Samar¨¢s, el patricio airado
El futuro primer ministro griego es un nacionalista que rechaz¨® el rescate de 2010 Su l¨ªnea dura en la cuesti¨®n macedonia le apart¨® de ND durante una d¨¦cada
Uno de los responsables de que la antigua rep¨²blica yugoslava de Macedonia viva en un limbo nominal desde los a?os noventa ¡ªllamada FYROM, que suena a cualquier cosa menos a pa¨ªs¡ª es el previsible primer ministro griego, Antonis Samar¨¢s, un conservador de armas tomar, visceral y con arranques de prima donna. Aunque lleva meses dando codazos para instalarse en Megaro Maximu (La Moncloa ateniense), ni en la peor de sus pesadillas pudo imaginar que tendr¨ªa que hacer dos veces malabares con el encargo de formar un Gobierno estable, y m¨ªnimamente duradero, que acalle las dudas sobre la viabilidad de Grecia en Europa. En mayo desisti¨® a las cinco horas de recibir el encargo, aunque dispon¨ªa de un plazo de 48. Pero esta vez al menos persevera: ayer se ultimaban bajo su direcci¨®n los detalles de la composici¨®n de un Ejecutivo tripartito (Nueva Democracia, Pasok e Izquierda Democr¨¢tica) al que la mayor¨ªa de los griegos no depara mucho futuro.
Tenista de cierto ¨¦xito en sus a?os mozos, hay algo en la efigie y los ademanes de Samar¨¢s (Atenas, 1951) de patricio contrariado, y a fe que sus actos no revocan la impresi¨®n. Tras estudiar Econom¨ªa en la universidad estadounidense de Amherst ¡ªdonde comparti¨® habitaci¨®n con el socialista Yorgos Papandreu¡ª y en Harvard, fue elegido a los 26 a?os diputado por la conservadora Nueva Democracia (ND), el partido-maquinaria de poder que junto con el socialista Pasok se ha repartido todos los papeles en la escena pol¨ªtica griega desde el restablecimiento de la democracia, en 1974.
A principios de los a?os noventa, Yugoslavia empez¨® a deshacerse en jirones, y la l¨ªnea dura de Samar¨¢s, entonces ministro de Asuntos Exteriores, sobre la cuesti¨®n macedonia ¡ªun contencioso hist¨®rico en el que Atenas reclama el derecho a usar ese nombre por el legado de Alejandro Magno¡ª le puso en el disparadero. En un alarde de vedetismo, dio un portazo a ND, cre¨® su propio partido, Primavera Pol¨ªtica ¡ªal que convirti¨®, con cierto ¨¦xito electoral, en un feudo personal durante una d¨¦cada¡ª, y, una vez privado del apoyo de las urnas, regres¨® en 2004 a la casa del padre como si no hubiera pasado nada. Pero sus cr¨ªticos ¡ªdentro y fuera de ND¡ª no olvidan c¨®mo durante esa aventura individualista dej¨® caer a un Gobierno de Mitsotakis al atraerse a un tr¨¢nsfuga a sus filas. Nada de ideolog¨ªa, adem¨¢s; solo pura vendetta.
En 2009, para m¨¢s inri, arrebat¨® el liderazgo de ND a Dora Bakoyanis, a la saz¨®n hija de Mitsotakis, con quien ha estado sin hablarse hasta hace unas semanas (Bakoyanis tambi¨¦n cre¨® un partido, Alianza Democr¨¢tica, pero acaba de volver a ND con el 2,6% de votos que logr¨® en mayo: poco m¨¢s o menos, la diferencia que ND le sac¨® el domingo a la izquierdista Syriza en porcentaje de votos). Este cierre de filas ha permitido ahora a ND lo que no consigui¨® en mayo: ser una alternativa de poder, aun compartido y poco cre¨ªble, seg¨²n la opini¨®n mayoritaria en los medios pol¨ªticos y period¨ªsticos de Atenas.
Oportunista e individualista; nacionalista en la mejor tradici¨®n de la derecha griega, poco dado a los compromisos, Samar¨¢s habla un ingl¨¦s espl¨¦ndido que en teor¨ªa le abrir¨ªa los salones de Europa, si no fuera por el err¨¢tico comportamiento que ha mostrado con respecto a los rescates y la propia UE. En mayo de 2010, desoy¨® las peticiones de la canciller alemana, Angela Merkel ¡ªcon quien coincide en el Partido Popular Europeo¡ª, de que apoyara el primer rescate. Samar¨¢s y casi todo su grupo parlamentario ¡ªentonces en la oposici¨®n al Pasok¡ª votaron en contra (salvo, entre otros diputados, Bakoyanis, que fue autom¨¢ticamente expulsada del partido).
Cuando en oto?o pasado accedi¨® a gobernar con el Pasok, tras ser sacrificado su antiguo compa?ero de cuarto en Amherst, sigui¨® mostrando reservas ante el segundo rescate: se resisti¨® durante semanas a suscribir un compromiso escrito que Bruselas ped¨ªa como garant¨ªa de cumplimiento del memor¨¢ndum (el plan de ajuste impuesto por la troika, el mismo que ahora pretende renegociar). Como no pod¨ªa ser de otra manera, el conservador acab¨® firmando.
Durante la ¨²ltima campa?a electoral, sin embargo, no se ha quitado a Europa (y el euro) de la boca, clamando contra el ¡°lobby del dracma¡± y, fundamentalmente, contra Alexis Tsipras, l¨ªder de Syriza, verdadero pimpampum de sus m¨ªtines. A partir de hoy, Macedonia seguir¨¢ sin nombre, pero es probable que Antonis Samar¨¢s, M¨ªster No, el hombre que le dio calabazas a Merkel, pueda a?adir a su tarjeta de visita otro cargo ilustre.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.