Nigeria, ?guerra religiosa, terrorismo o revuelta social?
Choques entre cristianos y musulmanes causan un centenar de muertos en los ¨²ltimos d¨ªas
Nuevos enfrentamientos el mi¨¦rcoles entre cristianos y musulmanes en la zona de Kaduna, en el centro del pa¨ªs, provocaron al menos cinco muertos m¨¢s, lo que aumenta la cifra total de v¨ªctimas mortales a 106 durante los ¨²ltimos d¨ªas en el norte de Nigeria. La ola de violencia comenz¨® el domingo, cuando tres atentados suicidas en tres iglesias en el Estado de Kaduna mataron a 16 personas. Desde entonces, cristianos y musulmanes se han enfrentado en la zona, atacado iglesias y mezquitas y provocado 44 muertes m¨¢s en un ciclo de venganza que las autoridades intentaron detener con un toque de queda total en la zona.
Tambi¨¦n, m¨¢s hacia el noreste, militantes de la secta islamista Boko Haram se enfrentaron al Ej¨¦rcito y la Polic¨ªa en la ciudad de Damaturu, donde otras 40 personas resultaron muertas, llevando el total a esa cifra de 106. "La verdad es que la reacci¨®n de los cristianos fue desafortunada, pero esto no es una guerra religiosa", comenta desde Kaduna por tel¨¦fono Jonathan Maigari, voluntario en una organizaci¨®n juvenil cristiana que realiza obras sociales. "La cuesti¨®n es sobre pol¨ªtica, Boko Haram est¨¢ usando la religi¨®n pero oculta sus verdaderos motivos, que son pol¨ªticos".
"En las pr¨®ximas elecciones, en 2014, nunca podr¨ªa ganar un musulm¨¢n, as¨ª que lo que Boko Haram est¨¢ intentando es crear un estado de anarqu¨ªa en el que Jonathan [Goodluck Jonathan, el presidente de Nigeria] caiga, para as¨ª ellos intentar imponer un presidente musulm¨¢n", razona Maigari.
Lo cierto es que Boko Haram, que en lo que llevamos de a?o ha matado a m¨¢s de 560 personas, se cre¨® en 2002 con el fin pol¨ªtico de establecer un gobierno basando en la ley shar¨ªa en el Estado de Borno, en el extremo noreste de Nigeria. En aquel entonces tambi¨¦n ten¨ªa fines sociales y cre¨® mezquitas y escuelas en las que familias sin recursos pod¨ªan inscribir a sus hijos. Adem¨¢s, Mohammed Yusuf, su fundador, consigui¨® aumentar el n¨²mero de seguidores del grupo criticando la corrupci¨®n del Gobierno federal de Nigeria.
Los 160 millones de habitantes de este pa¨ªs se dividen m¨¢s o menos en partes iguales entre el norte mayoritariamente musulm¨¢n y el sur predominantemente cristiano. Para complicar m¨¢s la cuesti¨®n, el sur, muy rico en recursos petrol¨ªferos, est¨¢ relativamente m¨¢s desarrollado que el norte.
Sin embargo, Boko Haram cambi¨® decisivamente en 2009. Sus militantes se hab¨ªan ido radicalizando y, en julio de ese a?o, una actuaci¨®n policial contra la secta acab¨® con una serie de enfrentamientos en la que murieron cerca de 700 personas, incluyendo a Mohammed Yusuf, que se encontraba en custodia policial. Desde entonces, Boko Haram se ha dedicado a realizar atentados contra diferentes objetivos en la parte norte de Nigeria.
"Boko Haram s¨ª est¨¢ intentando iniciar una guerra religiosa"
"Boko Haram s¨ª est¨¢ intentando iniciar una guerra religiosa, ?pero no funciona!", explica Kunle Amuwo, analista sobre Nigeria para el International Crisis Group (ICG). "Un conflicto as¨ª no es posible en Nigeria, donde hay millones de musulmanes que no apoyan a Boko Haram, que dicen que el Cor¨¢n y el profeta no hablan de que haya que matar a nadie".
Seg¨²n Amuwo, las razones que hay detr¨¢s de la insurgencia de Boko Haram, al que considera un grupo terrorista, son sobre todo econ¨®micas. "Lo que quieren es un mayor control de algunos recursos, por ejemplo querr¨ªan poder controlar una parte de los recursos del delta del N¨ªger (donde se encuentran los yacimientos petrol¨ªferos)", asegura por tel¨¦fono desde Dakar (Senegal).
Tambi¨¦n ayer, y por primera vez, el Departamento de Estado de Estados Unidos etiquet¨® oficialmente a tres miembros de Boko Haram como terroristas, aunque no hizo lo mismo con la secta en s¨ª. Se trata de Abubakar Shekau, considerado el l¨ªder del grupo, Abubakar Adam Kambar y Khalid al Barnawi.
"Sea lo que sea por lo que [Boko Haram] est¨¢n luchando, que vengan y nos lo digan"
Y es que nadie parece saber realmente los objetivos colectivos de Boko Haram, un grupo algo nebuloso, compuesto de diferentes facciones y que con el tiempo ha ido cambiado de objetivos declarados. "No luchan por los pobres, no luchan en nombre de dios, no luchan contra la corrupci¨®n porque no atacan a los ricos, as¨ª que, sea lo que sea por lo que est¨¢n luchando, que vengan y nos lo digan", exclama el joven cristiano Jonathan Maigari.
La secta s¨ª ha intentado identificarse con la poblaci¨®n musulmana del pa¨ªs, pero sus acciones no han encontrado eco en ¨¦sta. En un momento quer¨ªan imponer la shar¨ªa en todo el pa¨ªs y en otro dieron un ultim¨¢tum a los cristianos del norte para que abandonaran sus hogares. "Boko Haram¡ yo creo que ni siquiera conocen el islam", reflexiona Sani Salih Mustapha, un m¨¦dico retirado de Kaduna y predicador isl¨¢mico, "el sagrado Cor¨¢n no dice en ning¨²n sitio que haya una oposici¨®n entre cristianos y musulmanes".
"El dios jud¨ªo, el dios cristiano y el dios musulm¨¢n son el mismo y, por tanto, todos deber¨ªamos poder vivir en paz", asegura Mustapha en conversaci¨®n telef¨®nica.
Todos los entrevistados coinciden en que la inmensa mayor¨ªa de los 80 millones de musulmanes nigerianos son moderados y casi la pr¨¢ctica totalidad son contrarios a las acciones de Boko Haram.
"?La soluci¨®n? En primer lugar, el ej¨¦rcito y la polic¨ªa deben evitar a toda costa las ejecuciones extrajudiciales", comienza a contestar Amuwo del ICG. "Adem¨¢s, Nigeria tiene que trabajar con ECOWAS (la comunidad econ¨®mica del ?frica occidental), con la Uni¨®n Europea y con la comunidad internacional en aspectos como la mejora de sus fuerzas de seguridad y las actividades de inteligencia. Y al mismo tiempo, el Gobierno nigeriano tiene que reducir la pobreza, implementar un buen gobierno, luchar contra la corrupci¨®n, realizar pol¨ªticas m¨¢s inclusivas y con una mayor participaci¨®n local¡"
Parecer¨ªa entonces que a las autoridades nigerianas, duramente criticadas en su pa¨ªs por su incapacidad para detener la violencia, les queda por delante mucho trabajo para atajar esta crisis.
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