind¨ªgena Evo Morales.
El apoyo de los vecinos a la causa de los ind¨ªgenas fue claro y contundente en Caranavi, pese a que los cocaleros, los sindicatos campesinos y de mujeres campesinas intentaron cerrar el paso a los marchistas para impedir su ingreso a la ciudad. Tras algunas escaramuzas, golpes y discusiones, los vecinos escoltaron a la columna hasta el alojamiento que prepararon para recibirlos y protegerlos hasta su partida hacia La Paz.
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