Espa?a rebaja a ¡°pacto de m¨ªnimos¡± el plan de crecimiento de la UE
Margallo advierte de que el verdadero problema es el inter¨¦s de la deuda
¡°El crecimiento es necesario, la respuesta que se da es un primer paso, a mi juicio, muy leve; pero el verdadero problema de la sostenibilidad de la deuda no se resuelve¡±. El ministro de Asuntos Exteriores, Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa-Margallo, rebaj¨® notablemente el entusiasmo que acompa?¨® el lanzamiento del plan de est¨ªmulos al crecimiento de la econom¨ªa europea, el pasado viernes en Roma, en una minicumbre a la que asisti¨® el jefe del Gobierno espa?ol, Mariano Rajoy, junto a los mandatarios de Alemania (Angela Merkel), Francia (Fran?ois Hollande) e Italia (Mario Monti).
En una comparecencia en el Congreso, para informar sobre la cumbre europea del pr¨®ximo jueves y viernes, el jefe de la diplomacia espa?ola consider¨® un ¡°pacto de m¨ªnimos¡± el acuerdo para invertir 130.000 millones de euros, equivalentes al 1% del PIB de la UE.
Margallo desglos¨® algunas de sus partidas ¡ª4.500 millones en bonos-proyecto, 55.000 en reasignaci¨®n de fondos estructurales no utilizados, 10.000 para recapitalizar el Banco Europeo de Inversiones (BEI), 7.300 para el desempleo juvenil¡ª y las calific¨® de ¡°cifras realmente peque?as¡±. Tras estimar que a Espa?a le corresponder¨¢n de este monto global entre 9.000 y 10.000 millones, compar¨® esta cantidad con los 27.000 millones, casi el triple, que el Gobierno ha destinado a pagar facturas atrasadas a los proveedores. ¡°Creo que las cifras que vamos a destinar al crecimiento son m¨ªnimas y que el verdadero problema ahora es reducir el coste de la deuda soberana, los intereses que pagamos¡±, concluy¨®.
M¨¢s entusiasmo mostr¨® el ministro por la propuesta del presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, para avanzar en la uni¨®n bancaria, econ¨®mica y fiscal. ¡°Entramos en un terreno que se llama cesi¨®n de competencias, cesi¨®n de soberan¨ªa a las instituciones comunitarias, que preocupa a algunos y a m¨ª no me preocupa absolutamente nada¡±, dijo Margallo.
Una opini¨®n que comparte el primer partido de la oposici¨®n cuyo portaboz, el socialista Juan Moscoso, asegur¨® sentir ¡°temor cero¡± a la cesi¨®n de competencias a Bruselas, aunque ello suponga, por ejemplo, que las emisiones de deuda, a partir de determinado l¨ªmite, deban ser aprobadas por las autoridades comunitarias, que el Banco Central Europeo supervise el sistema financiero o que un futuro superministro europeo de Finanzas pueda corregir los presupuestos nacionales.
Espa?a apuesta por los eurobonos, pero es consciente, en palabras de Margallo, de que eso solo ser¨¢ posible al final del proceso, ¡°despu¨¦s de una modificaci¨®n de los tratados y de una convergencia muy estrecha desde el punto de vista econ¨®mico¡± para evitar el riesgo moral, que unos pa¨ªses deban asumir la irresponsabilidad de otros.
Por eso, Espa?a defiende ¡°avanzar en paralelo¡±, de forma que la consolidaci¨®n fiscal se complemente con la creaci¨®n de una agencia que, en una primera fase, apruebe las emisiones nacionales de deuda; para pasar luego a la emisi¨®n de bonos europeos de responsabilidad mancomunada (donde cada pa¨ªs responde exclusivamente de su cuota); y llegar finalmente a los bonos europeos de responsabilidad solidaria (en los que todos responden de la deuda de todos).
El Gobierno conf¨ªa en que el Consejo Europeo de su respaldo pol¨ªtico a la hoja de ruta de la nueva etapa del euro ¡ªaunque su aprobaci¨®n definitiva no se produzca hasta octubre o diciembre¡ª y la acompa?e con un calendario de aplicaci¨®n.
Pero, sobre todo, espera que este salto adelante en la integraci¨®n europeo permita que, finalemente, el BCE vuelva a comprar bonos en el mercado secundario y se frene as¨ª ¡°la hemorragia de la deuda soberana que amenaza con desangrar a toda la eurozona¡±, seg¨²n Margallo. ¡°Me paregunta usted si el Banco Central Europeo tiene que comprar deuda soberana. No tengo la menor duda¡±, le respondi¨® a un parlamentario.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.